Averías

No sé si a ustedes, desocupados y amables lectores, les ha ocurrido lo mismo, pero a mí cuando algo se me avería, algún aparato doméstico, los daños se encadenan. Quiero decir que si falla una bombilla, al rato se jeringa otra; y que si se estropea la tele, el rúter se hace añicos a las pocas horas; o no funciona el timbre de la puerta, sobre todo en un mes -agosto- en el que el cartero sólo trae buenas noticias. Pues una de las lámparas led del salón de mi casa se ha estropeado tres veces seguidas. Parece, según le escuché al electricista, que se ha producido un defecto de fábrica en una partida de apliques, pero el competente eléctrico ha venido ya varias veces, coloca la lámpara, funciona, y a los pocos días, a tomar por saco. Recuerdo que en los tiempos heroicos de Radio Burgado, cuando la señal se enviaba por micro ondas, fallaba un enlace y al rato se incendiaba otro y más tarde se caía el tercero. Por eso mandé la radio a freír chuchangas, porque era un sinvivir. Ahora es distinto, porque todo se hace a través de la Internet, que es una gozada, casi gratis y que no falla nunca. Hay que ver cómo ha evolucionado eso de la radio con la Internet. Yo me acuerdo que una línea microfónica al sur costaba, vía Telefónica, algo así como 200.000 pesetas mensuales, que era una fortuna, y cuyo importe nunca cubrió la publicidad comercial sino la generosidad de algún patrocinador, a cambio de nada. Ahora sólo tengo que preocuparme de que si se avería la lavadora encuentre a un técnico que la arregle, al tiempo de que el de Telefónica venga y me reponga el rúter y el electricista me haga el favor y me reemplace la lámpara que se ha averiado tres veces en quince o veinte días. Y así.