Felipe Acosta pregona las fiestas de Los Realejos a través de sus propias imágenes

Un rico patrimonio inmaterial que se ha convertido con el paso de los años en una de las principales manifestaciones festivas, sociales y culturales de España”. Así, definió en su pregón a las Fiestas de Mayo de Los Realejos el fotógrafo Isidro Felipe, quien ofreció una particular y emotiva semblanza desde su experiencia de más de 30 años detrás de la cámara.
La lectura tuvo lugar el sábado en la Plaza Viera y Clavijo y durante su intervención, titulada ‘Mayo desde el corazón’, el fotógrafo compartió con el público a través de la pantalla del escenario más de medio centenar de imágenes memorables de estas fiestas.
Felipe Acosta confesó su “ilusión desbordada” con trece años por sentir de cerca su primer día de Cruz. “Esa noche apenas pegué ojo, me levanté con los primeros destellos de luz y subí corriendo mi empinada calle, la de El Medio de Abajo”, apuntó.
Fue en 1990 cuando colaboró por primera vez en el programa de las Fiestas con el artículo El fuego y las flores en el Tres de Mayo, “un programa difícil de olvidar, ya que estaba ilustrado con imágenes de la extraordinaria fotógrafa alemana Renate Müller”, una artista “que profesaba un inmenso amor por este pueblo”.
“El espíritu de la fiesta y la sencillez y cercanía de sus promotores”, lo atraparon de tal manera que se propuso darla a conocer por todos los medios posibles. “Siempre me he considerado un comunicador y necesitaba transmitirla a aquellos que desconocían esta tradición y ese ‘pique’ entre vecinos de dos calles. Era tal el flechazo, que desde ese momento no he dejado de difundirla allá donde estuviera y con los medios que tuviera a mi alcance”, dijo.
Así también lo manifestó el alcalde, Adolfo González, quien subrayó que el fotógrafo “ha sido uno de los buques insignia del patrimonio del municipio desde los años 90 hasta el pasado 2023 en el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento, así como en seguir construyendo la historia etnográfica de este pueblo dejando varios miles de documentos que cobran valor con el paso de los años y que, sin su dedicación y amor especial a Los Realejos y sus tradiciones, no dispondríamos”.