sucesos

Menos de 40 horas para el rescate del sumergible desaparecido: cuatro episodios inverosímiles que terminaron con éxito

La complejidad de las labores de búsqueda del batiscafo en las profundidades del Atlántico nos recuerda a otros operativos que han tenido lugar en los últimos tiempos
Menos de 40 horas para el rescate del sumergible desaparecido

“Seguiremos buscando mientras haya alguna oportunidad de supervivencia”. Así de tajante se ha mostrado ante los medios de comunicación John Mauger, el responsable de la búsqueda del sumergible Titán, operado por la empresa estadounidense OceanGate Expeditions, que desapareció el domingo con cinco pasajeros a bordo en aguas del Atlántico, a unos 4.000 metros de profundidad, en una visita a los restos del mítico Titanic.

La dificultad de la operación de rescate es considerable, principalmente por el factor tiempo, que juega en contra. Todas las previsiones apuntan a que la reserva de aire en el interior del batiscafo se agotará hoy jueves y, en estos momentos, el soporte vital de la nave estaría destinado no solo a proporcionarles oxígeno a los desaparecidos sino también a mantenerles calientes, ya que a esa profundidad el agua está prácticamente a cero grados.

Ayer, en una entrevista con DIARIO DE AVISOS, el submarinista tinerfeño Moisés Pires, que ha intervenido en emergencias como la del Prestige o Costa Concordia, explicó que si los recursos activados logran dar con el paradero del sumergible, una de las opciones es que intenten remolcarlo con otro batiscafo que tenga un brazo robótico, pues “no existe una cápsula de trasvase”.

La complejidad de las labores de rescate del sumergible Titan nos recuerda otros operativos masivos que han tenido lugar en los últimos tiempos, como el de los mineros de Chile (2010), los niños de la cueva Tham Luang (2018) o los de la selva en Colombia (2023), así como la búsqueda de Anna y Olivia en la costa de Tenerife (2021).

Derrumbe de la mina San José (Chile)

Vista de la mina durante las labores de rescate. Wikipedia
Vista de la mina durante las labores de rescate. Wikipedia

Un grupo de 33 trabajadores quedó atrapado, a poco más de 700 metros de profundidad, en la llamada Mina San José, ubicada cerca de la ciudad de Copiapó, en la región de Atacama (Chile). El accidente se produjo el jueves, 5 de agosto de 2010, cuando un derrumbe bloqueó la salida de la mina.

Las labores de rescate comenzaron ocho horas más tarde y duraron 69 días. Durante todo ese tiempo, los mineros permanecieron atrapados en un refugio. Afortunadamente, lograron sobrevivir gracias a los suministros enviados desde la superficie.

El 13 de octubre de 2010, se llevó a cabo el exitoso rescate utilizando la cápsula “Fénix”, que fue especialmente diseñada para este propósito. Así, uno por uno, los mineros fueron llevados a la superficie en una operación de rescate que fue transmitida en directo y seguida por millones de personas en todo el mundo.

Vista de la mina durante las labores de rescate
Vista de la mina durante las labores de rescate. NBT.

Rescate de la cueva Tham Luang (Tailandia)

Un equipo de fútbol juvenil y su entrenador quedaron atrapados en junio de 2018 en la cueva Tham Luang, en Tailandia, debido a una inundación repentina. Tras una intensa búsqueda, fueron encontrados con vida el 2 de julio.

La cueva Tham Luang es conocida por su complejidad y sus peligrosas condiciones: cuenta con pasajes estrechos, las aguas son turbias y falta oxígeno en algunas áreas. Por todo ello, la operación de rescate supuso un desafío adicional.

Así, se instalaron líneas de comunicación, se bombearon grandes cantidades de agua fuera de la cueva y se proporcionó asistencia médica y suministros a los atrapados. Además, se construyó una línea de vida mediante cuerdas para ayudar a los rescatistas y al grupo a navegar a través de las secciones inundadas.

El rescate se llevó a cabo en tres fases y concluyó el 10 de julio. En primer lugar, se extrajeron a los niños con mejores condiciones físicas, seguidos por el resto de miembros del equipo y, finalmente, el entrenador.

El buque Ángeles Alvariño
El buque Ángeles Alvariño. DA

Anna y Olivia (España)

La desaparición de las pequeñas Anna y Olivia, secuestradas por su padre en Tenerife, puso en marcha una de las investigaciones criminales que más ha conmocionado a la sociedad española en los últimos años. La búsqueda desesperada de las niñas se centró pronto en el mar.

La localización de pistas en la profundidad del océano, frente a la costa tinerfeña, constituía, sin embargo, un reto complejo que no habría podido llevarse a cabo sin la ayuda del Buque Oceanográfico Ángeles Alvariño: un barco científico dotado con los medios técnicos más avanzados para el análisis de los fondos marinos que, por primera vez en España, se ponía al servicio de una investigación de este tipo.

El 7 de junio se localizó una botella de oxígeno y una funda nórdica en la zona donde estaba la lancha del presunto parricida. Tres días después, con la ayuda de un sonar, hallaron en una bolsa el cuerpo de la pequeña Olivia.

El esfuerzo de la tripulación del Ángeles Alvariño fue un ejemplo de solidaridad y empeño que mereció el aplauso de toda la sociedad y, por ello, el Premio Taburiente por parte de La Fundación Diario de Avisos. Por su parte, el Instituto Español de Oceanografía calificó de “hito mundial” el hallazgo.

Militares colombianos del equipo de rescate, junto a los niños rescatados tras 40 días en la selva. Efe
Militares colombianos del equipo de rescate, junto a los niños rescatados tras 40 días en la selva. Efe

Niños perdidos en la selva (Colombia)

Las Fuerzas Militares de Colombia encontraron con vida a los tres niños y al bebé que desaparecieron en la selva el pasado 1 de mayo después de que la avioneta en la que viajaban con tres adultos sufriera un accidente.

Fueron hallados con vida 40 días después en un punto remoto de la selva, donde los buscaron sin descanso durante semanas unos 200 militares, entre ellos comandos de las Fuerzas Especiales del Ejército, e indígenas de cuatro departamentos selváticos.

La presencia en el operativo de Wilson, un perro militar, fue determinante para localizar a los pequeños, pues fue capaz de encontrar el refugio en el que los pequeños consiguieron protegerse de las adversas condiciones meteorológicas durante más de un mes, según confirmaron diversos medios de comunicación colombianos.

TE PUEDE INTERESAR