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Pablo Martín Carbajal: “La protagonista de mi novela busca en el arte un lugar que la salve de una existencia dogmática”

El escritor canario presenta este lunes, en el Real Club Náutico de Tenerife, su nueva obra: 'Yo no seré La Implorante'
Pablo Martín Carbajal. / DA

Pablo Martín Carbajal (Santa Cruz de Tenerife, 1969) ha propiciado un reencuentro literario, suyo y de los lectores, con la novela Tú eres azul cobalto (2006). El escritor canario, autor de obras como La ciudad de las miradas (2010), Tal vez Dakar (2016) y El latido de Al-Magreb (2022), entre otras, acaba de publicar Yo no seré La Implorante (M.A.R. Editor, 2024). En este nuevo libro se acerca al personaje de Mila, la tía de Dori, la protagonista de su novela inaugural. Y si en aquella establecía un vínculo, un paralelismo, una complicidad más allá del tiempo y el espacio entre su personaje y el de la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954), en esta ocasión la historia de Mila, la vida de Mila, que ya aparecía, aunque de una forma tangencial, en esa primera ficción, se entrecruza con la de la escultora francesa Camille Claudel (1864-1943). Todo ello, también, para brindar un relato que habla de la creación artística, de la libertad, del derecho a ser uno mismo frente a todo y a todos los que se conjuran para impedirlo. Una lucha, un empeño existencial, estaremos de acuerdo, que las mujeres no han solido afrontar en igualdad de condiciones frente a los hombres.

Escribe el autor tinerfeño en su blog, a propósito de esta nueva novela: “Cuando nos permitieron salir [del confinamiento obligado por la pandemia de la COVID-19, en 2020] por primera vez, a los que ya teníamos una cierta edad nos tocaba a las 10 de la noche, enfilé decidido la cuesta de mi casa, subí por el barrio Salamanca, continué hasta Barrio Nuevo, atravesé aquellas sinuosas curvas y tomé la rampa de la cumbre en dirección este para llegar al mirador de Los Campitos, donde divisé la ciudad, el horizonte, el futuro; continué hasta bajar la serpenteante montaña de Ifara, llegué a la recta de Enrique Wolfson y de ahí directo al punto de partida. La travesía duró tres horas. Si me crucé con algún amigo por el camino, que me disculpe porque no lo vi. Cuando llegué a casa ya tenía en mi mente todo el mapa de la novela”. “Tres horas para pensarla, tres años para escribirla, y ya está aquí: Yo no seré La Implorante. La historia de Mila, una vida inspirada en Camille Claudel“, agrega Martín Carbajal.

Yo no seré La Implorante se presenta esta tarde de lunes, a partir de las 19.30 horas, en el Real Club Náutico de Tenerife, en la Avenida Francisco La Roche de la capital tinerfeña. En el acto, Pablo Martín Carbajal conversará con Ana Criado. La cita contará, además, con la actuación musical de Malandra. Antes de este primer encuentro con los lectores, el escritor ha mantenido una charla con DIARIO DE AVISOS.

-Hay una frase suya, a propósito de ‘Yo no seré La Implorante’, que me llama la atención: “Tres horas para pensarla, tres años para escribirla”. ¿Esa forma de manifestarse la creación literaria suele ser una constante en usted o solo en este caso las cosas se han dado así?
“Hay distintas maneras de escribir una novela. Se suele decir que hay novelas mapa y novelas brújula. En mi caso, las novelas brújula podrían ser, por ejemplo, las que he escrito sobre África [Tal vez Dakar, El latido de Al-Magreb], que las vas construyendo según avanzas en la escritura. En el caso de Yo no seré La Implorante, es todo lo contrario. En esas tres horas de las que hablo, hice una reflexión y ahí construí todo el mapa de la novela. De manera que esta sería una novela mapa. De las seis que he escrito, una mitad son brújula y la otra son mapa”.

-Esta novela retoma -y profundiza en ellos- personajes de ‘Tú eres azul cobalto’ (2006). ¿Cómo surge esa necesidad de volver a adentrarse en un relato que se publicó por primera vez hace ya 18 años?
“Vuelvo a entrar en esta historia porque me lo piden los lectores. Sobre todo, las lectoras. En Tú eres azul cobalto había un personaje que quedaba sin resolver, el de la tía Mila. En todo este tiempo siempre me han preguntado cuál había sido su historia. Nunca me había decidido a escribirla, pero, bueno, tenía esa posibilidad. Comencé a pensar en este relato durante la pandemia. Me parecía interesante porque Mila nació en los 50 y ha vivido prácticamente en dos mundos: en el de la dictadura y los movimientos de lucha contra Franco, en el de la búsqueda de la libertad, y después también en la llegada de la democracia, los años 80, la estabilización… Las personas que han pasado por esas épocas cuentan con dos perspectivas. Solo por eso, ya Mila despertaba mi interés, y más aún por su vinculación con el mundo del arte, que a su vez se entrelaza con esa historia paralela de Camille Claudel”.

