sociedad

El sanatorio del Teide: así era uno de los lugares abandonados más misteriosos de Tenerife

La instalación es un testimonio olvidado de la lucha contra la tuberculosis en Tenerife
lugares a los que llevar a alguien que nunca ha estado en Tenerife
Parque Nacional del Teide

En las faldas del Teide yace un testimonio de una época pasada: los restos de un antiguo sanatorio que nunca vio la luz del día. Aunque su construcción comenzó en 1930, el proyecto nunca se completó, a pesar del entusiasmo y la esperanza inicial.

Las autoridades de Tenerife decidieron cancelar el proyecto y dejar únicamente tres estructuras en pie: la vivienda del médico, un garaje y un establo. Estos edificios fueron adaptados para acoger a los enfermos y se convirtieron en casas para aquellos que buscaban la cura para la temida tuberculosis.

Según ha documentado el neumólogo y director del Instituto Neumológico de Canarias, José Julián Batista, más de cien pacientes de todas partes del mundo que padecían la enfermedad llegaron a la isla de Tenerife a finales del siglo XIX.

Los pacientes llegaron con sus familias en busca de una cura y se refugiaron en las conocidas como “casetas de los alemanes” en Las Cañadas del Teide con la esperanza de que el prometido sanatorio se convirtiera en un referente mundial para el tratamiento de la tuberculosis.

En aquella época, médicos nacionales e internacionales defendían que el clima cálido y seco del Teide tenía el potencial de curar la enfermedad, así como otras afecciones pulmonares, como la bronquitis y la neumonía. Por ello, recomendaban a los pacientes pasar tiempo en la región en busca de alivio y curación.

Tenerife se convirtió entonces en un punto de referencia en el mundo de la cura climática, superando incluso a otras localidades de renombre por sus sanatorios, como Madeira.

Aunque el sanatorio del Teide nunca llegó a su plena realización, la Isla tuvo una especial relevancia en la lucha contra la tuberculosis y se convirtió en un refugio de esperanza para los enfermos en busca de una cura.

Hoy en día, los restos de este sanatorio inacabado permanecen camuflados entre el paisaje volcánico, testigos silenciosos de una época en la que la ciencia y la medicina luchaban de forma incansable contra una enfermedad mortal.

En el siguiente enlace puedes ver una imagen del momento en el que el sanatorio se convirtió en refugio para los enfermos. La página de Facebook ‘Fotos antiguas de Tenerife’ ha compartida la foto de Manuel Martín González en el que se ven a varios pacientes de tuberculosis a las faldas del Teide https://www.facebook.com/groups/FotosAntiguasTenerife/permalink/24639039475686968/

Un sendero del Parque Nacional permite acercase al sanatorio

El sendero comienza al pie del Teide, y a medida que se aleja de él, se vuelve cada vez más visible en toda su espectacularidad. Sigue una antigua pista, junto a la cual se colocan colmenas en primavera para obtener la preciosa miel de retama.

También son destacables las lavas de la cúpula de Montaña Blanca con sus diferentes formas. El sendero termina en el camino de Siete Cañadas, al pie de los acantilados de Guajara.

La flora es abundante en retamas, madroños, rosas de cumbre, cardos y hierbas. En primavera y verano, es un buen lugar para observar la multitud de insectos que aprovechan la floración que tiñe estos paisajes de blanco, amarillo y rosa.

TE PUEDE INTERESAR