El Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife ha advertido este lunes del “preocupante” incremento de pacientes con Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) que se produce en las consultas con la llegada del verano.
En este sentido, desde el colegio de Psicología informan en un comunicado de que las personas más afectadas son adolescentes, en concreto las mujeres.
La psicóloga Azucena Duque detalla que el verano es un periodo de tiempo muy sensible para las personas que padecen de Trastornos de la Conducta Alimentaria o que son propensas a padecerlo.
“Con la llegada del buen tiempo hay, en nuestra sociedad, un aumento considerable de mensajes de culto al cuerpo, mientras incrementa la presión por ajustarse a los cánones de belleza actuales”, explica.
En este sentido, Duque también destaca que “las redes sociales constituyen otro potente factor precipitante, ya que lo que ahí se expone como ideal son los cuerpos perfectos que se consiguen a base de dietas milagrosas o incluso operaciones”.
“Tener un perfil en redes sociales mientras se tiene una baja autoestima, o poco criterio para distinguir la información cierta de la que no lo es hace que muchas jóvenes terminen desarrollando algún Trastorno de la Conducta Alimentaria”, añade.
Como recomendaciones generales para intentar frenar la proliferación de estos trastornos, Duque propone fomentar la construcción del autoconcepto y la autoestima.
“En este punto es importante potenciar los modelos de vida sana que acepten tanto comida o comportamientos que no sean considerados ni buenos ni malos. Un estilo de vida que apueste por la pluralidad y el autocuidado”, detalla.
Además, Duque considera vital que se fomente una reeducación en esta materia.
“Sería ideal que las instituciones competentes tomaran cartas en el asunto a la hora de prevenir estos trastornos, y crear iniciativas que nos ayuden a reeducar a los jóvenes para que estos tengan las herramientas necesarias para no caer en estos problemas”, señala.
Desde el colegio de Psicología recuerdan la importancia de que las familias estén atentas a los cambios de conducta de los jóvenes, con el fin de detectar el posible desarrollo de estas enfermedades.
“Ante cualquier duda, cambio o sospecha de que alguien de nuestro entorno está sufriendo un Trastorno de Conducta Alimentaria, la principal recomendación es la de acudir a un profesional que sepa darnos las pautas de manera personalizada para poder poner solución cuanto antes”, concluye.





