La crisis habitacional que atraviesan las Islas Canarias ha puesto en evidencia la necesidad de explorar soluciones alternativas ante la creciente dificultad para acceder a una vivienda. El aumento de los precios ha generado un escenario en el que las opciones convencionales ya no resultan viables para una parte significativa de la población.
En este contexto, las casas modulares prefabricadas empiezan a ganar terreno como una opción que permite aprovechar parcelas privadas y ofrece una respuesta innovadora a las dificultades del mercado inmobiliario. La escasez de oferta hace que muchos tengan que tomar este tipo de viviendas, haciendo aún más mella en una desigualdad social que se agranda con el tiempo.
DIARIO DE AVISOS ha visitado una de estas viviendas, ubicada dentro de una finca de Fasnia, que refleja una tendencia en crecimiento y la necesidad de adaptarse a una realidad marcada por la crisis del acceso a la vivienda en el Archipiélago.
Al llegar a la propiedad, lo primero que se percibe es la calma del entorno. La casa modular, de no más de 30 metros cuadrados, se sitúa en el corazón de un jardín, rodeada de árboles frutales que aportan una atmósfera bucólica. La fachada, sencilla y funcional, se integra armoniosamente con el entorno. Una hamaca móvil, estratégicamente colocada bajo la sombra de un árbol, invita a un descanso al aire libre, subrayando la serenidad que ofrece este refugio.
Al entrar a la casa, lo primero que llama la atención es el ingenioso aprovechamiento del espacio. El ambiente es acogedor, con un diseño minimalista pero cálido, que hace que sus reducidas dimensiones, a ojos de cualquiera, se sientan más amplias de lo que realmente son.
La cocina es el primer espacio que se encuentra al entrar a la vivienda modular. Aunque pequeña, está equipada con todo lo necesario. Los electrodomésticos, cuidadosamente seleccionados por su eficiencia y tamaño, permiten preparar comidas completas sin problemas. La disposición abierta del espacio, que combina la cocina con una pequeña área de comedor, evita la sensación de confinamiento, logrando un equilibrio entre funcionalidad y confort.
UNA BRECHA QUE SE AGRANDA
El dormitorio, a pocos pasos, alberga una cama doble que ocupa la mayor parte del espacio. A ambos lados, dos mesillas de noche ofrecen lo esencial para la comodidad nocturna. Aunque compacto, el dormitorio desprende un aire de tranquilidad y rutina, propiciado en gran medida por la luz natural que entra a través de una ventana que da al jardín, permitiendo que la naturaleza se integre con el interior de la vivienda.
El baño es el espacio que se encuentra dentro del propio dormitorio y al cual solo se puede acceder a través de una puerta corredera. Aunque este es pequeño, se encuentra bien equipado: un inodoro, una ducha y un lavabo, todo diseñado para ocupar el mínimo espacio, eso sí, sin sacrificar funcionalidad. No hay que perder metros. La decoración en tonos claros y la optimización de cada rincón lo convierten en un lugar cómodo.
El precio de este alojamiento es de 48 euros por noche, una tarifa que, aunque asequible en comparación con los elevados precios del mercado inmobiliario tradicional, suscita interrogantes sobre el futuro del acceso a la vivienda en Canarias.
Ubicada en el jardín de una finca privada, esta casa modular representa un microcosmos de una problemática mayor: la creciente dificultad para encontrar viviendas asequibles, especialmente para quienes no disponen de un capital significativo.
Este tipo de alternativas, alejadas del concepto convencional de vivienda, toman auge en el sur de la Isla y ponen de manifiesto la creciente disparidad en el mercado inmobiliario canario. Mientras algunos recurren a soluciones improvisadas, como vivir en caravanas o vehículos, otros con más recursos están empezando a aprovechar sus terrenos mediante la instalación de casas modulares para obtener un rendimiento económico.
En este contexto de crisis, la creatividad se convierte en una herramienta clave, aunque también revela las desigualdades que se agravan y que, con cada nueva propuesta, se hacen más visibles en el Archipiélago.