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La tinerfeña Ariadna Chueca: cuando el destino te lleva a unos Juegos Olímpicos

La árbitra dirigirá en la cita más importante del mundo del deporte tras llegar a este mundo "casi" por casualidad, confirmándose como una de las mejores colegiadas del planeta
La tinerfeña Ariadna Chueca: cuando el destino te lleva a unos Juegos Olímpicos
Ariadna Chueca FIBA

Si cuando jugaba a baloncesto en Tenerife a Ariadna Chueca le hubieran dicho que acabaría dedicándose al arbitraje, posiblemente, nunca lo habría creído. Si, además, le anunciaran que iba a dirigir en los próximos Juegos Olímpicos de París quizás hasta le habría sonado a broma. Pero cuando uno habla con esta tinerfeña tiene claro algo: la perseverancia en el trabajo es una de sus virtudes.

Ella misma reconoce que “jamás” imaginó dedicarse al arbitraje. Su historia, además, es sumamente curiosa. Ariadna comenzó a jugar a baloncesto en el colegio Rodríguez Campos, para luego militar en el Pureza de María hasta recalar en el Uni Tenerife, donde se mostró como una jugadora talentosa y con carácter. “Cuando era jugadora era protestona, bastante. Nunca simpaticé con los árbitros, la verdad”.

Su situación es llamativa. Dirige actualmente en LEB Oro, pero su paso por la liga finlandesa le permite acudir a estos eventos de élite: “Yo viví ocho años en Finlandia y regresé hace dos a España. En Finlandia dirigía en la máxima categoría, de ahí a que tenga una licencia negra, la que permite arbitrar cualquier competición masculina o femenina a nivel absoluto. Es verdad que al regresar a España tuve que, prácticamente, empezar desde cero. Comencé dirigiendo en EBA pero, a la vez, lo hacía en la Champions League por lo que es súper surrealista. En EBA son dos árbitros, en BCL, tres y la adaptación no es sencilla. La pasada temporada, en España, estuve en LEB Oro. No es lo habitual”.

Porque fue preciamente en Finlandia donde comenzó a dedicarse al arbitraje de manera profesional: “Básicamente lo hice por una cuestión económica. Me contrataron en una academia de Gran Canaria para ser entrenadora, pero no me sabía, por ejemplo, las normas bien. Estaba en Vecindario y llegaron un día a ofrecer el clínic de árbitros e íbamos dos veces por semana a entrenar, como un equipo, pero de árbitros. Dos años después me fui a Finlandia y, para un poco ganarme la vida, jugué profesionalmente una temporada, pero allí no hay mucho dinero invertido en el baloncesto. Las jugadoras de Estados Unidos dirigían partidos de niños y se ganaban un dinero extra y pensé que podía hacer lo mismo. Así empecé”.

La decisión de ser árbitra

Y fue allí, en el país del norte de Europa cuando Ariadna Chueca tomó la decisión que le cambiaría la vida: ¿seguiría siendo jugadora o sería ábritra? “Tuve que elegir, pero, si digo la verdad, era más porque necesitaba el dinero que por otra cosa porque aquello es caro y me quedé a vivir allí”, dice sonriendo.

Ariadna admite que su elección para formar parte del equipo arbitral de los Juegos Olímpicos de París no la pilló por sorprensa: “Durante la temporada vas recibiendo designaciones, no es casualidad. Durante el año, por así decirlo, pertenecemos a FIBA Europa, por lo que hacemos partidos de la BCL o la Euroliga femenina y con FIBA Mundo es la organización que realiza los Mundiales o las clasificaciones para los Juegos. Este año fuimos al clasificatorio de China y pasé de tener un rol de árbitro 2-3 a árbitro principal. Cuando vas viendo eso y que las cosas van saliendo bien, te lo vas imaginando”.

Pese a ello, por la calma que desprende, pese a ser “el sueño de todo el niño o niña desde pequeño”, lo toma con mucha tranquilidad: “Jamás hubiera imaginado ir a unos Juegos como árbitra, siempre crees que podría ser como jugadora, pero llegado a este puntos lo pienso y me hace una ilusión increíble, pero yo soy de esas personas que hasta que no llegue al sitio y arbitre el primer partido lo tomo bien, sin celebrar de antemano, por decirlo de alguna manera”.

Ariadna Chueca llegará a los Juegos Olímpicos de París tras cumplir otro sueño, el de dirigir en la Summer League de la NBA: “En mi familia vemos mucha NBA, siempre has querido llegar ahí y es verte allí, con los jugadores importantes a pie de pista, con futuras estrellas jugando… En ningún momento tuve nervios, la verdad. Es una locura ver cómo tienen todo montado para que aquello, por ejemplo en el arbitraje, funcione todo como equipo. En Europa focalizamos más en los errores y allí no, allí no se tiene esa filosofía. Los internacionales pitamos tres partidos cada uno y estuve muy cómoda en la pista con mis compañeros”.

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