¿Sabías que el tamaño de la próstata aumenta alrededor de un 2% cada año? Aunque es un proceso natural, es importante tenerlo controlado. Un agrandamiento descontrolado de la glándula prostática, conocido como hiperplasia benigna de próstata, puede generar problemas en el día a día. Por ello, el doctor Guillermo Conde, jefe de los Servicios de Urología en los hospitales Quirónsalud Tenerife, Quirónsalud Costa Adeje y Quirónsalud Vida brinda una serie de consejos y pautas a tener en cuenta.
¿Qué es la próstata?
Lo primero es explicar qué es la próstata. Se trata de un órgano glandular esencial en el sistema reproductor masculino. Su función principal es generar líquido prostático, un componente fundamental del semen que se libera a través de la uretra.
Además, es importante saber que el segmento de uretra que atraviesa la próstata es el que actúa como cámara de alta presión. Ahí se unifican los espermatozoides provenientes de los testículos, con los fluidos de vesículas seminales y próstata, para después ser proyectados en el momento de la eyaculación.
Durante la juventud, la próstata tiene forma de castaña y el tamaño de una nuez. Sin embargo, conforme pasan los años, se va agrandando. “El problema”, advierte Guillermo Conde, “es que si la próstata crece demasiado puede ocasionar problemas de salud que afectan, fundamentalmente, a la micción”.
La hiperplasia benigna de próstata
Por tanto, este agrandamiento o crecimiento de la glándula prostática es lo que se conoce como hiperplasia benigna de próstata (HBP), y puede producirse por diferentes causas. Las más habituales son los factores genéticos y raciales, el envejecimiento, así como algunos estilos de vida o los factores hormonales y dietéticos.
También es importante apuntar que cada año se diagnostican más casos de hiperplasia benigna en España, según la Asociación de Médicos de Atención Primaria. Y es que, sin tratamiento, la HBP tiende a empeorar lentamente.
En Quirónsalud tienen expertos en urología y tecnología avanzada para tratar enfermedades urológicas. Es importante diagnosticar y tratar a tiempo estas enfermedades para evitar problemas de salud.
Síntomas y diagnóstico
Según Guillermo Conde, los síntomas de la hiperplasia benigna suelen presentarse de manera progresiva. Los más comunes son:
- Problemas para empezar a orinar.
- Flujo de orina débil, lento o que se detiene y comienza.
- Goteo después de orinar.
- Incontinencia urinaria.
- Sentir que no puede vaciar completamente la vejiga.
Para hacer el diagnóstico del agrandamiento de la próstata, explica el doctor, se siguen los siguientes pasos:
- Seguir la historia clínica del paciente junto con una exploración física.
- Una ecografía para determinar el tamaño de la próstata y comprobar el volumen de orina que permanece en la vejiga después de realizar una micción.
- Una flujometría para valorar el grado de obstrucción en la vía urinaria.
- Se debe complementar el estudio con una analítica general y específica (determinación del antígeno prostático específico, conocido como PSA por sus siglas en inglés).
Tratamiento quirúrgico: hidroablación
El doctor Guillermo Conde asegura que la hidroablación de la próstata es la mejor alternativa frente a otros procedimientos quirúrgicos, como la resección transuretral de la próstata (RTUP), la enucleación o la vaporización con láser, cuando queremos preservar completa la función sexual del varón”
“Se ha demostrado que es muy efectiva para mejorar los síntomas urinarios asociados con la hipertrofia benigna de próstata”, apunta. “La hidroablación puede tener menos efectos secundarios en comparación con otras opciones quirúrgicas”, añade.
Explica que la hidroablación de la próstata, también conocida como aquablation, es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo. Una técnica que, detalla, permite al cirujano ver en todo momento la próstata, permitiéndole personalizar la intervención.
Durante la hidroablación, se utiliza un dispositivo especial que combina imágenes de ultrasonido y tecnología de chorro de agua para eliminar el tejido prostático que obstruye el flujo de la orina.
Cómo se hace la hidroablación
En concreto, el procedimiento se realiza bajo anestesia y consiste en insertar el dispositivo a través de la uretra hasta la próstata. Una vez en su posición, el dispositivo utiliza un chorro de agua controlado para eliminar selectivamente el tejido prostático agrandado, mientras protege las estructuras circundantes como el cuello de la vejiga y la uretra.
En esta técnica el cirujano posee una visión multidimensional de la próstata en todo momento lo que le permite trazar una “ruta” completa de la próstata y así personalizar la intervención. Es decir, marcar el tejido que se debe proteger y eliminar el tejido adenomatoso, aquel que provoca los síntomas de esta patología benigna.
Cómo es el postoperatorio
Según Conde, esta intervención es muy rápida y cuenta con una corta estancia en el hospital, con un máximo de 48 horas. Además, cuenta con múltiples ventajas, como preservar el tejido de una forma muy eficaz y está indicado para próstatas de cualquier tamaño.
Es importante señalar que esta técnica tiene un alto porcentaje de casos en donde se preserva la función eyaculatoria y los síntomas urinarios mejoran.
La técnica quirúrgica destacada por su enfoque mínimamente invasivo elimina la necesidad de incisiones mediante su realización a través de un orificio natural. Este método reduce de manera significativa los riesgos asociados, como el sangrado y las infecciones. La rapidez del procedimiento permite una recuperación rápida, con una corta estancia hospitalaria de menos de 48 horas. En definitiva, es una solución integral para los pacientes que padecen este problema.