Que circular por las principales carreteras de Tenerife es un deporte de riesgo supone una realidad contrastada, día sí y día también, por miles de usuarios de las mismas, especialmente en días laborables. Tras unas jornadas horribles en tal sentido, ayer fue viernes -considerado de forma unánime como el peor día de la semana para ponerse al volante en esta Isla- y el caos vivido en las vías más transitadas de la Isla no desmerecieron a su fama.
Aunque felizmente no hay que lamentar ni siquiera heridos de carácter grave o moderado por la miríada de accidentes acaecidos, las consecuencias de los mismos, sea directamente o a través de unos atascos (que, de cualquier modo, son ya inevitables, dada la congestión estructural de la circulación), perjudican tanto a la economía insular por las horas de trabajo perdidas como, lo que seguramente es más importante, a la salud mental de quienes padecen semejante frustración.
Uno a uno
Sea como fuere, la relación de accidentes y atascos de ayer incluye, por ejemplo, una colisión de tres vehículos en la TF-1 dirección Santa Cruz a la altura de la salida de Añaza poco antes de las siete y media de la mañana, lo que ya causó grandes retenciones. Si se pretendía llegar a la capital desde el Norte, el accidente de un motorista a la altura de Las Chumberas en la TF-5 generaba más colas en esa zona minutos después del mediodía.
Tras el clásico atasco de antes de las tres de la tarde para salir de Santa Cruz hacia el Norte, llegó poco después de las cuatro otro accidente en la TF-5 a la altura de El Sauzal, donde volcó una Berlingo y las retenciones duraron más de una hora.
Hay que sumar otra colisión más a la crónica que nos ocupa la que tuvo lugar a media tarde en la TF-1 dirección a Santa Cruz a la altura de Parque de la Reina (Adeje) con dos vehículos implicados.
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