En un rincón especial de Canarias, donde la luz de las estrellas brilla con una pureza inigualable, el barranco de Badajoz (Güímar) acordona la zona y la tenue contaminación lumínica no causa sus estragos, se encuentra el Parque Estelar Starlight Camino Barranco de Badajoz. Este santuario dedicado a la defensa de la oscuridad del cielo y la protección de la naturaleza es el primer y único parque estelar de Canarias. Por si fuese poco, solo hay 12 más de su estirpe en el mundo.
Es custodiado por Sandra Ramírez Monzón y José María Ramos Ramos, un matrimonio que busca proteger “el cielo y la tierra” promoviendo este tipo de acciones. Aunque ninguno de los dos son astrónomos de raza, ambos han adquirido conocimientos gracias a sus estudios y autodidactismo.
“Todo comenzó una noche tranquila en 2016 en mi finca del Barranco de Badajoz. Mirando el cielo, vi todas las constelaciones y me invadió el silencio absoluto. Yo lo describo como una Epifanía, sentí que debía conservar y proteger esta zona”, explica Sandra. Ella es la fundadora de este centro y además, una enamorada de las artes. La belleza y la paz que emanaba del cielo estrellado inspiraron a Sandra a transformar el lugar en una reserva natural, no solo para la tierra, sino también para el cielo.
Decididos a hacer realidad su sueño, contactaron con la Fundación Starlight y sin más idea que querer salvaguardar hábitats como el que poseían, acudieron al primer Congreso Starlight en Ávila. Allí, Sandra ofreció una charla en público sobre el proyecto que habían diseñado y que querían implementar en su finca: un parque estelar que ofreciera actividades interactivas con el cielo como protagonista. En su ponencia, destacó la importancia de preservar y conservar la naturaleza en su totalidad. Era el principio de una larga travesía.
“Tras exhaustivos estudios, se concluyó que nuestro parque gozaba de una oscuridad comparable a la del Teide, lo que nos abrió un mundo ya que, mínimamente, podíamos decir que teníamos entre manos un paraje único” asiente José. En el segundo congreso, la pareja presentó su visión de crear el primer parque estelar de Canarias. Dicho proyecto se consumó al recibir la distinción de Parque Estela en FITUR por la fundación.
Inicios
Sandra es una entusiasta del conocimiento. Además de la cultura oriental, siente una profunda admiración por Alejandría, la que para ella es una de las cunas más importantes del saber. Inspirados por figuras históricas como Ptolomeo, crearon su parque emulando varios espacios históricos a modo de tributo.
Como por ejemplo el peripato, una estructura propia de las escuelas de la antigua Grecia que se integraban por un techo con solo una pared rodeado de columnas que serviría de refugio para los visitantes del parque. También crearon su propia exedra, otra referencia de la antigua Grecia, aunque en este caso es una zona semicircular bajo el cielo que, rodeada por piedras organizadas con las orientaciones de la brújula, darían a los visitantes un ambiente de reunión y más acogedor.
Distinción
“Recuerdo haberle dicho a mi hija que se conectara con la NASA. Si tenemos algo tan valioso pensé, ¿cómo podríamos colaborar con ellos”, narra. Así nació un convenio pionero para la educación y divulgación de la astronomía, convirtiéndose en los únicos educadores de la NASA en España.
Por si fuese poco, Avi Loeb, director de Astrofísica de Harvard, es el primer miembro de honor del parque. El astrofísico mostró gran entusiasmo por la propuesta y es por ello que decidieron entregarle esta distinción.
El Parque Estelar Starlight ofrece una variedad de actividades que celebran la conexión entre el cielo y la cultura. Desde explorar los cráteres lunares y aprender sobre las misiones espaciales, hasta disfrutar de la ópera bajo las estrellas y presenciar la lluvia de perseidas, cada experiencia es un viaje a través del universo.
Una de las actividades es la poesía y luna llena, donde se da visibilidad a artistas árabes que a menudo permanecen en la sombra por ser mujeres.
“Tienen una joya”
En medio de una revuelta por el modelo turístico, propuestas como la del matrimonio promueven otro tipo de negocio y de ocio para los visitantes: “este tipo de iniciativas atraen un turismo de calidad, distinto al turismo de sol y playa, generando más ingresos y fomentando actividades educativas y culturales”, sentencia José.
Ambos hablan de la poca o nula relevancia a nivel polítivo y administrativo que ha tenido su parque. “Hubo un acercamiento, pero al final no sucedió nada”, aclaran. José muestra su desconcierto al no entender que las instituciones públicas no ofrezcan subvencionen o ayudas a iniciativas de este tipo. “Muchas veces vamos a la Península y algunos entendidos nos dicen: “Tienen una joya”.