¿Nuestro colegio con riesgo de derrumbe y las administraciones mirando para otro lado?” Esta fue la pregunta que se hizo en redes sociales la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del CEIP Toscal Longuera, en Los Realejos, cuya estructura está dañada desde hace más de siete años debido a filtraciones de agua.
La publicación generó alarma y malestar entre las familias del alumnado pero a su vez provocó el efecto deseado: que las administraciones competentes, es decir Ayuntamiento y Gobierno de Canarias, vuelvan a dirigir su atención a este centro del Norte de la Isla que lleva desde 2016 esperando por una solución.
El problema se encuentra en el edificio principal, destinado al alumnado de Primaria, ya que el de Infantil, cuya construcción es más nueva, no presenta inconvenientes.
La presidenta del AMPA, Patricia García Fariña, explica que el inconveniente es consecuencia del mal estado en el que se encuentra el forjado sanitario. “Se declaró corrosión en los armados y vigas, se hizo un proyecto de ejecución de los trabajos, que salió a ejecución al año siguiente, se redactó por la Unidad Técnica de la Dirección General de Centros, y en el Pleno municipal de noviembre de 2021 se aprobó llevar a cabo por convenio, y con la forma jurídica de subvención del Gobierno de Canarias, el inicio la obra”.
A partir de ese momento, el Ejecutivo regional adquirió una serie de obligaciones, tales como tramitar el expediente, adjudicarlo y ejecutarlo pero al iniciar los trabajos el 17 de julio, la empresa encargada de los mismos “comprobó que la primera solución técnica no era viable y observó un empeoramiento severo de las condiciones estudiadas, razón por la cual, fueron anulados”.
Tras inspeccionar nuevamente la estructura, se comprobó que el deterioro de las vigas se había acentuado y ello suponía una actuación más compleja. “Se elaboró otro proyecto cuyo presupuesto se incrementó considerablemente e hicieron el hueco para empezar a trabajar, pero a día de hoy no se ha cerrado y la obra no ha comenzado. Ese es el problema, que nadie hace nada”, añade.
Cansados de esperar y en vista a que el edificio se seguía deteriorando, el AMPA presentó un escrito a la Consejería de Educación y al Ayuntamiento que “a día de hoy, no nos han respondido”, asegura García.
Lo hicieron ayer, debido a las reacciones generadas por la publicación en Facebook y lo agradece. También le dejaron claro que el edificio “no corre riesgo de derrumbe”.
La explicación que le dieron desde el departamento regional es la misma que a este periódico. La Consejería asumió los trabajos, “una vez que los técnicos visitaron el centro el 21 de febrero de este año para acordar con su director la intervención a realizar y se comprobó la accesibilidad para el suministro de los camiones y las distancias para la ejecución”.
Se trata de una obra de cuatro meses o más y por eso se aprobó ejecutarla en dos fases, en principio, en dos veranos porque no hay donde alojar al alumnado.
La primera de ellas, precisan, consistirá en desviar la red de saneamiento mientras que en la segunda se hará la proyección del hormigón expansivo.
La presidenta se pregunta por qué no se trasladó esta explicación en tiempo y forma. “Quizás toda esta situación se hubiera evitado”, añade.
La Dirección del centro envía un mensaje de tranquilidad
La Dirección del CEIP Toscal-Longuera envió un mensaje a las familias agradeciendo las muestras de compromiso y responsabilidad con el centro educativo y al mismo tiempo, transmitiendo “tranquilidad y garantías de que el trabajo se está haciendo, si es verdad, de manera lenta”.
Además, se les convocó a una reunión que se celebrará hoy a las 09.15 horas tras la entrada del alumnado a la que asistirá el concejal de Educación, José David Cabrera, y un técnico municipal para explicar la situación de la obra, que se iniciará este mismo verano, según confirmaron desde la Consejería de Educación.
Por otra parte, en declaraciones a la emisora municipal Radio Realejos sobre este asunto, el alcalde, Adolfo González, transmitió su apoyo al centro y criticó que se haya generado una “alarma innecesaria, que coincide con una pregunta que planteó ayer en el pleno municipal el grupo Socialista” sobre el estado en el que están los trabajos.
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