El calor reinante en la jornada de ayer en Santa Cruz no fue impedimento para que la numerosa comunidad boliviana que se congregó en el barrio de Salamanca honrara a la Virgen de Urkupiña, patrona de la Integración Nacional de Bolivia. Una veintena de grupos de danzas folclóricas de Bolivia acompañaron a la Virgen de Urkupiña en la procesión que partió de la iglesia de Nuestra Señora de Fátima, a las doce del mediodía, y que tras más de una hora de recorrido, regresó pasada la una de la tarde a la que, desde el año pasado, es su residencia oficial.
Ayer el barrio de Salamanca, con la colaboración de la Asociación de Vecinos de La Arboleda, se convirtió por unas horas en una réplica de la ciudad de Quillacollo, cerca de Cochabamba, donde se venera a Urkupiña.
Casi un millar de personas se reunieron en torno a la imagen para celebrarla y honrarla a través de las tradiciones que la comunidad boliviana ha traído consigo, y que los vecinos de Salamanca han sabido valorar y compartir con ella.
El calor animó a los vecinos a refrescar con el agua de las mangueras a los grupos de danza, cuyos trajes, igual de coloridos que asfixiantes, no les pasara factura. La jornada finalizó con un almuerzo para toda la comunidad en El Centenero, aunque antes, en la plaza de la iglesia, se pudieron degustar algunos de los productos típicos de la gastronomía boliviana.
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