Al menos dos policías han resultado heridos por un atentado suicida contra la sede del Ministerio del Interior turco en Ankara, que se ha saldado con dos atacantes fallecidos, según ha confirmado el propio titular de la cartera Ali Yerlikaya.
“Alrededor de las 9.30 horas, dos terroristas que se encontraban en un vehículo comercial ligero frente a la puerta de entrada de la Dirección General de Seguridad de nuestro Ministerio del Interior perpetraron un atentado con bomba”, ha hecho saber el ministro.
“Uno de los terroristas se hizo estallar y el otro terrorista fue neutralizado”, ha añadido en su mensaje, publicado en su cuenta de Twitter. Los dos policías heridos no corren peligro de muerte. “Deseo una pronta recuperación a nuestros héroes”, ha añadido.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que lo ocurrido ha sido “el último espasmo del terror”. Los “villanos” detrás del ataque “no han conseguido sus objetivos y nunca los conseguirán”, ha añadido el mandatario.
🇹🇷 Attaque à la bombe à Ankara: les images de l'explosion près du parlement turc pic.twitter.com/JfGuYrHS7t
— BFMTV (@BFMTV) October 1, 2023
Los responsables
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se ha atribuido el atentado. El grupo asegura que ha dejado un guardia fallecido. “Un equipo afiliado a nuestro Batallón de los Inmortales ha entrado en las inmediaciones del Ministerio del Interior de Turquía”, ha anunciado el PKK en un comunicado recogido por la agencia de noticias kurda Firat.
El ataque fue preparado para coincidir con la sesión inaugural de la temporada legislativa del Parlamento turco, próximo a la sede del Ministerio.
El PKK asegura que el ataque ha costado la vida a un guardia de seguridad, que ha resultado “liquidado”. No obstante, “el fascista régimen turco sigue negando las pérdidas sufridas, en una clara falta de respeto a la población”.
El grupo añade que el atentado ha sido una respuesta a las “prácticas inhumanas” del Ejército turco contra la población kurda y el grupo. Los militares, cabe recordar, realizan frecuentemente operaciones militares contra el PKK y sus aliados en el sureste de Turquía, el norte de Irak y el norte de Siria –principalmente la milicia kurdo-siria Unidades de Protección Popular (YPG)– desde que quedó roto el alto el fuego entre el Gobierno y el grupo armado en julio de 2015.
“Si estos genocidas siguen cometiendo estos crímenes, las acciones legítimas de justicia revolucionaria continuarán”, añade el PKK.