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Momias antiguas de México podrían infectar a los humanos: la alarma de los arqueólogos

Aunque las infecciones fúngicas mortales en momias no son frecuentes, existe un riesgo de que ocurran
Momias antiguas de México podrían infectar a los humanos
Momias antiguas de México podrían infectar a los humanos. Imagen de recurso (Shutterstock)

En Ciudad de México hay una exposición conocida como Las momias de Guanjuato, que ha viajado por todo el país y se ha presentado también en Estados Unidos. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo en que estos cuerpos momificados sean seguros para el público, pues han aparecido hongos en las vitrinas de cristal en las que se exhiben. El Instituto Nacional de Antropología e Historia de México ha alertado al público sobre el riesgo biológico.

Aunque las infecciones fúngicas mortales en momias no son frecuentes, existe un riesgo de que ocurran. En 1970, 10 de los 12 científicos que asistieron a la inauguración de la tumba del rey Casimiro IV en Polonia murieron a causa de los hongos. Por lo tanto, su presencia en la exposición de las momias mexicanas es un motivo de preocupación.

A diferencia de lo que se puede ver en las películas, estas momias no tienen la amenaza de volver a la vida. Según los expertos, los cuerpos de los siglos XIX o XX se momificaron involuntariamente, posiblemente debido a un entorno rico en minerales, una bóveda subterránea seca y hermética u otra causa ambiental, tal y como detalla Esquire.

La cultura mexicana ha estado expuesta a las momias desde la década de 1860. Cuando las familias de los difuntos no podían seguir pagando las tasas de enterramiento, los cuerpos se desenterraban. Los trabajadores que tenían la tarea de retirar los huesos polvorientos se encontraron con cuerpos totalmente intactos, que se expusieron debido a su naturaleza preservada y a la capacidad de atraer a clientes que pagaran por verlos. Desde 1969, se exhiben en un museo de Guanjuato, el Museo de las Momias.

El estilo de exhibición de estas momias ha generado críticas sociales desde hace tiempo. Los cuerpos se colocaban con los brazos cruzados sobre el pecho y las mandíbulas abiertas para dar la impresión de que las momias gritaban. Gerald Conlogue, profesor emérito de diagnóstico por imagen de la Universidad de Quinnipiac, ha expresado que estas momias son personas normales que son depositarias de información sobre la época en la que vivieron, y no deberían ser un espectáculo de fenómenos.

En febrero de 2022, se inició un proyecto para empezar a identificar a las momias. Ahora, las preocupaciones sobre la salud se suman a las críticas sociales. El instituto ha indicado que todo esto debe estudiarse cuidadosamente para ver si hay algún riesgo para el legado cultural y para quienes las manipulan y vienen a verlas.

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