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Garachico cuenta con un nuevo y moderno empaquetado de plátanos

La familia García de la Cruz da un paso más en su negocio destinado al cultivo de plátanos e inaugura Anrober, su propia nave, para garantizar frescura, calidad y sabor en sus productos
En la inauguración oficial de las nuevas y modernas instalaciones, que tuvo lugar ayer, la familia García de la Cruz estuvo acompañada de amigos, autoridades y trabajadores. | Fran Pallero

Ubicado en la TF-42 en dirección Garachico-Los Silos, Anrober es algo más que un nuevo y moderno empaquetado de plátanos, es el compromiso de una familia que pone cuidado y pasión en cada detalle de su trabajo para ofrecer el mejor producto desde sus fincas hasta las mesas de sus consumidores.

Por esta razón, la familia García de la Cruz, dedicada al cultivo de plátano, decidió dar un paso más en su modelo de negocio y hace diez años se embarcó en un proyecto que finalmente se ha hecho realidad: contar con su propia nave de empaquetado.

Durante todo este tiempo sus integrantes han trabajado con dedicación, esfuerzo y entusiasmo, con el objetivo de garantizar frescura, calidad y sabor en cada uno de sus productos, y al mismo tiempo, generar empleo local -todos los trabajadores son de la zona- y contribuir al desarrollo económico de la comarca, dado que son conscientes que su éxito está estrechamente ligado al bienestar de su gente.

La empresa familiar produce más de tres millones de kilos de plátanos en sus fincas, ubicadas en La Caleta, Los Silos y Buenavista del Norte, que exportan a través de la cooperativa agrícola Cupalma, y a partir de ahora se encargará también de empaquetarlos. Esta tarea también supone clasificar la fruta, sus categorías y en función de ello, colocarla en un determinado tipo de caja. Es importante que el trabajador cuide la fruta al hacerlo para evitar que se estropee puesto que tiene que llegar al cliente en las mejores condiciones.

En la inauguración oficial de la nueva nave, que tuvo lugar ayer, la familia estuvo acompañada de amigos, autoridades insulares, locales, y trabajadores, a quienes agradecieron su esfuerzo y profesionalidad.

En la construcción del recinto, de más de mil metros cuadrados, también participaron empresas familiares, como Hermacrule, y Perhnan, responsable de la parte de arquitectura e ingeniería.

Tras la bendición religiosa, y antes de realizar un recorrido por las instalaciones, Ana María García, en representación de la familia, pronunció unas emotivas palabras de agradecimiento dirigidas a los empleados, proveedores y clientes, y destacó “la determinación de sus padres, porque sin su esfuerzo, nada de esto hubiera sido posible”. Asimismo, hizo especial mención a sus abuelos, quienes le enseñaron todo lo referente al cultivo del plátano y le trasladaron “el amor por la agricultura”.

La familia García de la Cruz sabe que en esta nueva etapa habrá diferentes desafíos, pero está preparada para enfrentarlos “con valentía y determinación”, aseguró Ana María, y subrayó “el compromiso de seguir innovando y creciendo, siempre con la misión de ofrecer lo mejor de ellos mismos y de sus productos”.

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