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La Filarmonica della Scala clausura el FIMC con ‘la Quinta’ de Gustav Mahler

La orquesta creada por Claudio Abbado actúa mañana en el Auditorio Alfredo Kraus y el viernes lo hace en el de Tenerife
La Filarmonica della Scala regresa al festival después de 20 años. / G. Gori

El 40º Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) se va a despedir con una propuesta de auténtico lujo: la Filarmonica della Scala, una de las formaciones más reconocidas del mundo, creada por Claudio Abbado (1933-2014) hace más de 40 años. La orquesta milanesa será la encargada de poner las últimas notas a un festival que se clausura esta semana en Gran Canaria y Tenerife con una obra de culto: la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler (1860-1911).

La orquesta italiana regresa 20 años después de su primera comparecencia ante el público del festival. En aquella ocasión lo hizo bajo la batuta de Riccardo Muti, a quien sustituye ahora otro aclamado director, el maestro coreano Myun Whun Chung, a cuyas órdenes han trabajado muchas de las orquestas más prestigiosas del mundo.

Los conciertos tendrán lugar este jueves, en el Auditorio Alfredo Kraus de Gran Canaria, a partir de las 20.00 horas, con charla previa una hora antes, y el viernes, desde las 19.00 horas, en el Auditorio de Tenerife. Al coincidir este último con el inicio de la Cabalgata del Carnaval, se recuerda al público la conveniencia de asistir con la suficiente antelación posible al recinto, teniendo en cuenta que la obra que se interpretará en este concierto no incluye descanso. Asimismo, el festival ofrecerá esa tarde en Tenerife, de forma excepcional, dos sesiones de charla introductoria previa, que comienzan a las 17.00 y a las 18.00 horas, respectivamente.

Dada la relevancia de estos conciertos, el embajador de Italia en España, Giuseppe Buccino Grimaldi, se desplazará a Tenerife para estar presente en la clausura del 40º FIMC, acompañado del vicecónsul de Italia en Canarias y por el primer consejero de la Embajada en Madrid.

EL ‘ADAGIETTO’

La Sinfonía nº 5 es la más popular de Mahler. En parte, por la película Muerte en Venecia, de Lucchino Visconti, que incluye en su banda sonora el Adagietto para cuerda y arpas. Es la obra más optimista de su ciclo sinfónico. En ella, Mahler reúne sus obsesiones más recurrentes: la muerte, el amor, la exaltación de la naturaleza, los paisajes campestres, la música popular…

Si la primera parte de la obra presenta la fase trágica de la vida, con el recuerdo de la muerte a través de su marcha fúnebre y los gritos de protesta, el segundo movimiento contempla la otra cara de la vida, con sus actitudes alegres. Concluye con una serena visión del mundo llena de paz y un final con exuberante alegría.

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