La Ruta de Belenes es una de las acciones más demandadas en La Orotava en época navideña. Los belenistas trabajan durante meses para montar sus portales, verdaderas creaciones artesanales que escenifican el nacimiento de Jesús y esa época, con minuciosos detalles.
Este año la Ruta incluye 25 nacimientos y cumple su XVI edición, que es especial porque coincide con el 800 aniversario de la creación del primer belén realizado por San Francisco de Asís, considerado el patrón de los belenistas, en Greccio, un pequeño pueblo de Italia.
Para conmemorar esta efeméride, la Asociación de Belenistas Taoro decidió este año poner en marcha una ruta en guagua para facilitar el acceso a los belenes que no se encuentran en el casco y motivar a la gente a que los visite porque tienen el mismo trabajo, cariño, dedicación y paciencia que el resto.
“Pensamos que si la gente no va, la llevamos nosotros en guagua. Le dimos un par de vueltas a la idea y hablamos con Natalia, una de las personas responsables de organizar las rutas con los niños y niñas por la mañana, para ver cómo se podía concretar y decidimos lanzarnos a esta aventura”, comenta el presidente de la Asociación de Belenistas Taoro, Esteban García Morales.
“Para los belenistas, el mayor premio es que la gente visite su trabajo porque le dedicas mucho tiempo y por eso quisimos darle esta facilidad”, asegura.
Es una experiencia piloto que ha tenido un éxito que no esperaban. La fecha prevista para realizar el trayecto era el viernes 22 pero se publicó el lunes y a las pocas horas el cupo estaba completo. Debido a la demanda tuvieron que organizar inmediatamente otra para el viernes 15, uno de los pocos días posibles porque hay muchos belenes que por tradición, y al organizarse en casas particulares, se abren más tarde. “Y si la anterior duró menos de medio día, ésta no llegó a la media hora que ya estaba completa. Hay una lista enorme de gente esperando y si organizamos más, seguro que se llenan también, pero ya no tenemos días y también hay que tener en cuenta la disposición de Natalia y de los belenistas, aunque éstos últimos suelen estar al 100%% porque quieren que vayan”.
El recorrido se inicia en el belén de Víctor Mesa, María Cecilia y Carmen Dolores Hernández, de tipo hebreo, y ubicado en el número 69 de la calle Viera, por debajo de la iglesia del Carmen. Continúa en dirección a Las Candias para ver, en el núcleo de La Luz, el de Samuel Valencia y de allí hacia camino El Moturrio, donde está ubicado el de Daniel Benítez Gómez. Luego se dirige a Santa Catalina, por La Piedad, y vuelve a bajar por San Francisco, donde está el de Isabelino Pérez, pasa por la iglesia del mismo nombre y termina en el local de los belenistas y brindar con un chocolate y un dulce y celebrar la Navidad. Los otros dos belenes por fuera del extrarradio son el de Momentos Teté y el de la antigua venta de Bárbara, ubicados en el número 29 de la calle Apolinar y el 2 de la calle Salazar, respectivamente.
Esteban confiesa que le ha sorprendido que no solo ha sido un reclamo de personas mayores, sino de todas las edades. “Hay gente que va con sus hijos y sus nietos y también muchos jóvenes que tienen inquietud en el arte del belenismo y para nosotros es importante porque es una garantía de continuidad”, señala.
Calculan que el trayecto durará unas dos horas y media, aunque todo dependerá del tiempo que se emplee en recorrer cada pesebre, dado que el objetivo es poner el valor el trabajo belenista, conocer qué es lo que hace y los detalles del armado.
La guagua tiene capacidad solo para 22 personas ya que es pequeña, tipo micro, para poder acceder a calles estrechas.
El recorrido cuesta seis euros, “un precio simbólico, sobre todo para garantizar que la gente que se comprometió a ir, cumpla, porque muchas veces cuando las visitas son gratis las personas se apuntan y luego no van. Cuando es gratis, nada te cuesta y no se valora”, sostiene el presidente. “Y si todo va bien con esta primera experiencia, el próximo año en lugar de dos organizaremos cuatro”, promete.
Un original pesebre con 250 piezas de playmobil en la Casa de la Juventud
Miguel Ángel Miranda, natural de Santa Úrsula, se sumó este año a la ruta que organiza la Asociación de Belenistas Taoro. Su original nacimiento de playmobil se instaló en la Casa de la Juventud y es todo un éxito.
La idea surgió en el año 2017 con un proyecto educativo en el colegio Tomás Iriarte en el Puerto de la Cruz y a partir de allí las familias comenzaron a colaborar con figuras de este popular juguete y el belén no ha parado de crecer.
Está compuesto de 250 piezas que él mismo ha ido adaptando, sobre todo en lo referido a la vestimenta. Para atraer la atención de los más pequeños ha añadido elementos que no son exclusivamente de un belén tradicional, como por ejemplo, un Papá Noel, que se encuentra escondido; una pareja de extranjeros haciéndose un selfie; o niños escribiendo un cartel de ‘No a la guerra’. También se puede ver gente apagando fuego de un árbol, su particular homenaje a las personas que colaboraron en el incendio que asoló a Tenerife en agosto, y a San Francisco de Asís, cuya imagen también aparece en el belén.