“Si bien el escritor ahora es más maduro, los temas que trata vienen a ser una continuación de los que ha tratado”

-Y en todo este tiempo, ¿han cambiado mucho los intereses, la perspectiva literaria, del escritor Pablo Martín Carbajal?
“Creo que soy un escritor más maduro que en la primera novela, pues ya he escrito seis, y también me parece que en Yo no seré La Implorante se percibe la transición que se ha producido durante la escritura de todos estos libros. Especialmente, en lo que respecta a mis novelas africanas. No porque ahora vuelva a aparecer África, sino por una manera diferente de narrar, de contar las cosas, o en la propia forma de abordar y analizar las cuestiones. Sin embargo, al final, si bien el escritor quizás es más maduro, los temas que trata vienen a ser una continuación de los que ya ha tratado. Los escritores tenemos cuatro, cinco o seis temas sobre los que escribimos siempre. Y esa no es una idea mía, pero acudo a ella de vez en cuando porque es verdad. Mis novelas están concentradas en unos pocos temas: la rebeldía, la lucha de la mujer por la libertad y la visibilidad, el arte; África, viajes, la geopolítica, el entendimiento con el otro, y otro tema podría ser el intimismo, las relaciones personales, los sentimientos… Quizás ese sea mi mundo literario”.

-Precisamente, la lucha de la mujer, de las mujeres, la visibilidad y la libertad vertebran, en buena medida ‘Yo no seré La Implorante’. ¿A qué responde ese interés en dar forma literaria a una cuestión que no deja de tener vigencia, que no dejamos de pensar y de repensar?
“Las mujeres parten de una situación más difícil para obtener un reconocimiento profesional, para ser valoradas en el mundo de las artes… Y como además son conscientes de ello, como personajes me resultan más interesantes que los hombres si lo enfocamos desde ese punto de vista. En la novela quiero contar este conflicto, esta desventaja: haciendo lo mismo que los hombres o teniendo el mismo talento o alcanzando logros similares, no son igual de reconocidas o no tienen la misma visibilidad. Por eso escribo sobre ellas”.

“La mujer como personaje me resulta más interesante que el hombre, porque suele partir con desventaja”

-Si Dori se inspira en Frida Kahlo, su tía Mila lo hace en Camille Claudel. ¿Qué ha encontrado en la exploración de estos dos personajes históricos femeninos como punto de partida para crear dos de ficción?
“De entrada, la razón por la que ambas se sorprenden y se entusiasman al conocer, respectivamente, las figuras de Frida Kahlo y de Camille Claudel viene a ser la misma. Descubrir por casualidad, en este caso, en el de Mila, una obra de Camille Claudel y quedarse absolutamente impactada ante ese descubrimiento, ante todo lo que representa. A partir de ahí, ellas se preguntan cómo es posible que alguien sea capaz de pintar o de esculpir una obra de arte como la que contemplan. Ese es el acicate que les genera la curiosidad por estas artistas. Más tarde, cuando van avanzando en el conocimiento de las vidas de estas mujeres, contemplan un drama. Un drama terrible de dos personas con muchísimo talento que, en gran medida, fueron ignoradas. En el caso de Mila, es una chica que tiene 18 años en 1968 y quiere ser escultora, algo que su familia no ve nada bien, pues piensa que no es una ocupación adecuada para una mujer, pero ella se empeña en su objetivo. Ahí es cuando descubre a Camille Claudel y se siente completamente identificada: una escultora que apenas tuvo visibilidad mientras vivió, aunque luego fuera recuperada su figura. Todo eso sirve de inspiración a Mila”.

Portada de la nueva novela de Pablo Martín Carbajal. / DA

-La novela transcurre en un contexto social y político concretos, pero también artístico. Si el arte quizás no salva, ¿de qué manera ayuda a sus personajes a construir su propia identidad?
“Hay un aspecto de filosofía en la novela, en el que se acude a Nietzsche cuando habla de la muerte de Dios y se pregunta qué es lo que queda una vez que se ha desmoronado todo un sistema de creencias; en qué se va a basar el hombre para darle un sentido a su vida. Nietzsche se responde que en el arte. El arte será aquello en lo que se va a sustentar el ser humano para aportarle un nuevo valor, un sentido a su existencia. Esa frase la lee Mila y la hace propia: el arte como una manera de salvarla de una existencia más dogmática, para la que ahora se trata de encontrar otro tipo de aspiraciones”.

“Esta obra es también una novela que compara generaciones; cómo las experiencias vividas moldean a una persona”

-Este relato se mueve en tiempos diferenciados, que parten del último tercio del siglo XX y llegan a comienzos del XXI. ¿Le ha resultado compleja la labor de documentación? ¿Qué es lo que más le ha interesado al escoger esos periodos?
“A mi juicio, la documentación es siempre la fase más interesante a la hora de construir una novela. Por lo menos, a mí es la que más me gusta. En Yo no seré La Implorante hay mucha documentación, ha habido una investigación sobre los últimos años de Franco y todos los movimientos sociales de oposición al dictador; también sobre el París de 1968, intentando profundizar en todos los aspectos culturales que lo inspiraron, y después, asimismo, acerca de La Movida. Esta obra quiere, de igual modo, ser una novela que compara generaciones; generaciones que han vivido con intensidad un proceso histórico determinado en relación con otras que no lo experimentaron. Me planteo cómo esas experiencias han moldeado a unas personas con respecto a otras. Esa es también una de las cuestiones que me interesaba desarrollar en Yo no seré La Implorante“.

-¿Qué acerca a Dori y a Mila?
“En primer lugar, claro, la cercanía familiar: Dori es la sobrina de Mila. Mila desapareció hace más de 20 años, estaba olvidada y yo he querido recuperarla. Pero una cercanía aún mayor es la que tiene que ver con dos mujeres que luchan por encontrar su lugar en el mundo. Eso es lo que las une: buscar una salida a una situación en la que, por distintas razones y consecuencias, se encuentran aisladas del mundo y quieren volver a él”.

-¿Y qué las distancia?
“La generación a la que pertenece cada una de ellas. Las aleja las experiencias generacionales, completamente distintas, que poseen”.

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