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Canarias (se) juega mucho para pasar de pantalla

Las Islas se sitúan, en poco más de tres años, en la cuarta región española que más apoya a su industria del videojuego
'Arico Tales Fron The Abyss', de Drakhar Games. / DA

Canarias ocupa el cuarto lugar entre las comunidades autónomas que más apoyan a la industria del videojuego, por debajo de Cataluña, Madrid y Andalucía, y por encima de otras con mayor músculo económico, como País Vasco, en el quinto, o Comunidad Valenciana, en el sexto. Este listado aparece en el Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2023, la publicación promovida por DEV, la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento, con el apoyo de ICEX España Exportación e Inversiones.

Mauricio García, presidente de DEV (Desarrollo Español de Videojuegos) y director y fundador del estudio The Game Kitchen. / DA

Ahí figuran datos con los que podemos hacernos una idea del lugar que ocupa España en un ámbito que, como llevamos escuchando desde hace unos años, genera en el mundo una recaudación mayor que los del cine y la música juntos.

Datos como que en todo el país hay 790 estudios dedicados al desarrollo de videojuegos, que en 2022 esta industria española facturó 1.383 millones de euros -frente a los 314 millones de 2013- y dio trabajo a 9.261 personas de manera directa y a 14.018 si se le agregan los trabajadores autónomos y otros empleos indirectos.

‘Battle Derby’, de Triple O Games. / DA

INCENTIVAR

Sin embargo, con ser grandes las oportunidades que se le presentan a esta industria creativa en España, también es cierto que se ha de recorrer un largo camino para que pueda competir de tú a tú con otros países. Y, a juicio del sector, buena parte de ese itinerario pasa por una vía que se llama incentivos fiscales.

En este aspecto, el Archipiélago puede ser una buena referencia por las ventajas que brinda. Si en 2020 había en la Zona Especial Canaria (ZEC) cuatro entidades dedicadas al desarrollo de videojuegos, hoy son una decena: The Game Kitchen, Quantum Box, Rising Pixel, No Brakes Games, Drakhar Studio, Triple O Games, Broken Bird Games, Rarepixels, Ben Willes Games y Promineo Studios.

“Para ser competitivos con otros países y seguir creciendo, necesitamos incentivos fiscales; talento ya tenemos”

Esta evolución ha hecho que de la treintena de empleos que generaba en Canarias la actividad en 2019 se pasara en 2022 a 109. En el conjunto de las artes digitales se estima que en las Islas existen 1.200 empleos directos e indirectos.

‘Luto’, de Broken Bird Games. / DA

En todo caso, estamos ante un sector, vinculado a la diversificación económica que se busca para Canarias, que aún tiene muchísimo espacio por explorar y experimenta una situación parecida a la que registró y está registrando el de la animación audiovisual, que comenzó en el Archipiélago con pocas empresas y puestos de trabajo, y en estos momentos emplea a más de 800 personas de forma directa.

Si en 2019 la actividad generó en Canarias 30 empleos, en 2022 ya eran 109; en 2020 había cuatro empresas de videojuegos en la ZEC, hoy son 10

Tampoco hay que olvidar que a este crecimiento está contribuyendo de forma decisiva el talento que surge en el seno de proyectos académicos como los de los CIFP César Manrique y Felo Monzón, las escuelas de arte Fernando Estévez (Tenerife) y de Gran Canaria o los programas de la Universidad de La Laguna y la Universidad del Atlántico Medio.

“Si bien el número de estudios dedicados al desarrollo de videojuegos aún no es elevado, Canarias posee unas medidas fiscales que resultan muy atractivas, superiores a las existentes en la Península”, destaca Mauricio García, director y fundador del estudio The Game Kitchen y presidente de DEV. “Aún nos queda por derribar del todo la barrera que supone la insularidad, pero es indudable que la labor que hacen los organismos públicos por atraer a empresas del sector está dando ya sus frutos y el crecimiento en los próximos años será considerable”.

‘Human Fall Flat’, de No Brakes Games. / DA

En consonancia con el panorama que refleja el Libro Blanco, García señala que en la industria española del videojuego se vive un “momento de reajuste”, una ralentización en su crecimiento asociada a la normalización de los hábitos de consumo tras la pandemia de la COVID-19, cuando se dispararon. Ese auge atrajo mucha inversión de grandes grupos financieros que, una vez que el consumo se moderó, han reducido dichas inversiones. “Y claro -apostilla-, cuando han tirado del freno, eso ha provocado, en los últimos 18 meses, la cancelación de proyectos en marcha, despidos e incluso el cierre de algunos estudios”.

La industria española del videojuego facturó 1.383 millones de euros en 2022, frente a los 314 de 2013, y dio trabajo a 9.261 personas

El presidente de DEV tiene muy claro que el desafío para llegar a ser competitivos con respecto a otros países se encuentra en implantar incentivos económicos a la producción, como los existentes en otros territorios. Por ejemplo, que la industria del videojuego cuente con los incentivos fiscales, para la producción y la captación de proyectos internacionales, que ya recibe la industria audiovisual, las artes escénicas y la música en vivo.

“Eso permitiría lograr más inversión y, con ella, el crecimiento y la consolidación de las empresas, que podrían acceder a proyectos más ambiciosos, más grandes. Porque talento ya tenemos; en los últimos 10 años, sobre todo, el nivel de producción y de calidad es equiparable a lo mejor que se puede hacer en cualquier otro sitio”, concluye.

CANARY ISLANDS GAMES: UNA MARCA NACIDA PARA ATRAER INVERSIÓN

Con el fin de captar inversión para el desarrollo de la industria del videojuego, la Zona Especial Canaria, adscrita al Ministerio de Hacienda del Gobierno de España, y el Ejecutivo regional, con la Sociedad Canaria de Fomento Económico (Proexca) y el Instituto Canario de Desarrollo Cultural, crearon en 2021 la marca Canary Islands Games, con la que, además, trabajan junto a los cabildos. Con la experiencia del audiovisual y la animación como precedente, se trata de poner una pieza más en el puzle de la diversificación económica.

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