La capilla del Carmen, en la iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife, alberga desde el siglo XVIII una imagen de bella traza barroca que representa a San Nicolás de Bari, el antecedente del popular Santa Claus, Papá Noel, y de sus más cercanos afines. La iconografía del popular santo, nacido hacia 270 en Patras de Licia (Anatolia, Asia Menor) y su pronta y variada adopción en Europa ha servido de punto de partida para que, amparado en diferentes leyendas, asuma la figura del embajador de la bondad en el periodo de Adviento. Así, en Francia pasa a adoptar el título de Papá Noel, con su bonachona expresión, al tiempo que en Alemania se le denominará Santa Klaus; en Holanda, Sinter- klass; para los daneses y suecos será Niels; entre los húngaros, Miklos; en Rusia, Nikolai Ychu- dotvorets o Kolia…
La imagen que recibe culto en la parroquia chicharrera, situada a la derecha de la patrona de las gentes del mar, es de origen genovés, como señala en el documentado estudio Escultura barroca en la iglesia de La Concepción de Santa Cruz de Tenerife (Revista de Historia de Canarias, n° 186) el profesor de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna Carlos Castro Brunetto. “El Dr. Hernández Perera aproxima al círculo genovés la escultura de San Nicolás de Bari, puesta hacia 1738 por los Logman en la capilla de San Pedro, tal vez con motivo de fundarse la Congregación de eclesiásticos ese año al alcanzar el vicariato de Santa Cruz Rodrigo Logman’! San Nicolás paso a ocupar la hornacina que, al menos hasta finales del siglo XIX, albergó la imagen de Santa Catalina Mártir, obra igualmente genovesa, que se cree desapareció al ser pasto de los insectos xilófagos, y en el otro extremo permanece la de Santa Teresa, obra de Antonio María Mara-gliano. Castro Brunetto no duda en señalar a esa imagen como “una de las que mejor expresan el pathos del Barroco y, por tanto, el sentimiento de la Contrarreforma y una buena muestra del misticismo declamatorio”.
Cada lunes y durante muchos años, San Nicolás recibía la visita de los fieles, sobre todo de las madres que le presentaban a sus niños, invocándole protección. “En la actualidad siguen viniendo a verle el primer día de la semana, aunque no tanto como hace unas décadas” precisa Esperanza García, de la comunidad parroquial, que ha constatado que los feligreses que mantienen esa tradición son en su mayoría padres o abuelos y acuden al templo con sus hijos o nietos. “Acuden a presentarle a los pequeños, siguiendo la tradición que en otro tiempo tuvieron con ellos y dicen que desean perpetuarla” El párroco de la Concepción, Mauricio González, recuerda que cuando era seminarista se mantenía inalterable la cita semanal ante el santo, con la oración: “Ruega por nosotros, San Nicolás, quien a tres clérigos resucitó” El párroco recuerda que durante un tiempo la imagen tuvo a sus pies una pequeña obra en escayola. “Representaba una embarcación, con tres niños. No se correspondía con la imagen titular y, dado su deterioro, optamos por retirarla”.
Louis Réau, iconógrafo e historiador del arte francés, de obligada referencia en la iconografía de los santos, menciona dos episodios que sirven de referencia legendaria entorno a la santidad de Nicolás de Bari. Uno de ellos hace mención a tres doncellas: “Un noble reducido a la indigencia no tenía otra salida que prostituir a sus tres hijas. San Nicolás las salvó de la deshonra y del oprobio arrojando durante la noche, y sin que nadie lo advirtiese, tres bolsas llenas de oro a través de la ventana de su casa, recursos que permitieron casarlas honorablemente’.’ Hace por igual referencia a la fábula de los tres niños resucitados: “Se trata de la deformación de la historia de los tres oficiales falsamente acusadose injustamente condenados a muerte, a quienes San Nicolás habría arrancado del tajo del verdugo apareciéndose en sueños al emperador Constantino! El autor señala que esas leyendas, en particular esta última, “fueron meta- morfoseadas en tres escolares’,’ y añade otros milagros del santo relacionados con el mar, por lo que los marineros griegos le invocan “como en el pasado habrían suplicado a Poseidón’!
