El biólogo Luis Herrera Mesa, medalla de Oro de Canarias, Hijo Predilecto de La Gomera, vicerrector emérito de la Universidad de Navarra, fue el encargado de leer ayer en el pórtico del Ayuntamiento de San Sebastián de La Gomera, el pregón de las Fiestas Lustrales.
Herrera comenzó expresando el deseo de “restituir mediante este pregón, algo de lo mucho que he recibido a lo largo de mi vida. Y este fue también un compromiso que hice cuando recibí el título de Hijo Predilecto de La Gomera, hacer lo que esté en mi mano por mi querido pueblo de La Gomera. Por eso, quiero dar las gracias a la corporación del Ayuntamiento de San Sebastián, por ofrecerme esta magnífica ocasión para proclamar el pregón de nuestras Fiestas lustrales de 2023”. “Al cabo de una vida -prosiguió-, con centenares de cursos, lecciones, congresos, reuniones y conferencias impartidas por diferentes países os puedo decir que nunca he sentido tanta alegría y emoción, como dirigiros estas palabras en honor de Nuestra Señora, la Virgen de Guadalupe, Patrona de La Gomera”.
Recordó que “la bajada de la Virgen de Guadalupe desde su ermita de Puntallana la venimos celebrando con gran devoción y regocijo desde 1872. Se convierte así en una tradición secular con más de 150 años de historia. Si convenimos que todas las bajadas han sido cada cinco años, celebramos este año las trigésimas Fiestas Lustrales”.
“Todos somos artífices de un pregón, de una alabanza, de una exaltación a la Madre de Dios, todos estamos llamados a pregonar lo que la Virgen de Guadalupe nos enseña. Algunos tenemos la dicha de hacerlo desde esta tribuna, pero todos estamos llamados a hacer un pregón con nuestras vidas, haciendo el bien”.
Herrera también hizo un alegato antiabortista: “En primer lugar, Virgen de Guadalupe, como biólogo, te pido una afirmación gozosa por el derecho a la vida desde la concepción en el seno de la mujer hasta la muerte natural. El derecho a la vida es un derecho universal e inalienable, que le corresponde a todo ser humano. Es un derecho necesario para concretar todos los demás derechos universales. Si no hay vida, no tiene sentido que existan los demás derechos fundamentales”, prosiguiendo “Virgen santa, ‘Salud de los enfermos’, te pido que las personas mayores y en situación terminal ingresadas en el Hospital insular Nuestra Señora de Guadalupe tengan derecho a una muerte digna, que los médicos, enfermeras y enfermeros defiendan el derecho a la vida de los enfermos terminales e irreversibles, a morir pacíficamente y sin sufrimientos con los tratamientos paliativos adecuados. Por último, en este canto por la vida, ‘Madre del Amor hermoso’, te pido que no haya un caso más de violencia familiar entre los esposos, ni entre hombre y mujer, ni entre padres e hijos, ni entre hermanos. Te pido que el hombre tenga un respeto profundo por la mujer, que es el ser más bello y hermoso de la creación”.
Y en sus peticiones, el pregonero que la Virgen de Guadalupe aliente “a nuestros gobernantes, para salvar todos los escollos y dificultades para mejorar tu modesta morada, la ermita de Puntallana -con una capacidad para unas 40 personas-, y de una vez por todas se lleve a término la construcción del santuario que -según el proyecto previsto-, tendrá una superficie construida de 600 metros cuadrados, con capacidad para 350 personas, que sea compatible con el enclave de Puntallana como ‘Reserva natural especial’. ¿O es que no se puede dedicar menos de una décima de hectárea (600 metros cuadrados) para construir tu santuario, en un extremo de esta reserva que tiene una superficie de 292 hectáreas?”.
Terminó el pregón recordando la figura del franciscano Ruiz de Padrón, en el bicentenario de su fallecimiento, “excelente pregonero de La Gomera como diputado en las Cortes de Cádiz de 1812”. Con un “¡Viva la Virgen de Guadalupe!”, rubricó su pregón.
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