Carlos Pallés Darias, fotógrafo y arquitecto (Santa Cruz, 1964), es miembro de la Tertulia Amigos del 25 de Julio. Como arquitecto ha realizado más de 5.000 tasaciones y ha diseñado viviendas, desde las modestas de protección oficial a otras de súper lujo. Es un humanista, se le nota a la legua. Y un patriota chicharrero. Es hijo del gran fotoperiodista Antonio Pallés Sala y de la primera mujer tinerfeña graduada en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, Olga Darias, ambos fallecidos. Olga y Antonio fueron compañeros míos en el vespertino La Tarde. Siendo un niño, Carlos rondaba aquellas redacciones, primero en el callejón de El Combate y luego en Suárez Guerra. Ha dictado medio centenar de conferencias sobre nuestra historia naval, está en un proyecto sobre la vida del tinerfeño José de Anchieta, médico, eclesiástico, lingüista, literato y arquitecto, para el cine o la televisión, con un guion suyo. ¿Ámbito del proyecto? Desde su nacimiento hasta que el padre Anchieta marchó a Coimbra. Aprovechó la reclusión de la COVID para retratar espacios de Canarias, tomó más de 4.000 fotos en gran formato. Para los curiosos, tiene fotografiado a Nelson, en el momento del ataque a Tenerife, a través de trece cuadros. Como dice Carlos, “es la manipulación de la fotografía al servicio de la historia”. Con una cámara de su padre, una Contax, viajé yo a La Palma en 1971 para plasmar –en blanco y negro— la erupción del volcán Teneguía. Otra curiosidad: su padre fue gran amigo del actor portuense Tom Hernández, que triunfó en Hollywood como secundario, y que tiene una estatua erigida en San Diego por su papel del personaje del Zorro, en películas y en la propia Feria Anual de San Diego, como maestro de ceremonias, de la cual salieron artistas como Raquel Welch.
“Tom y mi padre fueron muy amigos. Cierta vez viajamos toda la familia a visitarlo, a su chalé de Beverly Hills. Era ya muy tarde. Mi madre no quería que acudiéramos en tropel a la casa del actor a aquellas horas, pero mi padre se empeñó. Nos abrió la puerta el propio Tom, que al ver a mi padre le dio un abrazo enorme y, por supuesto, nos invitó a pasar; estaba muy emocionado”.
(Aclaro: Tom Hernández, en realidad Domingo Hernández Bethencourt, nació en el Puerto de la Cruz en 1915 y murió en Los Ángeles en 1984. Participó en numerosas películas para el cine y la televisión. Emigró con sus padres y su hermano a California cuando tenía cinco años. Nunca olvidó al Puerto y aquí tenía buenos amigos, entre ellos Antonio Pallés, que era un especialista en cine y que regentó varias salas en Tenerife).
-A ver, Carlos, empecemos por la historia. Con el acercamiento de la Tertulia Amigos del 25 de Julio a la Nelson Society británica, ¿ya reconocen los ingleses la derrota del almirante en Tenerife?
“Era un objetivo que me planteé nada más ser admitido en la Tertulia. Sacar la gesta de 1797 del ámbito local y darle su merecido encuadre en un conjunto de hechos internacionales que tuvieron que ver con las guerras pre napoleónicas, en un contexto de geoestrategia global”.
-Les cuesta reconocerlo, ¿no?
“Sí, pero ya no existe duda posible de las verdaderas estrategias británicas. Sabemos, por una carta secreta de Horacio Nelson a su almirante John Jervis, que, ante la pregunta del verdadero motivo de la misión, Nelson propone que tras apoderarse de Santa Cruz “con un fulminante y vigoroso ataque”, debe someter a la isla de Tenerife. Nelson insiste también en qué hacer con las otras islas y Jervis le responde que “también Canaria, Gomera, Fuerteventura…¡todas!”.
