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Volver a la Luna… medio siglo después

Tras no haber abandonado la órbita baja terrestre durante más de 50 años, el ser humano regresará a los alrededores de nuestro satélite. La tripulación del histórico viaje de Artemisa II fue presentada en público recientemente
Volver a la Luna... medio siglo después

El 14 de diciembre de 1972, los astronautas Eugene Cernan y Harrison Schmitt, comandante y piloto del módulo lunar de la misión Apolo 17, abandonaban la superficie lunar para iniciar el largo viaje que los traería de vuelta a la Tierra. El despegue del módulo de ascenso de su nave marcaba el punto final de la era dorada de la exploración espacial tripulada. A partir de aquel momento y hasta nuestros días, centenares de astronautas han alcanzado el espacio, pero ni uno solo de ellos ha ido más allá de la órbita baja terrestre, a unos 400 kilómetros de altitud. Es decir, una distancia mil veces inferior a la que recorrían las tripulaciones de las misiones Apolo en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado hasta lograr plasmar sus huellas sobre el polvo de la superficie lunar.

Las misiones a la Luna y a cualquier punto más allá de la modesta órbita baja terrestre han sido desde entonces robotizadas, para continuar satisfaciendo la sed de conocimiento científico, pero los exploradores humanos no han tenido más remedio que conformarse con quedarse muy cerca de casa. Hasta ahora…

LA TRIPULACIÓN

El pasado lunes, las agencias espaciales estadounidense y canadiense, NASA y CSA, respectivamente, organizaron un mediático acto de presentación en el Centro Espacial Johnson, en Houston (Texas, EE.UU.), para dar a conocer a los cuatro integrantes de la primera tripulación que volará a los alrededores de la Luna en la misión Artemisa II. El lanzamiento tendrá lugar, según las optimistas previsiones de la NASA, en noviembre de 2024.

En palabras de Bill Nelson, administrador de la NASA, “La tripulación de Artemisa II representa a los miles de personas que trabajan de manera incansable para llevarnos a las estrellas. Esta es su tripulación, nuestra tripulación, la tripulación de toda la humanidad”.

Los cuatro astronautas elegidos para este histórico viaje, tres hombres y una mujer, fueron presentados en público durante el acto. Se trata de los estadounidenses Reid Wiseman, de 47 años, comandante; Victor Glover, de 46 años, piloto; Christina Hammock Koch, de 44 años, especialista de misión 1 y el canadiense Jeremy Hansen, de 47 años, especialista de misión 2.

Los tres astronautas estadounidenses cuentan cada uno con una misión espacial anterior en su haber. Wiseman ha pasado 165 días en el espacio, Glover 168 días y Kock 328 días, batiendo el récord de la misión espacial más larga que haya realizado una mujer astronauta. Sin embargo, para el canadiense Hansen este será su primer vuelo al espacio y le convertirá, además, en el primer astronauta no estadounidense en viajar más allá de la órbita baja terrestre.

La inclusión del astronauta canadiense en esta histórica misión demuestra la habilidad negociadora de la agencia espacial de su país natal. Al parecer, no se puede afirmar lo mismo de la Agencia Espacial Europea (ESA), que, a pesar de aportar al programa Artemisa un elemento esencial (el módulo de servicio, que proporciona propulsión, electricidad, agua, aire y control térmico a la nave), no verá su esfuerzo recompensado con la presencia de un astronauta europeo en la misión.

Respecto a la inclusión de Hansen en la tripulación, François-Philippe Champagne, máximo dirigente de la CSA, no pudo ocultar su emoción al declarar que “Volvemos a la Luna y Canadá estará en el centro de este emocionante viaje. Gracias a nuestra larga colaboración con la NASA, un astronauta canadiense viajará en esta misión histórica”.

Volver a la Luna... medio siglo después

LA MISIÓN

El lector recordará la celebrada misión Artemisa I, que tuvo lugar durante los pasados meses de noviembre y diciembre y que, con una duración de 25 días, se convirtió en todo un éxito del programa. El objetivo en aquella ocasión era probar en órbita lunar los sistemas y el funcionamiento de la nave en una misión no tripulada que llevaba a bordo tan solo a tres maniquíes equipados con multitud de sensores diseñados para recoger valiosos datos de cara a una futura misión tripulada.

Esa futura misión no es otra que Artemisa II, que aunque vuelve a ser un vuelo de prueba, en esta ocasión será tripulado para acabar de testear los equipos y sistemas de soporte vital de la nave Orión. En muchos aspectos, Artemisa II recuerda a la misión que llevó a cabo Apolo 8 en diciembre de 1968, encargada de poner a prueba la nave Apolo en órbita lunar y que llevó a bordo a los tres primeros astronautas que abandonaron la órbita terrestre y volaron alrededor de la Luna, siendo los primeros en ver su cara oculta.

No es casual que nos hayamos referido a Artemisa II como una misión que vuela a los alrededores de la Luna, ya que no tiene previsto realizar un alunizaje, hazaña que tendrá que esperar y que será llevada a cabo por la tripulación de Artemisa III. La cápsula Orión en la que viajarán los cuatro astronautas en esta ocasión ni tan siquiera entrará en la órbita de la Luna, limitándose a hacer un único sobrevuelo en una trayectoria de retorno libre similar a la realizada por Apolo 13 en 1971 para conseguir volver a la Tierra después de la explosión que sufrió en pleno vuelo.

Los tripulantes del Apolo 13, por cierto, siguen ostentando el récord de ser los seres humanos que más se han alejado de la Tierra, al superar los 400.000 kilómetros de distancia de nuestro planeta, marca que será finalmente superada por la tripulación de Artemisa II, por poco, después de permanecer imbatida durante más de 50 años.

La trayectoria de retorno libre consiste en rodear la Luna, en este caso a algo más de 10.000 kilómetros sobre su superficie, sin llegar a entrar en su órbita, para luego, gracias a la aceleración proporcionada por la propia gravedad lunar durante esta maniobra y a un encendido propulsivo, poner rumbo de vuelta a nuestro planeta.

Así pues, tendremos que esperar a la misión Artemisa III, planeada para ser lanzada, en principio, a finales de 2025, para poder volver a ver astronautas caminando sobre la superficie lunar nuevamente.

EL PROGRAMA

Hay que recordar que el objetivo del programa Artemisa es establecer una presencia humana a largo plazo en la Luna como paso previo a la futura exploración tripulada de Marte. Para lograrlo, se prevé la construcción de la estación espacial Gateway en la órbita lunar y, más adelante, una base habitada en el polo sur de la Luna.

El calendario del programa estipula 2027 como el año en el que comenzará la construcción de Gateway, con la llegada a la órbita lunar de su primer módulo durante la misión Artemisa IV. Por otra parte, la construcción de la base en el polo sur de la Luna está previsto que comience en 2031, con su primer elemento en la superficie en la misión Artemisa VIII, un módulo hábitat pensado para alojar de dos a cuatro astronautas de 30 a 60 días.

Como vemos, el programa es tremendamente ambicioso, sin bien hay que tener en cuenta que no será fácil cumplir los plazos anunciados, habida cuenta de los retrasos que el programa va acumulando desde sus orígenes y que obligan a la NASA a actualizar su hoja de ruta cada cierto tiempo. No obstante, el hecho indiscutible es que Artemisa II, la misión cuya tripulación ya conocemos, marcará el comienzo de una nueva y excitante era de la exploración espacial tripulada, recogiendo el testigo que dejara el programa Apolo en su momento. Ha sido necesario esperar más de medio siglo para estar ante la posibilidad de ser testigos de la vuelta del ser humano a la Luna. Mucho tiempo…

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