cultura

“Mis esculturas no son decorativas sino que cuentan cosas”

Fátima Acosta, profesora titular de Bellas Artes de la ULL, escultora

Fátima F. Acosta Hernández (Las Palmas, 1965) es licenciada en Bellas Artes y doctora en Escultura por la Universidad de La Laguna. Profesora titular de la ULL desde 1997, en el Departamento de Bellas Artes de esa universidad. Cursó también estudios en el Instituto Superior de Amberes y en la Metropolitan University de Manchester. Es especialista en escultura, cultiva las técnicas del grabado, ha formado a centenares de alumnos, dirigido tesis doctorales, ha conseguido importantes premios de escultura y de cerámica creativa, ha participado activamente en la investigación sobre el barrio del Toscal de la Fundación CajaCanarias, que dirige Severo Acosta. Le pedí unos datos sobre su currículo y quedé abrumado. Imposible referirlos en una entrevista periodística.

Fátima es muy cercana y rigurosa. Me regala el libro sobre el barrio del Toscal, del que es coautora. Tiene abierta en el Real Casino de Tenerife su séptima exposición individual, llamada Contenidos. Trabaja la cerámica y el bronce. He repasado sus catálogos y puede presumir de un historial que yo calificaría de extraordinario. Casi nunca conocemos bien lo que tenemos cerca. Obviaré ese currículo para centrarme más en la artista y en la profesora universitaria, pero hablamos de muchas cosas en esta comida en Los Limoneros con una mujer que logra maravillas con la cerámica y con el bronce. Y que consigue objetos que a mí me trasladan muy lejos en el tiempo, pero yo lamentablemente no soy un crítico de arte. Me interesa mucho más el personaje.

-¿Cuáles son tus materiales esenciales?
“Sin duda, la arcilla y el bronce”.

-Un bonito lenguaje escultórico.
“Sí, lo son. Sobre todo por lo que aportan como significado y significante. Con ellos puedo experimentar de muchas maneras para abordar el tratamiento de la superficie, cambiante y en continuo movimiento. Los dos materiales reflejan mi universo imaginativo y creativo”.

-Metal y cerámica parecen una buena combinación.
“Claro que sí. El metal aporta permanencia y estabilidad, muy mutable por la acción del fuego, y la cerámica siempre es abordada desde la descontextualización del objeto funcional en los contenidos y aporta fragilidad a la obra”.

-Siempre aparece el ánfora en tu obra.
“Como elemento cilíndrico, se halla siempre en mi repertorio creativo y constituye un icono básico para generar otras formas posibles, desde una visión no meramente formal sino como metáfora subliminal que inscribe todas las demás formas”.

-Háblame de tu aportación al conocimiento, análisis y conservación del barrio del Toscal.
“Mi aportación en ese proyecto es un estudio meramente documental”.

-¿Y qué abarca?
“Se trata de un análisis descriptivo, catalogando los modelos principales y más representativos de la mampostería y los elementos decorativos de hierro o metal fundido que aparecen y están situados en el exterior de la fachadas de los diferentes inmuebles”.

-Inmortalizarlos, de alguna manera. O catalogarlos.
“En cierta forma, como si fuera un registro fehaciente para el futuro. También tiene mi aportación un marcado carácter didáctico porque se presenta un anexo final del proceso de creación y reproducción de un modelo de aldaba”.

-Tienes abierta tu séptima exposición individual, lo he dicho al principio. ¿La definitiva?
“No, nunca una exposición es la definitiva”.

-¿Hay en mente nuevos proyectos?
“Siempre que abordas un nuevo proyecto das continuidad al siguiente, o yo por lo menos lo considero así. Es verdad que existe un nexo de unión, un hilo conductor en todo lo que hacemos como creadores. En mi caso, si nos fijamos en los títulos de las exposiciones podríamos encontrar algunas claves de ellas. No son para nada casualidad”.

-¿Hay cantera en Bellas Artes?
“Yo noto que en la facultad existe una gran inquietud por aprender, por parte de los alumnos. La oferta crece y los tres grados que impartimos están desbordados en los cursos iniciales. Y, además, estoy convencida de que los alumnos de nuevo ingreso que llegan desde el bachillerato artístico pueden considerarse como opciones bien direccionadas”.

-Pero he escuchado que el problema es la precariedad de medios.
“Es cierto, necesitamos más recursos económicos para salvar los obstáculos y mejorar las instalaciones en aulas y talleres. Pero ahora contamos con un nuevo edifico que reúne mejores condiciones y que se adapta adecuadamente a nuestras tareas docentes e investigadoras”.

-Fátima, no es la primera vez que hago a un docente esta pregunta. ¿Están los canarios especialmente dotados para las bellas artes?
“Los canarios somos muy polifacéticos”.

-¿Y?
“Pues que en el arte han existido y existen en nuestra tierra figuras relevantes, como lo demuestran pintores y escultores de talla mundial que tenemos y hemos tenido, cuya obra perdurará siempre”.

-¿Me citas a algunos?
“Claro, Néstor de la Torre, Óscar Domínguez, Manolo Millares, César Manrique, Lola Massieu, Pedro González, Manuel Betancourt, Tony Gallardo, Martín Chirino, Maribel Nazco, Pepe Abad, Fernando Álamo, Gonzalo González, Miguel Arocha y Lola del Castillo. Y muchos más, hay mucho talento en el arte hecho en Canarias”.

