El cambio climático juega un papel cada vez más influyente en las decisiones de los turistas a la hora de elegir el destino de sus vacaciones. El último estudio que así lo corrobora, publicado ayer por Caixabak Research, pone de manifiesto la vulnerabilidad del turismo internacional ante los episodios de olas de calor, que, en el caso de Canarias (como ocurre con el resto del país) se suceden con mayor frecuencia, tal como acreditan las estadísticas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
El informe de la entidad bancaria, realizado después de analizar los datos de pagos con tarjetas extranjeras de los turistas que visitaron España en temporada alta en 2022 y 2023, revela que los viajeros internacionales que repiten visita, tanto a Canarias como al conjunto del Estado, gastan más por día y optan por estancias más largas, lo que convierte a este cliente en un perfil muy atractivo y una de las claves del éxito para el sector. Y en ese sentido, las Islas y, particularmente el sur de Tenerife, son uno de los puntos del país con mayor índice de turistas repetidores.
Pero, al salpicadero de la industria turística se le ha encendido una luz roja: el calentamiento global amenaza la fidelización de los visitantes. La intención de repetir decae hasta un 14% entre los turistas que han sufrido un episodio térmico anómalo. “Cuando la temperatura media diaria experimentada por los turistas, en relación con el promedio histórico, supera los 5 grados, la propensión a repetir su visita se reduce, pero en las olas de calor (más de 8 grados) es netamente inferior”, indica el estudio.
El análisis de Caixabank pone de relieve que las olas de calor extremas, provocadas por la entrada de masas de aire africano, afecta más a los británicos (principal mercado de Tenerife y de Canarias) y estadounidenses. En el otro extremo, los más resistentes a las temperaturas sofocantes son los franceses y portugueses.
En ese sentido, el documento apunta que la inversión para adaptarse al cambio climático y el fomento de la sostenibilidad son “esenciales” para mantener la fidelidad de los turistas recurrentes y asegurar la buena salud de esta industria.
Entre las medidas que se sugieren en el informe, figuran la inversión en infraestructuras que garanticen la comodidad de los turistas en escenarios climáticos más extremos, la modernización de hoteles con sistemas de climatización eficientes y sostenibles, así como la creación de más espacios de sombra y áreas verdes en las zonas turísticas.
En lugares como el sur de Tenerife, donde se concentra la mayor planta hotelera de la Isla, cada vez son más las voces que reivindican la creación de más parques urbanos y áreas de sombra, ya que ayudarán a regular el clima local, mitigar el efecto isla de calor en las zonas urbanas y, sobre todo, proteger la salud de residentes y turistas.