economía

El mercado laboral canario remonta

Canarias batió récords en ocupación y en descenso del paro el pasado mes de abril, pero sigue siendo la región con más baja productividad

El mercado de trabajo canario dio una importante sorpresa el mes abril, aunque era de esperar según las cifras de los últimos meses. El Archipiélago batió un nuevo récord en términos de ocupación y bajada del desempleo. Los datos del promedio de afiliación a la Seguridad Social correspondientes al mes de abril así lo indicaron, con un total de 877.258 trabajadores contabilizados, lo que supone un crecimiento del 0,5% (4.558 afiliados más) respecto al mes anterior. Igualmente positivo fue el comportamiento del paro al alcanzar el mejor resultado en un mes de abril desde el año 2017. Las Islas reducen su cifra de parados en un 2% (3.699 desempleados menos) y en un 9,7% anual (una reducción de 19.289 parados), concluyendo el mes con 179.692 personas que todavía se encuentran en situación de desempleo. Este último dato es especialmente relevante, ya que Canarias no se encontraba por debajo de los 180.000 parados desde agosto de 2008.

Una reducción en el número de personas desempleadas que, además, se produce en todos los sectores de actividad de la economía canaria. Así, en el último mes el sector servicios lideró el descenso del paro con 2.175 desempleados menos, produciéndose una caída más acusada en el comercio que en la hostelería, con 594 y 138 parados menos, respectivamente. Lo mismo ocurre con el paro juvenil (menores de 25 años) que también bajó un 11,15%.

Cifras a todas luces positivas que demuestran, como dijo esta semana el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, que el Archipiélago se está recuperando y está saliendo del “bache”. Sin embargo, la euforia por estos buenos datos no deben ocultar una realidad que persiste en las Islas y que se torna crónica: la baja productividad de los trabajadores y el empobrecimiento per cápita de la población lo que nos aleja de la media nacional. Es decir, asistimos a una paradoja donde a pesar de que hay un mayor número de personas trabajando, baja el valor económico que generan esos trabajadores, o lo que es lo mismo, hay más personas trabajando, aunque produciendo menos. Esto vuelve a poner sobre la mesa un asunto que como decía antes, es ya crónico en las Islas: la baja productividad de Canarias.

Según datos recientes de BBVA Research, en las islas, la productividad de los trabajadores se sitúa un 10% por debajo de la media nacional, una cifra que llega hasta el 20% en el caso de regiones como Navarra y Madrid y hasta el 30% en comparación con el País Vasco.
Son muchas las razones que colocan a Canarias a la cola de la productividad de España y, por supuesto, de Europa y provocan su empobrecimiento. Una de ellas es nuestra alta dependencia del sector servicios, pilotado por el turismo. Basta ver los datos del pasado mes de abril para comprobar que el mayor número de contrataciones se produjo en la hostelería debido a la campaña de Semana Santa. Se recupera el turismo y, por consiguiente, crece el mercado laboral porque aumentan las contrataciones.

Lo que ocurre es que esta actividad genera escaso valor añadido porque su personal es poco cualificado y, por tanto, sus sueldos no son elevados, a diferencia de lo que ocurre con la industria, donde a pesar de tener menos peso en el PIB, su empleo es de mayor calidad y sus salarios más altos. No hay más que ver la diferencia del 30% en productividad que hay entre País Vasco y Canarias. De ahí que muchos se planteen: Sí, crece el empleo, pero ¿qué tipo de empleo se crea?.

Otra de las causas de la escasa productividad de las Islas es el pequeño tamaño de nuestras empresas. Más del 80% son micropymes, es decir que tienen menos de 5 empleados, lo que las convierte en empresas menos eficientes.

A parte de estos dos motivos estructurales, hay otros aspectos que influyen en que Canarias sea poco productiva en términos laborales. Uno de ellos es el elevado peso del empleo público en el mercado laboral canario (más del 50%) y otro es el tipo de contrato, explicó el economista de la consultora Corporación 5, José Miguel González. Por ello él prefiere evaluar el número de horas de trabajo. Y hablar de horas trabajadas es hablar de la nueva modalidad de contrato fijo-discontinuo. En este sentido, tras la última reforma laboral asistimos en Canarias a una proliferación de este tipo de contratos. De hecho, según OBECAN, dentro de los contratos indefinidos, los fijos discontinuos son los únicos contratos que crecen en abril, un 17,66% con respecto al mes de abril anterior.

En Canarias, antes de esta reforma, este tipo de contratos tenían escasa importancia ante la poca estacionalidad de las Islas, pero una vez que entró en vigor, su crecimiento ha sido exponencial, pasando de febrero a marzo a incrementarse un 200%. Respecto a octubre de 2021, 6 meses antes de la entrada en vigor de esta reforma, la creación de este tipo de contratos creció un 1.000%.

La cuestión es que las personas que están sujetas a este tipo de contratos estadísticamente no trabajan, pero no están en desempleo. Según los datos del propio Ministerio de Trabajo, de los 530.537 contratos indefinidos firmados en abril en toda España, poco más del 45% fueron para trabajar a jornada completa, 224.308. En cambio, casi un 55% de los contratos fueron para fijos discontinuos.

El valor del trabajo es clave para tener una economía avanzada. De poco sirve crear empleo si ese empleo nos sigue haciendo más pobres. Es la cara B del hecho de tener más gente trabajando en Canarias: empleados menos productivos y más pobres. ¿Cuál es la solución? Más formación para tener trabajadores cualificados, diversificar la economía para reducir su dependencia del turismo, ampliar la magnitud del tejido productivo de las empresas y apostar por el sector privado frente al público que ya devora el mercado laboral canario.

La elevada tasa de empleo público afecta a la productividad

Otro de los problemas, no estructurales, que también afecta a la poca productividad del empleo en Canarias, es el elevado peso del trabajo público en el mercado laboral canario, ya que éste no se mide, en términos de productividad, con los mismos parámetros que el sector privado.

De hecho, en las Islas el empleo público supera casi el 50% del total y en el pasado mes de abril, según datos de OBECAN, en la administración pública es donde único crece la contratación: un 4,35% en comparación con marzo y un 88,77% anual. En este caso, hay que tener en cuenta no sólo que la medición de la productividad no es igual en el sector público que en el privado, sino también la irrupción del teletrabajo en la administración pública. Los empresarios aseguran que esta modalidad de empleo que entró con la pandemia “no está funcionando en el sector público”. A todo esto hay que unir que la subida salarial pactada el viernes entre empresarios y sindicatos no compensará el poder adquisitivo perdido por la crisis.

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