Hay que reconocer que, como afirmó en la víspera del Primero de Mayo el secretario general de CC.OO., Unai Sordo, no pudieron ser “más concretos” ni “sintetizar más la reivindicación de las organizaciones sindicales” que con el lema que ayer presidió hasta 73 manifestaciones (cinco de ellas en Canarias) por el día de los trabajadores. Porque, además, “subir salarios, bajar precios, repartir beneficios” son tres reivindicaciones que la realidad, siempre tozuda, avala sin duda que se trata de aspiraciones plenamente justificadas.
Basta con recordar que organizaciones del prestigio que tiene Oxfam Intermon (una organización no gubernamental de cooperación para el desarrollo fundada en 1942, que hoy en día, a su vez, engloba a 17 entidades con presencia en hasta 90 países) recordó hace unos días que en 2022 el salario de los españoles cayó un 5,5%, el equivalente a casi 11 días de trabajo, mientras que los dividendos de las empresas cotizadas aumentaron un 26,8% en comparación con el ejercicio anterior, hasta rondar los 26.000 millones de euros. Todo ello en un periodo en que la inflación acumulada en España se elevó hasta el 5,7%, lo que se reflejó especialmente en la cesta de la compra o las hipotecas. Siempre desde el diálogo, pero todos tendrán que ceder para seguir alcanzando acuerdos beneficiosos para el conjunto de la sociedad. Porque, de lo contrario, podemos caer por el sumidero del conflicto como en Francia. ¡Jaque Mate!
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