-Tú eres arquitecto y fotógrafo. Y, por supuesto, guardas recuerdos imborrables de tus padres. ¿Cómo recuerdas aquellos tiempos de La Tarde?
“De niño pasé tantas horas allí, en las redacciones del Combate y del nuevo edificio, que lo recuerdo todo. Yo era muy pequeño, todos me conocían y yo admiraba a aquella nómina extraordinaria de periodistas. También a los trabajadores que obraban el milagro de sacar a la calle el mejor vespertino de Canarias. Lamentablemente, su legado ha permanecido inaccesible a la investigación hasta su digitalización, hace unos seis años”.
-Dime algo, ¿es cierto que tú, siendo un niño, fuiste el autor de la foto famosa de cuando un toro cogió al fotógrafo Rafael Ramos, Ramitos, lo aventó por los aires y lo lanzó desde el callejón?
“Te voy a contar la historia. Yo tenía unos siete años. A mi padre no le gustaban los toros, ni el fútbol. Me dio una Leica y me dijo: “Saca lo que puedas”. Fui a la plaza con mi madre y nos sentaron en el primer alambre de la tribuna de prensa. Justo delante de nosotros el toro saltó al callejón y corneó a Ramos. Lo lanzó al ruedo, fue muy grave. Yo me alongué, porque todo ocurría debajo mismo de nosotros, y empecé a tomar fotos. Una de ellas fue publicada en la portada de El Día, firmada por Pallés. Pero era mía y como mi padre hacía fotos para La Tarde, y no pudieron localizarlo, pues José Alberto Santana (Altober), gran periodista y muy amigo de mis padres, decidió publicarla en El Día, donde entonces trabajaba”.
-Volvamos a la historia. Háblame de la Tertulia y de su labor para recuperar el pasado, para restituir la verdad histórica.
“La Tertulia Amigos del 25 de Julio tiene como objetivo “la investigación y la difusión de la historia y la cultura de Canarias, por medio del debate y del libre intercambio de ideas”. Desde su fundación viene reconociendo a los héroes de aquella Gesta del 25 de julio de 1797. Es incansable su labor de investigación y de difusión de la verdad histórica, en base a las fuentes documentales primarias. Es nuestra obligación lograr que la historia no se olvide; y no sólo la de los grandes héroes sino también la de todos los que contribuyeron con sus pequeñas aportaciones a la victorias colectiva”.
-¿Recuperaremos algún día el pecio del Fox?
“Creo que la recuperación de los restos del HM Hired Cutter Fox resultaría tremendamente difícil porque el fondo es muy profundo y ha sido modificado por la construcción de los muelles y sus ampliaciones, además de por operaciones de dragado y por el arrastre de los sedimentos de los barrancos, pero pienso que recuperar la memoria de nuestra arqueología subacuática es importante para Canarias. En muchos casos ni siquiera es necesario sacar esos restos del agua, sino realizar un buen barrido fotográfico y de escanearlo todo, generando imágenes de alta calidad. Con ese barrido fotográfico podríamos contar grandes y atractivas historias”.
-¿Y qué hay del Museo Naval de Canarias, en Santa Cruz?
“Ya lo henos conseguido. Pronto habrá novedades del Museo Marítimo y Naval, que contará la historia de la navegación por las Islas Canarias, la de la flota de Indias, el comercio con las Américas, la navegación a vela, la llegada del vapor, la emigración canaria y la llegada del turismo. Este museo se complementará con los que ya tenemos y con el del correíllo La Palma. Todos saldremos ganando. Ahora corresponde a las autoridades apoyar la iniciativa de la Tertulia”.
-¿Eres partidario de sacar de ese hoyo de la Plaza de España el cañón Tigre?
“Yo jamás me mostré partidario de ubicarlo en ese lugar. El cañón cuya bala cortó el brazo a Nelson es un símbolo para la ciudad, para Canarias y para España. El cañón fue entregado a la ciudad para que formara parte de un monumento que nunca se llevó a cabo. No es su lugar el que tiene ahora”.
