santa cruz de tenerife

Parece de película: la playa de Las Teresitas tuvo un palacete en medio

Muchos prefieren la antigua playa de Las Teresitas
La playa de Las Teresitas como no la habías visto: con un palacete en medio

La playa de Las Teresitas es, sin duda, una de las más conocidas e importantes de Tenerife. Esta playa capitalina tiene una gran historia detrás, llena de curiosidades y anécdotas que no muchos conoces, con algunas características digna de película.

El 15 de junio de 1973 marcó el día en que la primera y única playa artificial de Santa Cruz de Tenerife abrió sus puertas al público, dando vida a lo que antes eran tres playas separadas. Estas tres secciones solían tener diferentes nombres según sus vecinos. Nacía así la playa de Las Teresitas.

La primera se encontraba más cercana al pueblo de San Andrés, conocida como “Tras la arena”, donde hoy en día aún se puede ver un vestigio de arena negra si se visita el antiguo cementerio de San Andrés. La segunda parte, ubicada en el medio, era llamada “Los Moros” y en esta zona se encontraba un palacete que pertenecía a la princesa Diana de Orleáns, hija de los Condes de París, y el Duque Karl de Würtemberg, hijo de Felipe Alberto, Duque de Württemberg. Por último, la zona situada en el Barranco de Las Teresas fue la que inspiró el nombre de la playa después de su renovación.

El grupo de Facebook “Fotos antiguas de Tenerife” compartió una imagen de la playa en 1960, antes de que fuera conocida como playa de Las Teresitas. En la imagen se pueden apreciar las rocas, la arena negra y la ausencia de rompeolas, ya que esa parte de la costa se consideraba peligrosa en ese momento.

LA PLAYA DE LAS TERESITAS ERA PELIGROSA

Cuentan los vecinos que esta era una playa peligrosa, donde el agua golpeaba con fuerza sobre las piedras. Vecinos de la zona recuerdan que incluso llegaron a morir varias personas. Debido a su orientación, la fuerza del agua y del viento siempre ha caracterizado esta playa.

Regenerar la nueva playa y cubrir casi un kilómetro y medio de longitud con arena volcánica era demasiado costoso debido a la escasez de la misma. Es por esto que el Ayuntamiento solicitó un crédito de 50 millones de pesetas (más de 300.000 euros) para la compra de la arena que cubriría el suelo original.

Las primeras obras de la playa de Las Teresitas que se llevaron a cabo comenzaron en 1968 y consistieron en la construcción de dos espigones laterales, una escollera y un escalón de corte dentro del mar que ayudaran a preservar la conservación de la nueva arena blanca, y que se sitúa entre los 22 metros (con marea baja) y los 60 (con la marea alta). Normalmente, y con la marea baja, se encuentra a metro y medio de la superficie y desciende hasta los cuatro metros. A partir de aquí, desciende lentamente hasta llegar al inicio del rompeolas.

Durante los seis primeros meses de 1973 fueron reemplazadas las piedras de la playa por cinco millones de sacos de arena rubia (270.000 toneladas) importada directamente del desierto del Sáhara a bordo del barco Gopegui. El 15 de junio del mismo año la playa se abrió al público.

Cuentan los vecinos que, inicialmente, las personas tenían miedo de pisar la arena, ya que decían que, al proceder del Sáhara vinieron escorpiones, alacranes, cigarrones y hormigas rojas, mezclados con la arena. En 1998, 25 años después de su inauguración, 2.800 toneladas de arena fueron importadas de nuevo desde el Sáhara para reponer la perdida hasta entonces. La playa de las Teresitas sigue siendo uno de los lugares preferidos de los tinerfeños y tinerfeñas, así como de los visitantes que llegan a la Isla.

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