Desde primera hora de hoy, el muelle pesquero de Puerto de la Cruz se llena de vecinos y curiosos que no quieren perderse el popular baño de las cabras en el mar, una tradición que recrea un ritual de los aborígenes guanches cuya intención era proteger al ganado, al que se llevaba al mar para purificarlo y favorecer su fertilidad.
Así, cada 24 de junio, los cabreros llevan a sus rebaños desde las medianías y las cumbres del Valle de La Orotava hasta el enclave portuense, para introducirlos en el mar.
Esta tradición, que vincula el sector primario con una ciudad que disfruta de este evento que marca junto con San Juan el inicio del verano, se perdió entre los años 1960 y 1982 pero fue recuperada en 1986 gracias al trabajo etnográfico realizado por el profesor Manuel Lorenzo Perera.
Fueron muchas las personas y entidades que lucharon por organizarla y mantenerla, desde el Colectivo Cultural Valle Taoro, pasando por Chucho Dorta hasta la Asociación Cultural de Amigos de las Cabras en el Mar, que preside Amilcar Fariña.
Es una de las tradiciones más identificativas de la localidad y de las más antiguas del Archipiélago, que como cada año pone el broche final a las Fiestas de San Juan en el entorno del muelle pesquero.
Allí también se ofrecerá, además, una muestra de juegos tradicionales de inteligencia de Canarias, a cargo de José Manuel Espinel Cejas, y una exhibición del juego del palo de la mano de la Asociación Auchón Guanil, que completan una jornada repleta de tradiciones, que comparten mayores y jóvenes al tiempo que suponen un atractivo para los miles de turistas que disfrutan de la ciudad.
El baño de cabras en el mar pone fin a las celebraciones de San Juan
Esta tradición recrea un ritual de origen guanche cuya intención era proteger al ganado, que se llevaba hasta el muelle pesquero para purificarlo y favorecer su fertilidad