Llega a decir Louis Réau que la fama del santo de Bari “le convierte en uno de los grandes taumaturgos de la Iglesia griega y más tarde en uno de los principales patrones de Grecia y de Rusia. El traslado de sus reliquias a Bari, en 1087, lo convirtió, por añadidura, en uno de los grandes santos de la Iglesia romana’! Tiene el santo, que destacó también por ejercer su ardiente combate ante la herejía arriana en el Concilio de Nicea, el privilegio de pertenecer a las iglesias griega y latina, por lo que se le señala como “el más universal de los santos’! Añade el autor antes citado que la historia de San Nicolás fue ahogada muy pronto por la leyenda que se apoderó de él “para convertirlo en una mezcla de Neptuno y Papá Noel’! En el arte bizantino se le representa con ancha frente y barba blanca, a la usanza de un obispo griego, con felonion y omoforión blancos! El arte occidental lo transforma en obispo latino, con mitra! La imagen genovesa de Tenerife lo muestra portando en una mano el libro de los evangelios y con la otra mano abierta!
Las bolsas de oro que llegan al hogar de las tres doncellas le otorgan la función de repartidor de regalos de Navidad! Al paso de los años, San Nicolaus (Nicolás) o Nikolaos irá adoptando diferentes nombres y se le tratará de manera diferente en la iconografía, hasta el punto de residenciarlo en Lapo- nia y hacerle viajar en trineo al grito de “jo, jo ,jo” entre delfos y renos (Rudolph, Donner, Blitzen, Vixen…) !Tambien se le viste de verde o con el chispeante rojo encendido! San Nicolás, que fue patrón de los carpinteros navales, de los escolares, de las muchachas y de los niños de coro, dejará huella en ámbitos bien dispares, incluido el bautizo dado al metal níquel, que el sueco Kronsted citó en 1791!
El retablo de la capilla del Carmen en el que descansa San Nicolás es uno de los mas bellos ejemplos del barroco, con singulares chinerías! En él se alberga la reliquia de San Clemente y a su lado, en la pared contigua, figura la inscripción de una benefactora: In memoriam a Francisae Shachinger (VII-II-MCMXXXIV) ! José Arturo Navarro, especialista en protocolo y en gran medida alba- cea del patrimonio que atesora el templo al que ha dedicado ejemplar atención, lamenta el deterioro que a ojo de todos se detecta! “La polilla está afectando seriamente toda la madera y avanza a ritmo considerable! Hemos perdido un tiempo inmenso en la restauración, con promesas que casi nunca llegan y cuando lo hacen es tarde! En ese retablo se perdió la imagen de Santa Catalina Mártir! Solo queda la diadema de plata que ahora luce la imagen de María Magdalena! Los insectos devoran la madera y tienen a su favor la humedad y la temperatura; la Concepción ofrece el mejor caldo de cultivo! La imagen de Santa Teresa, que es una de las obras más importantes que tenemos, está carcomida y temo que cuando se acometa la restauración habrá que hacerle un vaciado y un tratamiento muy especial! No sabemos cómo está San Nicolás, y así otras tantas obras! El altar mayor está pidiendo a gritos que se le atienda, se cae a pedazos; parece que nadie escucha o tienen los oídos puestos en otras cosas’! El arquitecto e historiador Sebastián Matías coincide en valorar como “calamitoso” el estado en que se encuentra el patrimonio que alberga la Concepción! “No somos conscientes del gran legado que las generaciones anteriores nos han dado! No acabamos de asumir que nuestro deber es cuidarlo y protegerlo para puedan disfrutar de él las generaciones venideras”.
Cabe pensar que el San Nicolás de Tenerife, aparentemente impasible, no podría imaginar en Patras de Licia, su lugar de nacimiento, o en Mira, donde llegó a ser obispo, que los milagros que de buena fe le atribuyeron dieran lugar a las fantásticas leyendas que le vinculan con la Navidad, incluyendo entrar por las chimeneas sin arrugarse ni tiznar sus blanca cabellera para dejar los regalos al pie del abeto!
El traslado de las reliquias del santo a Bari y la conquista de Italia meridional por los normandos vino a favorecer la expansión de su culto! En Lorena le nombran patrón y, entre fábulas y leyendas, creció su fama y veneración! A Tenerife llegó para quedarse en el siglo XVIIL.