El Parlamento de Canarias ha iniciado hoy los trabajos de la primera fase de restauración de un lienzo oculto durante cuatro décadas en el salón de plenos. La presidenta de la Cámara, Astrid Pérez, destaca la importancia de rehabilitar una obra atribuida al pintor palmero Manuel González Méndez, “que ha permanecido oculta tras varias capas de pintura y el repostero con el escudo de Canarias que preside el hemiciclo”.
“El Parlamento lleva varios años intentando iniciar este proceso y, por fin, en esta XI Legislatura hemos conseguido que comiencen unos trabajos que nos permitirán recuperar y conservar esta muestra del patrimonio histórico y artístico de Canarias”, subraya la presidenta, quien añade que “con esta primera fase damos respuesta también a un informe de la Unidad Técnica de Patrimonio Histórico del Cabildo de Tenerife que, en 2019, y tras realizar una serie de catas en ese tercer lienzo, concluyó que se hacía necesaria su recuperación para poder devolver al espacio noble del salón un discurso unitario. A la vez que se recuperaría para el público general una obra de uno de los más prestigiosos artistas canarios de todos los tiempos”.
Debido a que los trabajos se realizan en altura, ha sido necesario instalar una estructura de andamios que permanecerá en la cabecera del salón de plenos durante el mes de agosto. Esta obra oculta se sitúa entre las dos pinturas de Manuel González Méndez que presiden el salón de plenos y, según otro informe de la Unidad Técnica de Patrimonio Histórico del Cabildo tinerfeño, se trataría de una representación del escudo de la Diputación Provincial de Canarias.
Los técnicos han determinado que resulta más conveniente para el Parlamento de Canarias la realización de esta actuación durante los periodos inhábiles y por fases, “que permitan tomar decisiones según los datos obtenidos en cada una de ellas, dada la incertidumbre de lo que se pueda encontrar, y de esta forma no interferir en la actividad parlamentaria”.
La obra que se pretende recuperar es un óleo sobre lienzo adherido al muro y cubierto por varias capas de pintura decorativa, que se data, inicialmente, en el año 1906. Sus dimensiones son de 252 por 173 centímetros y, según un informe de 2018 de la citada unidad del Cabildo tinerfeño, “fue tapado con un repostero en los años 80 del siglo XX, durante la I Legislatura”.
Este mes se ejecutarán los trabajos de restauración de la primera fase de limpieza, realizada por dos restauradoras profesionales. Para esta etapa se repetirán las pruebas realizadas en 2019, con diferentes materiales y disoluciones específicas de restauración. Las expertas encargadas de esta fase indican que “se trata de una limpieza muy delicada y meticulosa para eliminar progresivamente las capas de pintura hasta llegar a la composición pictórica original”.