jaque mate

La cartomagia de Sánchez

Nada hace pensar que la democracia española, embarrada en acusaciones personales y nulo consenso, vaya a regenerarse de la noche a la mañana tras este punto de inflexión, que no es un punto y seguido, sino “un punto y aparte”, según el presidente

”He decidido seguir, y seguir con más fuerza, si cabe, al frente de la Presidencia del Gobierno de España”. Estas palabras de Sánchez, ayer, en su declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa, cierran una crisis que duró cuatro días y que detuvo el reloj de la política española ante la posibilidad de que este lunes dimitiera el presidente.

Para el PSOE, para el propio Pedro Sánchez, para la estabilidad política española y para los intereses de Canarias con importantes asuntos en juego como la inmigración, esta ha sido la mejor salida posible a raíz de un problema de índole personal, según confesión del presidente el pasado miércoles, tras la decisión de un juez de abrir diligencias contra la esposa del presidente, Begoña Gómez, por una denuncia de Manos Limpias basada en informaciones de medios digitales o de papel y tertulias televisivas.

Podrá gustar más o menos este episodio inédito en la política española. Pero nadie podrá negarle sagacidad al presidente, que cambió el pasó al debate nacional y congeló el tiempo durante cuatro días para reflexionar sobre el cáncer que enferma a nuestra democracia, la polarización y degradación de la política en este país. Un asunto que afecta por igual a todas las democracias occidentales en 2024, el súper año electoral.

Con Sánchez no nos aburrimos, por una metodología y concepción personal de la política que rompe habitualmente cánones. Esta era una cuestión de ámbito familiar que llevaba marchamo de despedida política. Y hasta el sábado y domingo, en que se produjeron, en Ferraz y delante del Congreso, las manifestaciones de apoyo al presidente, en el PSOE cundía el temor ante su inminente renuncia.

En Europa estalló el compás de espera de Sánchez, tras el precedente de António Costa en Portugal, en vísperas de unos comicios decisivos el 9 de junio, y varios líderes trataron de arropar al político español, que también recibió apoyos desde América, del brasileño Lula, en particular. No dejó a nadie indiferente, si bien en España, el PP atribuye lo ocurrido a una “obra de teatro”, según su presidente, Núñez Feijóo. Antes que él, la presidenta madrileña Ayuso no eludió a primera hora hablar como lideresa popular para criticar a Sánchez como un gobernante que se aferra a los privilegios del poder.

Nada hace pensar que la democracia española, embarrada en acusaciones personales y nulo consenso, vaya a regenerarse de la noche a la mañana tras este punto de inflexión, que no es un punto y seguido, sino “un punto y aparte”, según el presidente. Pero, una vez más, este ‘mago político’ se ha reinventado con una carta a los ciudadanos y a última hora ha saltado sobre la valla de su propia dimisión. ¡Jaque mate!

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