-¿Con especial mención a alguno de ellos?
“Bueno, a Miguel Arocha y a Lola del Castillo les tengo que agradecer que fueran el presidente y la secretaria de mi tribunal de tesis doctoral. Ya te digo que aparte del afecto personal, tengo que agradecerles la pertenencia a ese tribunal”.

-¿Y en cuanto a la protección de toda esta obra que tenemos en edificios públicos, museos, calles…?
“Mira, existen en Canarias dos museos que son referentes, el CAAM en Gran Canaria y el TEA en Tenerife. Ambos cuentan con importantes fondos y buenas colecciones y excelentes apuestas en exposiciones temporales. Pensemos también en todas las esculturas que se reparten por el paisaje urbano, y concretamente en la ciudad de Santa Cruz, con las intervenciones de 1973 y 1992, las famosas esculturas en la calle. Situamos ambas en el entorno del parque García Sanabria y en la Rambla y la Avenida de Anaga. Claro que es preciso proteger todo eso, valorarlo y cuidarlo, porque son bienes que pertenecen al pueblo de Tenerife”.

-Los artistas se quejan de que ya no se vende. ¿Es verdad?
“Un poco sí, pero siempre ha ocurrido lo mismo. Los artistas plásticos tenemos que realizar faenas que a veces no nos corresponden. Somos nuestros propios montadores y en ocasiones también nuestros propios críticos y nuestros propios diseñadores. En realidad, sólo tendríamos que generar la obra. Y es verdad que no se vende casi nada porque existe poca cultura general para saber lo que es bueno y lo que no lo es. Y ante la duda preferimos comprar otras cosas y objetos para decorar nuestras casas. El arte es una inversión a largo plazo y esto no sé si se entiende en todos los ámbitos, independientemente del dinero que se quiera gastar en él”.

-Miro tu actual exposición, Contenidos, y parece que estoy en Egipto, en un museo de ese país. ¿Son cosas mías, Fátima?
“Esas piezas nos trasladan a un mundo marcadamente arqueológico. Algunas parten de la geometría simple, pero una mirada más atenta nos permite distinguir lo que de sensibilidad escultórica contiene y muestra cada una de ellas”.

-Son bellísimos esos objetos.
“Quizá tengan más que ver con una visión contemporánea de la mejor línea de aquel primitivismo inaugurado por Brancusi, con un marcado contenido simbólico. Toda mi obra encierra un fuerte sabor arcaizante que evoca otras épocas, quizá con un toque de art nouveau, con registros de elementos decorativos en los apéndices de bronce y otras variaciones propias de las porcelanas de Sevres, del siglo XVIII y XIX, o de estilo Imperio. Y otras, efectivamente, son influencias directas del arte oriental, de Mesopotamia o Egipto”.
(Hablamos de sus referentes. Y me dice que son el arte antiguo y contemporáneo. Y, cuando concreta, cita el mundo bizantino, las culturas de América precolombina y las orientales incluyendo Japón, China y Corea. Y cita a la cultura egipcia, con sus canopes, y a la etrusca, con sus sarcófagos. También la micénica o la minoica y, por supuesto, a la Grecia antigua).

-¿Y tus referencias actuales?
“Allan Mc Collum, Tony Cragg, Simone Leigh, Magdalena Odundo, Skuja Branden, Anna María Maiolino, Cristina Iglesias, Claudi Casanovas, Ángel Garraza, Javier Marín y Graciela Oleo, entre otros”.

-Sitúate en un sueño. ¿Decorarías un palacio?
“No, no, qué va, no me atrevería a decorar un palacio porque mi obra no es decorativa, mi obra son esculturas que cuentan cosas”.

-¿Y a actuar con contundencia en el barrio del Toscal, para salvarlo?
“Bueno, ya he aportado algo en el libro “El Patrimonio del Centro Histórico de Santa Cruz de Tenerife”, como te he dicho coordinado por Severo Acosta Rodríguez. Pero no tengo la formación ni la información suficientes para realizar intervenciones en el barrio del Toscal. Mi aportación ha sido meramente de catalogación de algunos referentes o prototipos decorativos de los elementos de hierro y bronce de sus edificios. Los encontramos en las fachadas y se trata de catalogarlos para su posterior reproducción o restauración, por parte de los profesionales adecuados”.

(Hemos hablado de los lejanos tiempos de su Erasmus en el National Hoger Instituut Voor Shone Kunsten Van Atwerpen, de 1989 a 1992 y tiene una mención para el profesor Francisco Aznar, gran amigo de quien esto escribe, que fue quien propició que alumnos de Bellas Artes siguieran el programa Erasmus, desde la ULL. Su tesis doctoral, que ha sido publicada, la tituló: “La integración de la imagen serigráfica como recurso plástico en la cerámica escultórica”. Y de un montón de cosas más, pero se me hace imposible reflejar aquí siquiera un resumen de su vida académica y como escultora, siempre entre la arcilla y el bronce, que son los dos materiales que Fátima domina. Nuestra agradable conversación, fue, pues, sólo una pincelada de su riquísima vida académica y como artista, pero estos son los imponderables de una entrevista periodística; a vece

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