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La XXII Clásica muestra el patrimonio automovilístico canario sobre las bellezas naturales de Tenerife y La Palma

Un centenar de vehículos históricos recorrieron 500 kilómetros mostrando el gran patrimonio automovilístico de las islas
Las joyas automovilísticas en la calle Real de Santa Cruz de La Palma / DA

Un centenar de vehículos, fabricados entre los años 1935 y 1973, con treinta marcas y 72 modelos diferentes, recorrieron unos 500 kilómetros sobre las bellezas patrimoniales y naturales de la islas de Tenerife y La Palma, con 15 tramos cronometrados en una prueba de regularidad que volvió a ganar la pareja David Liceras-Ainhoa Ayarra, con MG Morgan, por delante de Raúl Aranda-Rafael Fernández, presidente y vicepresidente de la FEVA, con Triumph TR4 IRS.

El rally se celebró con buen tiempo, excepto el inicio de la primera etapa por Anaga y el final de la segunda, ya en La Palma, por la lluvia que hizo deslizante el tramo desde la capital hasta Los Llanos, así como el desarrollo de la Targa – carrera de tres vueltas por un circuito urbano a una media de 40 km/h- y el regreso al hotel Princess de Fuencaliente en plena noche y bajo la lluvia por la nueva vía levantada sobre la lava del volcán de Cumbre Vieja.

La Clásica se desarrolló entre la costa y el monte, incluso con lluvia / DA

La Palma recibió con entusiasmo al centenar de joyas automovilísticas en la calle Real, todo un espectáculo de patrimonio, como lo fue también el pase por la nueva carretera creada sobre la lava del volcán Cumbre Vieja o la visita a los Roques de Los Muchachos, a más de 2.400 metros de altitud.

Miguel Hernández Calzadilla, presidente del Real Automóvil Club (RACT), se mostró satisfecho del desarrollo de la Clásica, que calificó de “compleja” por el traslado en barco a La Palma y la climatología tan cambiante, mientras comentó que “estamos ahora en pleno análisis de todas las virtudes y defectos que pudiera haber habido y trabajando desde ya en la próxima edición de 2024”.

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