Por Borja de la Cruz, asesoramiento y gestión patrimonial.| El 2023 está a punto de finalizar y sin lugar a duda ha sido un año complejo y en el que han ocurrido muchísimos eventos en todos los ámbitos que nos rodean. Por ello, hemos querido realizar un repaso, en líneas generales, de lo ocurrido en este año en los mercados financieros.
Este año empezó con la misma incertidumbre macroeconómica que rodeaba el final de 2022. La inflación estaba en niveles muy preocupantes, los tipos de interés debían seguir subiendo y el mercado laboral continuaba siendo robusto. Pese a esta incertidumbre, las bolsas de todo el mundo abrieron enero con un optimismo muy marcado con un rally importante, sobre todo en valores de alta duración.
Todo parecía alegría hasta que empezaron los problemas en los bancos regionales de EE. UU. con las caídas de Sillicon Valley Bank y First Republic Bank debido a que en su balance arrastraban pérdidas importantes por el empinamiento del tramo corto de la curva. Posteriormente, Credit Suisse, el gigante suizo, fue absorbido por UBS tras declararse, prácticamente, en quiebra. Tras los apoyos de la FED, se ha observado como el miedo en los bancos regionales ha ido disipándose poco a poco.
Poco después, irrumpió los que muchos han denominado como una revolución tan grande como la de internet en su momento. Hablamos de Chat GPT y de la IA más específicamente. OpenAI, desarrollador de Chat GPT, deslumbró al mundo con un nuevo producto que nos podría hacer la vida mucho más fácil a todos. La IA ha hecho que muchas empresas se pongan manos a la obra y vuelquen sus esfuerzos en ser los mejores en este campo. El claro ejemplo de esto son las grandes tecnológicas como Microsoft, Meta, Adobe o NVIDIA. Siendo NVIDIA el claro ganador debido a que sus productos (GPUs principalmente) son estratégicos para el desarrollo de esta tecnología. Esta irrupción ha hecho que se instale más optimismo en el sentimiento inversor y ha presionado al alza estos valores que venían de niveles deprimidos en el 2022.
Entre todo esto, se han ido publicando datos macroeconómicos que indicaban una mayor claridad en cuestión de política monetaria. La bajada de la inflación a lo largo del año ha quitado presión a los Bancos Centrales y ya el mercado empieza a descontar bajadas de tipos para 2024. El mercado laboral parece que se empieza a resentir levemente así que es probable que la FED consiga ese soft-landing que tanto se ha hablado durante este año. Aún es pronto para saberlo con exactitud, pero este hecho ha seguido marcando al alza los índices principales de las economías occidentales.
Parece que el mercado ya tiene la vista puesta en el 2024. Se prevé que sea un año cuanto menos complejo y en el que brillará la selección de valores debido a las cotizaciones tan exigentes a las que está ahora mismo la bolsa americana y europea. Las compañías de pequeña y media capitalización que hayan sobrevivido al entorno desde finales de 2021 hasta ahora pueden ser claros ganadores si finalmente se consigue este soft-landing.
Como siempre recomendamos, haya soft-landing o recesión, lo que tenemos que hacer es hacer los deberes y escoger instrumentos financieros que ofrezcan asimetría y calidad. Seguir este proceso hace que el conjunto de la cartera esté mejor protegido ante eventos inesperados del mercado.