Carlo ‘Kingston’ Dorelli, un niño de once años, amenazó con llevar a cabo un tiroteo masivo en una escuela secundaria de Florida. Contaba con una lista de posibles objetivos y llegó a mostrar a sus compañeros un arsenal que incluía armas de airsoft, munición falsa y diversas espadas y cuchillos. Las autoridades lo detuvieron a pesar de que él insistió en que todo era una broma.
En un país donde este tipo de amenazas se toman muy en serio debido a su trágica frecuencia, la policía no dudó en intervenir. Carlo enfrenta cargos graves y su detención fue hecha pública, incluyendo imágenes y videos. En las grabaciones, se le puede ver escoltado y esposado, de la misma manera que se trataría a un adulto en una situación similar.
El sheriff del condado, Mike Chitwood, lanzó un mensaje contundente en las redes sociales: “Puedo y voy a divulgar los nombres y las fotos de los jóvenes que cometen estos delitos, amenazan a nuestros estudiantes, alteran la paz en nuestras escuelas y utilizan los recursos de las fuerzas del orden”.
Este incidente ocurre solo dos semanas después de que un estudiante de 14 años en una escuela secundaria de Georgia disparara y matara a cuatro personas, incluidos dos compañeros y dos profesores, usando un rifle AR-15. Además, dejó 30 heridos, provocando una vez más conmoción en la sociedad. El sistema judicial de Estados Unidos lo procesará como a un adulto.
Tras el incidente en Georgia, el presidente Joe Biden declaró que el país debería reconsiderar su legislación sobre armas: “Los estudiantes están aprendiendo a esquivar balas en lugar de aprender a leer y escribir”. La entonces vicepresidenta Kamala Harris, ahora candidata demócrata a la presidencia, agregó: “Hemos tenido demasiadas tragedias sin sentido”.