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Solicitan más recursos para la salud mental de los menores migrantes

Unicef Canarias y expertos en psicología demandan una mejor coordinación entre las administraciones y los actores involucrados
Esperamos una importante llegada de menores y refugiados a Canarias

Unicef Canarias y expertos en psicología enfocada en la infancia migrante han demandado más recursos, especialmente en términos de personal, y una mejor coordinación entre las administraciones y los actores involucrados en el cuidado de la salud mental de los niños migrantes y refugiados.

En una conferencia de prensa después de llevar a cabo una jornada de formación sobre salud mental e infancia migrante y refugiada en Las Palmas de Gran Canaria, Rosa Gloria Suárez, la responsable regional de Unicef, destacó la importancia de que los profesionales en los centros de acogida y los servicios sociosanitarios tengan una perspectiva “transcultural” que les permita brindar una atención adecuada a los menores.

Suárez subrayó la necesidad de que las acciones sean efectivas y estén bien coordinadas, ya que estos niños provienen de situaciones de sufrimiento y mayor vulnerabilidad, con una precariedad afectiva y muchos de ellos han experimentado conflictos bélicos y climáticos.

La responsable de Unicef señaló que la situación de los recursos de atención a los menores migrantes en las islas ha mejorado, habiendo pasado de un pico de 2.700 menores bajo tutela del Gobierno de Canarias a una previsión de llegar a fin de año con un total de 700 menores tutelados, una cifra que permitiría brindar una atención integral adecuada a los niños.

Sin embargo, Suárez lamentó la falta de recursos, indicando que si bien el Servicio Canario de Salud tiene un ambicioso plan de salud mental en papel, su implementación ha sido poco efectiva.

Por último, Suárez mencionó que los psicólogos que trabajan en los centros de acogida se encuentran muy sobrecargados debido a las situaciones cambiantes, y expresó su preocupación por los desplazamientos continuos de los niños entre centros.

Durante las jornadas, Francisco Collazos, coordinador del programa de psicología transcultural del Hospital Vall D’Hebron de Barcelona, alertó sobre las experiencias potencialmente traumáticas de los niños que los exponen a desarrollar trastornos mentales de diversos tipos.

El especialista destacó que la resiliencia de la mayoría de los niños evita que padezcan trastornos mentales o psiquiátricos que requieran tratamientos especializados al principio. Sin embargo, subrayó la importancia de intervenir de manera preliminar para prevenir y promover la salud mental de los niños. No tener en cuenta estas vulnerabilidades y experiencias puede dar lugar a trastornos afectivos, de ansiedad, abuso de sustancias o incluso trastornos psicóticos.

Collazos afirmó que, además de la falta de recursos materiales, también existe una ineficiencia en ciertas prácticas. Señaló la escasez de profesionales y la tensión en la red de salud mental y protección de menores. Sugirió la necesidad de revisar el modelo y avanzar hacia un sistema más integrador y con una mayor coordinación entre diferentes actores, especialmente profesionales y asociaciones en el terreno, con equipos interdisciplinarios. Destacó la importancia de una mirada especializada por parte de los facultativos, fortaleciendo el trabajo de prevención primaria y abordando las causas subyacentes que luego pueden derivar en trastornos mentales.

Borja Fernández, psicólogo de la asociación Quórum Social, que lleva más de tres años trabajando con menores migrantes en Gran Canaria, destacó la gran diferencia que existe entre un menor cuya salud mental ha sido atendida adecuadamente y aquellos que no han tenido esa suerte. También mencionó que los migrantes suelen tener una resiliencia notablemente mayor a la habitual para enfrentar procesos de duelo y la dureza del viaje.

Fernández llamó la atención sobre la importancia de no olvidar la individualidad de cada niño y trabajar en mejorar la coordinación, especialmente en el ámbito educativo. Explicó que el entorno escolar es un punto crítico, ya que muchos niños son expulsados debido a problemas de conducta, lo que genera muchos conflictos y marca una diferencia significativa para los menores.

Al igual que la responsable de Unicef, Fernández reconoció las mejoras en la atención en comparación con el inicio de la crisis migratoria en Canarias, ya que en ese momento “el tema psicológico estaba completamente descuidado y todo era improvisación”. Destacó que ahora la red está preparada para recibir a los menores, con un claro conocimiento de qué hacer y a dónde dirigirse, brindando una atención integral.

El psicólogo también señaló que las realidades de estos niños suelen ser dramáticas, ya que muchos de ellos llegan presionados por sus familias para que los sostengan. Además, mencionó otras realidades difíciles, como el abuso que muchos casos de niñas sufren, incluso durante los viajes, lo que complica aún más la atención debido a su naturaleza diversa y complicada.

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