Transparencia e información. Dos términos que no han brillado especialmente en el trámite seguido para elegir a la nueva persona que asumiese la dirección artística de TEA Tenerife Espacio de las Artes, un puesto que desde el 9 de julio ocupa Sergio Rubira Gutiérrez. Más bien al contrario, a tenor de las informaciones que ha venido publicando DIARIO DE AVISOS, en las que diversos colectivos y asociaciones culturales, así como fuentes artísticas conocedoras de todo el proceso, detectaban desde “irregularidades” en la propia convocatoria y “opacidad” en el órgano de selección hasta la supuesta “estrecha relación” de Rubira con dos de los miembros del jurado calificador, Tania Pardo y Álvaro Rodríguez Fominaya.
El penúltimo capítulo de esta polémica se escribió el pasado lunes, cuando uno de los aspirantes al puesto, Paco Barragán, presentó un recurso de alzada contra el proceso y denunció el “nepotismo” y la “infravaloración” de los que afirma haber sido objeto.
EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
El caso es que el 9 de julio, en la reunión del Consejo de Administración de TEA Tenerife Espacio de las Artes, solo hubo un voto en contra del nombramiento siguiendo el criterio de la comisión de valoración. El de la consejera María Candelaria de León Luis, representante del PSOE en dicho consejo, en el que, entre otros miembros, están representadas todas las formaciones políticas presentes en la Corporación insular.
La falta de transparencia y de información fueron, precisamente, las razones que llevaron a De León a votar en contra del nombramiento. “Mi postura en ningún caso quiso ser acusatoria, pero sí quería que se dieran explicaciones y se aclararan una serie de cuestiones ante la gravedad de las denuncias públicas sobre el proceso selectivo”, afirma la consejera del PSOE en el Cabildo de Tenerife.
“Hasta en tres ocasiones -recalca- pedí que se dejase el asunto sobre la mesa para que todo se clarificase antes de votar, porque entendía que no procedía la aprobación en ese momento. Ante las dudas, se debe actuar con absoluta transparencia. Sin embargo, mis reiteradas peticiones no fueron tenidas en cuenta y aprobaron el nombramiento”.
Aunque antes de esa votación en torno a la gestión del centro de arte contemporáneo de la capital tinerfeña se dieron unas circunstancias auténticamente “surrealistas”, según las califica Candelaria de León: “Cuando nos convocan para el consejo, no me pareció suficiente la documentación que se me facilitó previamente. Entendía que necesitaba el informe final del órgano de selección para comprobar cómo se había procedido en todo el trámite. Por eso envié un correo electrónico al consejero [de Cultura y Museos] José Carlos Acha y al gerente de TEA Tenerife Espacio de las Artes, Jerónimo Cabrera, solicitándolo”.
MALESTAR
“Un día antes de la reunión, el 8 de julio -agrega María Candelaria de León Luis-, me llama el consejero por teléfono expresándome cierto malestar por mi solicitud, algo que me dejó completamente desconcertada, además de no entender muy bien si realmente José Carlos Acha estaba molesta conmigo o con el propio gerente, porque por lo visto se entendía que yo había pedido el expediente completo, que de cualquier modo, era algo que yo iba a solicitar también por escrito, pero lo que yo quería, como digo, era el informe final del tribunal evaluador que argumentase su valoración”.
“Hasta en tres ocasiones pedí que el asunto se dejase sobre la mesa para que todo se clarificase antes de votar”
“Al día siguiente, 15 o a lo sumo 20 minutos antes de que comenzase la reunión del Consejo de Administración de TEA Tenerife Espacio de las Artes -relata la consejera socialista-, se me acerca el gerente, llevando consigo su ordenador portátil, y me dice que si quiero ver el expediente él me lo dejaba sobre la mesa para que lo viese. A continuación abre una carpeta del ordenador con no sé cuántos archivos. A estas alturas, hacía tiempo que la situación me parecía completamente surrealista”. “A posteriori -añade-, el gerente me facilita el acta final del proceso de selección, en la que figura la relación de candidatos al puesto y la puntuación de cada uno de ellos, y poco más”.
“A partir de ahí”, pone de relieve la consejera socialista, “como pensé que quizás se estaba subestimando mi inteligencia, le dije al gerente que recogiese su ordenador portátil porque yo no me iba a poner a mirar todos esos archivos que me mostraba. De manera que nunca tuve a mi disposición ese informe que les estaba solicitando y la que entonces estaba molesta era yo, ante esa pantomima de traerme un portátil”.
LOS “BULOS”
En el consejo de administración, De León afirma que le preguntó al consejero Acha si tenía constancia de las denuncias públicas que se estaban formulando en torno al procedimiento para nombrar la nueva dirección artística de TEA. “Me respondió que sí -recalca la consejera del PSOE-, que era un bulo creado por la prensa y que no se debía dar veracidad a los bulos”. “Yo lo que quería, en suma -añade-, es que todo se aclarase para que la valoración imparcial estuviese fuera de toda duda. Incluso propuse solicitar al órgano de selección un informe donde sus miembros dieran respuesta a los hechos que se cuestionaban. Pero nada, el punto no quedó sobre la mesa y se votó”.
“Sí que hubo una abstención -apostilla María Candelaria de León-, la de Vox, cuando, curiosamente, fueron los primeros que llevaron a comisión plenaria una pregunta relacionada con la polémica, que José Carlos Acha respondió por escrito. Su consejera, Ana Salazar, dijo entonces que esa respuesta la había convencido. Quizás no lo estaba tanto, porque finalmente decidió abstenerse”.