-¿Te da pena que hayan derribado el castillo de San Cristóbal?
“Fue una tragedia para Santa Cruz de Tenerife. Todo formó parte de un maquiavélico plan urdido por mentes oscuras para eliminar sus símbolos de poder. El comienzo de la destrucción de la orgullosa primera y única capital de Canarias. Todo un compló maquinado y organizado para terminar con un castillo que, aunque viejo y descuidado, era histórico porque desde él se lograron las tres victorias contra los ingleses y otras tantas menores. Una vez derribado el castillo principal todo fue más fácil para echar abajo lo demás. Sus autores esgrimieron motivos tan infantiles como que “se podría contemplar el mar” y despropósitos parecidos. Por supuesto, siempre con la colaboración de santacruceros al servicio de intereses extranjeros, por ingenuidad o adrede. No hablo de otros intereses de Gran Canaria, ni de la actuación de los masones; otro día quizá. ¡Qué diferente hubiera sido todo si Santa Cruz hubiese mantenido su ribera original!”.
-Háblame de tus padres. Ya sabes que trabajé con los dos.
“Tú los conociste muy bien, efectivamente trabajaste con ellos. Quizá seas más imparcial que yo al recordar su trabajo. Te recuerdo perfectamente en La Tarde, cuando entraste. De mi padre, como fotógrafo, aprendí su técnica para usar la cámara como un reportero de prensa. Buscaba siempre el instante único, irrepetible, pero cuidando mucho aspectos técnicos como la luz, el encuadre y la composición. Me consta que te apreciaba mucho, él no le dejaba sus cámaras a nadie, sólo a ti. Pero yo desde que tomé las fotos del accidente de Spantax en Los Rodeos nunca quise cubrir sucesos desagradables. Nada de heridos, de sufrimiento ni de muerte. Y lo mantengo”.
-Tu padre firmaba como Sala, su segundo apellido, en ‘La Tarde’. Y como Antonio Pallés en el resto.
“Muchos sellos de caucho puse yo en las fotografías de mi padre: Foto Sala. Mi madre también hacía fotos, las firmaba como Olenka. Mi padre fue fotógrafo autodidacta, igual que pintaba y esculpía. Conocía la técnica fotográfica primitiva, hacía placas de vidrio, usaba la caja negra, creaba negativos artesanales. Desde 1949 trabajaba las diapositivas en color, cuando casi nadie usaba esa técnica en Canarias ni en España. Le encantaban las novedades: televisores, súper 8, tocadiscos”.
-Carlos, estoy listo para dar vida a una historia de La Tarde de los 70 con fotos de tu padre.
“Tú eres de los últimos periodistas supervivientes de una generación a caballo entre el franquismo, la Transición y la democracia. Una generación de grandes trabajadores que escribieron maravillosamente bien, como don Víctor Zurita, don Ángel Acosta, Alfonso García-Ramos, Alberto Santana y mi madre. Es de justicia que no se olviden y que su encomiable trabajo en defensa de la libertad, la verdad y la buena prensa no se pierda para siempre. Ya te digo que tú eres el más indicado para publicar ese libro, que glose la labor de todos los que sacaron adelante aquel inolvidable periódico La Tarde. Las fotos de la colección de mi padre están a tu disposición”.
-Gracias, amigo.
(Otro día contaré la anécdota de aquel agregado naval, o lo que fuera, de la Embajada británica en Madrid, invitado por la Tertulia a Tenerife, que se comía todas las sobras de las comidas a las que era convidado y que quiso organizar un comando, no se sabe si en serio o en broma, para llevarse a Londres el ancla del Theseus, el buque insignia de la flota de Nelson, reliquia que se encuentra expuesta frente a la Comandancia de Marina, en Santa Cruz. Carlos se parte de risa cuando me lo cuenta. Pero ya no cabe).