La Junta General del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, órgano adscrito al Cabildo de Tenerife, aprobó ayer, por unanimidad, la declaración de emergencia hídrica. La sesión, celebrada en la Corporación insular, la presidió Rosa Dávila, quien estuvo acompañada por el consejero del Sector Primario, Valentín González, y la consejera de Medio Natural, Sostenibilidad y Seguridad y Emergencias, Blanca Pérez, entre otros consejeros, así como por representantes de los colectivos que forman parte del Consejo Insular de Aguas de Tenerife.
La presidenta del Cabildo sostuvo que “hemos aprobado la declaración para forjar una alianza fundamental con el sector primario. El subsector agrario proporciona 10.000 empleos directos y necesitamos dar respuesta a la necesidad de agua que tiene. Tenemos veranos muy largos, inviernos secos, la pluviometría ha caído un 83% con respecto al año pasado y había que tomar una decisión difícil y valiente. Hay que abordarla desde la realidad y es que, si queremos salvar el verano y las cosechas, teníamos que tomar esta decisión”.
La presidenta de la Corporación insular señala que la decisión ratificada ayer “nos permite declarar la emergencia de cinco obras fundamentales que tienen que ver con las desaladoras portátiles que se van a instalar para mejorar la calidad del agua, igual que las desalinizadoras, que nos permiten trabajar con el agua ya tratada y llevarla a la zona de medianía y a las zonas altas. Lo que no podemos hacer es mirar hacia otro lado”. Las cinco desaladoras son la del Polígono de Güímar, Mesa del Mar (que dará agua desalada para La Laguna y Tacoronte), Valle de Guerra (Noreste), Granadilla y Fonsalía.
El Pleno del Cabildo de Tenerife aprobó el pasado 1 de marzo impulsar un total de 34 actuaciones por la vía de emergencia para mitigar los efectos de la sequía extrema en el campo tinerfeño y tratar de garantizar así, ante la llegada de los meses más cálidos, el caudal necesario para la sostenibilidad de la producción agrícola y preservar plenamente los usos sanitarios y domésticos.
Una vez aprobada la emergencia hídrica, se publicará durante cinco días y, a partir de ahí, se podrá iniciar una serie de actuaciones. Al respecto, Dávila señala que “hay que distinguir entre urgencia y emergencia. La urgencia posibilita acortar los plazos a la mitad y la emergencia nos permite actuar de forma inmediata, sin procedimiento, e instalar las desaladoras desde el momento que las tengamos disponibles. Son desaladoras portátiles y obras de canalizaciones para llevar el agua a donde se necesita, especialmente en los altos y medianía de la Isla. La prioridad es dar agua al campo y garantizar el abastecimiento humano durante el verano”, remarcó Dávila.
Sobre las restricciones de agua declaradas por algunos ayuntamientos, indicó que “lo que están haciendo los ayuntamientos, que también están presentes en la Junta del Consejo Insular de Aguas, es analizar sus reservas y tomando medidas, que entiendo que son responsables, y que no se trata de restricciones al consumo humano, sino de hacer un uso racional del agua potable y no estar lavando o baldeando con agua potable. Eso parece razonable y entiendo que los consistorios estén tomando las medidas a la vista de sus reservas”. Al respecto, señaló que “haremos una campaña potente para concienciar sobre la situación de extrema sequía que vive la Isla. Lo que estamos haciendo es anticiparnos ante un verano que puede ser crítico para el campo de Tenerife”.
En cuanto a la situación del turismo y el agua, la presidenta del Cabildo asegura que “el turismo tendrá que poner de su parte para aliviar este problema, al igual que el sector industrial, que disponen de desaladoras y pueden aportar caudal para el campo. Lo primero es el subsector agrario y lo que estamos haciendo es ampliando el caudal y estamos en conversaciones con ambos sectores –de servicios e industrial- para que puedan aportar agua para el campo insular”.
El Consejo de Aguas de Tenerife (CIATF) es un organismo autónomo de carácter administrativo adscrito al Cabildo cuya misión principal consiste en dirigir, ordenar, planificar y gestionar de manera unitaria las aguas de la Isla.