El 47% de las mujeres tinerfeñas asegura haber recibido imágenes no solicitadas de genitales masculinos en la esfera digital, convirtiéndose en el tipo ciberviolencia de género más común de todos los reflejados en el último diagnóstico sobre este fenómeno en Tenerife.
Los datos de este trabajo han sido presentados este martes en el Cabildo de Tenerife por la consejera de Acción Social, Águeda Fumero, la responsable de la Unidad Orgánica de Violencia de Género, Socorro González, y el responsable de Bencomia, Achaman Cruz.
Juntos han identificado el “enfoque mutidimensional” que se precisa en estos momentos para avanzar en las políticas públicas insulares y erradicar cualquier manifestación de violencia de género, en especial la que se ejerce en el entorno digital, caracterizada por ser “cambiante” en sus formas y de reciente incursión.
En concreto, el diagnóstico de la ciberviolencia en Tenerife obtuvo hasta 806 respuestas a la encuesta general (559 mujeres y 239 de hombres) y 25 a la específica a mujeres víctimas de violencia de género, en diversas franjas de edad, siendo la mayor de ellas las personas entre los 12 y 29 años (299).
Del estudio, en el que han participado 80 profesionales y hasta 25 entidades y asociaciones vinculadas, se desprende que “más del 50 % de las mujeres encuestadas considera que internet no es un entorno seguro”, una cifra algo mayor es la se vislumbra en el caso de las víctimas de violencia de género (52%).
Asimismo, el 78 % de las mujeres víctimas de violencia de género y el 67 % de las mujeres encuestadas en general manifiestan preocupación por sufrir acoso en las redes sociales, siendo las más utilizadas donde se percibe mayor incidencia de ciberviolencia de género: Instagram y Whatsapp.
Y es a partir de este contexto donde se visibilizan distintas formas y derivados de violencia en línea: el ciberacoso, las amenazas directas o LA violencia física, así como los crímenes de odio relacionados con las tecnologías por razón de sexo, las violaciones de la privacidad y la explotación sexual en la red.
Sin embargo, en la encuesta, entre las formas de ciberviolencia más identificadas destacan la solicitud de la geolocalización por parte del agresor, que este revise conversaciones en el móvil, el envío de fotos con contenido sexual, el revisar las redes sociales de la pareja y el uso de stickers o GIFs con contenido sexual.
La visión masculina de este tipo de ciberviolencia también ha quedado patente en este estudio, del que se concluye que la mayoría de ellos (81 %) asegura no haber ejercido este tipo de violencia en alguna ocasión, pero si son preguntados por un tercero que sí haya podido ejercerla el porcentaje de síes crece (38 %).
Asimismo, mientras un 6 % de hombres encuestados reconoce haber ejercido violencia en línea alguna vez, el 13 % de ellos no lo saben.
Sobre la percepción que tienen las mujeres de haber sido víctima este tipo de violencia, el 29 % de ellas manifiesta haberla sufrido, un dato que colisiona con otra realidad manifiesta en este estudio tinerfeño: el 47 % de las mujeres asegura haber recibido imágenes de genitales masculinos sin haberlas solicitado.
Esta realidad tampoco se escapa del entorno de la pareja, donde 7 de cada 10 mujeres víctimas de violencia de gÉnero afirman que sus parejas se han enfadado si no responden de manera inmediata a través de WhatsApp, la forma de ciberviolencia más común en este entorno.
De cara a cómo afrontar estas situaciones conflictivas, el 42 % de las mujeres tinerfeñas encuestadas aseguran no saber a qué recursos acudir en caso de ser víctima o presenciar violencia en línea o ciberviolencia, un dato que crece hasta el 56 % si esas mujeres son víctimas de violencia de género.
Un último grupo en el que se refleja, también, que el 88 % que dice haber sufrido este tipo de violencia considera que le ha afectado a su recuperación.
En consecuencia, la ansiedad, el estrés, la depresión, el aislamiento social y la hipervigilancia son algunos de los efectos en mujeres víctimas de violencia de género, además de otras múltiples secuelas: alerta constante, pérdida de memoria, tristeza y depresión, toma de medicación y pérdida de autoconfianza.
Tras realizar el diagnóstico de la ciberviolencia en Tenerife, el Cabildo ha presentado medidas generales que pasan por el fortalecimiento del educativo, la promoción del cumplimiento de la normativa y el incremento de inversión en materia preventiva, informativa y de atención a las víctimas.
La consejera de Acción Social, Águeda Fumero, ha indicado que el presupuesto insular de 2025 en esta materia crecerá en torno a un 15 %, con 12,6 millones de euros.
Y las medidas concretas de la Unidad Orgánica de Violencia de Género de Tenerife, serán, entre otras, el trabajo de especialización en detección e intervención ante la ciberviolencia de género, que incluya formación, instrumentos de trabajo y la creación de espacios de coordinación entre administraciones y entidades.