V. B. – A. M. S. | Los planes de pensiones son un producto que tiene bastante atractivo para muchas personas. Entre otras razones, porque anhelan llegar a la jubilación sin que merme su nivel de vida. De ahí que deban complementar la pensión que les quede.
Se trata de un producto de ahorro e inversión a largo plazo al que se le hacen aportaciones periódicas o momentáneas. Varias son las ventajas, por ejemplo, fiscales. Aunque no están exentos de inconvenientes. Uno de ellos, quizá el más destacado, es su falta de liquidez: no se puede retirar el dinero antes de que acabe el tiempo pactado. O era. Porque, en 2025, va a haber un cambio que hará más fácil su rescate para las personas que lo tengan contratado.
Hay una serie de contingencias o supuestos excepcionales de liquidez. Así queda recogido en el reglamento de planes y fondos de pensiones. Se puede retirar cuando llega el momento de la jubilación: porque toca por edad, sea esta anticipada o diferida. También, en supuestos de gran dependencia o severa; si se concede a la persona la incapacidad laboral total y permanente para la profesión habitual, la absoluta y permanente para todo trabajo, y la gran invalidez. Por fallecimiento, son los beneficiarios quienes decidirán si rescatan el plan o siguen con él. Además, cuando la persona sea un parado de larga duración.
A partir del primer día de 2025, se podrán rescatar aquellas aportaciones y rendimientos vinculados cuando estas encadenen más de 10 años de antigüedad. El titular de un plan de pensiones podrá recuperar los ingresos efectuados hasta 2015 y los rendimientos correspondientes. En 2026, podrá hacer lo propio con lo depositado, y sus intereses, hasta 2016. Y así cada año. Existen diversas maneras de rescatar un plan de pensiones. Una de ellas es cobrar todo el dinero acumulado de golpe (en forma de capital). Otra forma es como una renta: se fija el periodo en los que el titular va a recibir el dinero ahorrado: mensual, trimestral o semestralmente.
Con esta segunda fórmula, se acabará pagando menos en el IRPF. Una tercera opción consiste en mezclar esas dos. Y la cuarta, una renta vitalicia.
Con la paga extra de Navidad a la vuelta de la esquina, los jubilados ya piensan en la subida del año entrante. Gracias a la revalorización de las pensiones, no pierden poder adquisitivo. Están a la espera (excluidas las no contributivas y las clases pasivas) de que se conozca la variación media del IPC interanual de los doce meses previos: de diciembre de 2023 a noviembre de 2024. Antes de enero de 2022 era una variable distinta. Dado que las previsiones no siempre eran correctas, había que actualizar la cantidad con la paguilla. El dato definitivo se sabrá el 13 de diciembre, después de que el 28 de noviembre se haya publicado el adelantado. La inflación anual marcó el 1,8% en octubre, tres décimas más que en septiembre.
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