puerto de la cruz

Un paseo para descubrir secretos del Puerto de la Cruz

El escritor y periodista José Gregorio González ofrece este sábado una ruta por lugares y personajes portuenses con una historia poco conocida y misteriosa
González vuelve a ofrecer una nueva ruta por rincones que atesoran historias, como el cementerio protestante o el Peñón del Fraile. Fran Pallero
González vuelve a ofrecer una nueva ruta por rincones que atesoran historias, como el cementerio protestante o el Peñón del Fraile. Fran Pallero

Tumbas de masones pobres, símbolos de la masonería ocultos en el mobiliario urbano y en iglesias o frailes que levitaban por la ciudad. Son historias del otro Puerto de la Cruz, el más desconocido y el que guarda misterios que aún muchos lugareños, incluso, desconocen pero que se pueden descubrir mañana en una nueva edición de la ruta El Puerto oculto, a cargo del escritor y periodista José Gregorio González.

Una ciudad de leyendas, de personajes, tradiciones, crímenes de película y fenómenos inexplicables que forman parte de la historia local, como la levitación de Juan de Jesús, natural de Icod de los Vinos, “pero quien experimentó la llamada de dios en la iglesia de la Peña de Francia escuchando un sermón”, apunta González.

La ruta comienza en el cementerio protestante más antiguo de España, conocido como “La Chercha”, que atesora tumbas de gran curiosidad estética, como la que reproduce un caballero con una espada.

González vuelve a ofrecer una nueva ruta por rincones que atesoran historias, como el cementerio protestante o el Peñón del Fraile.
González vuelve a ofrecer una nueva ruta por rincones que atesoran historias, como el cementerio protestante o el Peñón del Fraile. Fran Pallero

Según su dintel, data de 1757 aunque, al parecer, su origen se remonta a 1675. Allí conviven cruces esplendorosas con estrellas de David y la lápida de José Martínez Esquivel, que, a diferencia de mausoleos de otros masones, como Diego Ponte del Castillo, en La Orotava (Jardín Victoria, aunque está enterrado en Garachico), pasa prácticamente inadvertida, al ras de suelo, abandonada y cubierta de hierbas, debido a que no era una persona adinerada.

También se encuentra la de James Morris, un comerciante inglés asesinado en 1878, cuyo crimen dejó su huella en la historia portuense. Al parecer, fueron dos vecinos los que organizaron una cita con una mujer para apuñalarla, robarle y ocultar su cuerpo en el cementerio de San Carlos.

Sus restos fueron encontrados tres años después por un hombre invidente que, durante un entierro, empezó a sentir mal olor y dio la voz de alarma. Los dos autores del crimen, “al mejor estilo de Agata Christie”, fueron ejecutados públicamente con el garrote vil.
La tumba de Morris data de 1878 y, en la actualidad, le siguen poniendo flores.

Desde aquí se dirige al peñón de El Fraile, bautizado así en honor a Juan de Jesús, quien acudía a orar y, al no tener una cruz, la construyó atando ramas de dos verodes secos que luego florecieron.

González vuelve a ofrecer una nueva ruta por rincones que atesoran historias, como el cementerio protestante o el Peñón del Fraile. Fran Pallero
González vuelve a ofrecer una nueva ruta por rincones que atesoran historias, como el cementerio protestante o el Peñón del Fraile. Fran Pallero

Pero el prodigio más grande que se le atribuye e levitar desde la iglesia de la Peña de Francia, bajando hacia la plaza del Charco y llegando a Martiánez. Fue de día y durante una misa y, según las personas que en su momento prestaron testimonio, la gente salió con él. También aseguraron que, desde la zona de La Paz, se veía una multitud “siguiendo algo, aunque no se sabía bien qué era”, detalla el escritor. “Es como un récord guiness de la levitación, porque no hay otra igual en la historia del cristianismo”, subraya González, quien asegura que la figura de este fraile franciscano se ha visto “eclipsada” por la de sor María de Jesús, La Siervita, a quien orientó espiritualmente.

Una tercera parada es en el chorro de Las Maretas -que en esta ocasión estará enramado con motivo de las fiestas de San Juan- vinculado a la tradición de la ciudad, con toda una simbología detrás y las creencias paganas en torno a esta celebración.

La masonería ocupa un lugar importante en la historia de la ciudad y un ejemplo es el mural de la plaza del Charco, con elementos de esta institución aunque existen divergencias, y la iglesia de la Peña de Francia, en cuya fachada se puede hallar simbología masónica.

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