La Navidad es una de las épocas más especiales del año. Pero también es un periodo donde se registra un incremento notable de urgencias. Algunas de ellas relacionadas con infecciones respiratorias, complicaciones cardiovasculares, intoxicaciones alimentarias, así como accidentes domésticos y de tráfico.
¿Qué se puede hacer? Los doctores Sergio Trujillo, coordinador de urgencias del Hospital Quirónsalud Tenerife, y Pedro Rojas, coordinador de urgencias del Hospital Quirónsalud Costa Adeje, aportan su experiencia para detallar las patologías más comunes durante el invierno y las fiestas navideñas, así como las medidas preventivas para afrontarlas.
Cuidado con el frío
De acuerdo con Sergio Trujillo y Pedro Rojas, hay que ser muy cuidadosos con el frío. Especialmente aquellas personas más vulnerables: los ancianos, los niños y quienes sufren enfermedades crónicas como problemas cardíacos, respiratorios o diabetes, además de las personas con sistemas inmunológicos débiles.
Por un lado, el frío puede debilitar las defensas del cuerpo, aumentando el riesgo de infecciones respiratorias, complicaciones cardiovasculares y exacerbaciones de enfermedades crónicas.
Por otro lado, las bajas temperaturas favorecen las caídas por superficies resbaladizas y la propagación de virus en espacios cerrados. En estos entornos, la ventilación suele ser limitada y el aire más seco, lo que facilita la propagación de virus y bacterias. Además, la cercanía física en lugares cerrados aumenta la probabilidad de que las personas entren en contacto con aquellos que puedan estar infectados.
La combinación de estas condiciones favorece el contagio de enfermedades respiratorias como resfriados, gripes y otras infecciones virales.
Problemas y consejos
Durante el invierno, las urgencias más comunes están relacionadas con infecciones respiratorias altas como resfriados y gripes, que suelen ser leves pero pueden complicarse en personas vulnerables.
También se observan exacerbaciones de enfermedades como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) o el asma, que empeoran por cambios bruscos de temperatura, alérgenos o aire frío, lo que dificulta la respiración.
Además, las infecciones bacterianas, como las causadas por Streptococcus pneumoniae, aumentan en esta época y pueden ser graves, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas.
Las crisis respiratorias por alergias o irritantes también son frecuentes, ya que factores como el polvo de las decoraciones navideñas o el humo de las chimeneas pueden desencadenar problemas respiratorios en personas sensibles.
Otro factor a tener en cuenta son las caídas por suelos resbaladizos. La lluvia y el hielo provoca que muchas personas sufran percances y acaben en las urgencias de los hospitales.
Para prevenir estas complicaciones, los especialistas recomiendan varias medidas. Es fundamental vacunarse contra la gripe y el neumococo, especialmente para los grupos de riesgo como los ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades crónicas.
También es importante evitar los cambios bruscos de temperatura, cubriendo la boca y la nariz al salir al exterior para calentar el aire antes de inhalarlo.
Mantener una buena higiene, lavándose las manos con frecuencia y evitando tocarse la cara, ayuda a prevenir contagios.
Usar humidificadores en casa y evitar ambientes demasiado secos también es útil para proteger las vías respiratorias.
Finalmente, es esencial evitar el humo del tabaco, tanto para fumadores como para los que conviven con ellos, ya que este humo debilita las defensas respiratorias.
Atención a la salud cardiovascular
El frío puede afectar significativamente la salud cardiovascular. La vasoconstricción provocada por las bajas temperaturas aumenta la presión arterial y obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre. Esta situación es especialmente preocupante para personas con hipertensión, enfermedad arterial coronaria o insuficiencia cardíaca.
Durante las fiestas navideñas, el estrés emocional de las reuniones familiares, combinado con el consumo excesivo de alcohol, sal y grasas, incrementa aún más el riesgo de problemas cardiovasculares.
Las urgencias más comunes durante esta época incluyen infartos de miocardio, provocados por el esfuerzo adicional del corazón, que puede romper una placa de ateroma y formar un coágulo que obstruye las arterias coronarias.
También son frecuentes las anginas de pecho, causadas por la reducción temporal del flujo sanguíneo al corazón debido a la vasoconstricción y el aumento de la demanda cardíaca.
Las crisis hipertensivas, resultado del frío y los excesos alimentarios, pueden elevar peligrosamente la presión arterial, lo que podría desencadenar eventos graves como accidentes cerebrovasculares. Además, el estrés y el consumo excesivo de alcohol pueden causar arritmias cardíacas, conocidas como ‘síndrome del corazón festivo’.
Para las personas con enfermedades cardiovasculares, es crucial seguir ciertas recomendaciones durante las fiestas.
Se debe evitar la exposición prolongada al frío, abrigarse adecuadamente y limitar las actividades al aire libre en temperaturas muy bajas.
Mantener una dieta equilibrada, especialmente evitando alimentos ricos en sal y grasas, es esencial, sobre todo si se padecen condiciones como hipertensión o hipercolesterolemia.
Es igualmente importante gestionar el estrés mediante prácticas de relajación, como la meditación o la respiración profunda, y realizar chequeos médicos regulares, siguiendo las recomendaciones del cardiólogo y tomando la medicación prescrita. Además, se debe evitar el consumo excesivo de alcohol, ya que puede interactuar con los medicamentos y provocar alteraciones en el ritmo cardíaco.
El impacto de la Navidad
Al tradicional frío invernal, se suma el impacto de la Navidad. Durante las fiestas navideñas, los excesos alimentarios y el consumo de alcohol incrementan el flujo de pacientes por urgencias.
Es habitual toparse con personas que presenten casos de indigestión, intoxicaciones alimentarias y pancreatitis aguda, especialmente después de comidas abundantes y ricas en grasas.
El consumo excesivo de alcohol también provoca intoxicaciones etílicas que pueden generar vómitos, deshidratación e incluso pérdida de conciencia. En pacientes con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, estos excesos pueden descompensar gravemente su estado de salud.
Por otro lado, el uso de calefactores y estufas durante el invierno también aumenta el riesgo de accidentes domésticos, como quemaduras, incendios e intoxicaciones por monóxido de carbono.
Para prevenir estos riesgos, es fundamental revisar regularmente los equipos de calefacción, utilizar detectores de monóxido de carbono y no bloquear las salidas de ventilación. Además, nunca se debe dejar una estufa encendida mientras se duerme ni utilizarla en habitaciones cerradas.
Cuándo acudir a urgencias
Es fundamental saber cuándo acudir a urgencias, especialmente en esta época del año.
Ante síntomas como dolor torácico, sudoración, dificultad para respirar o palpitaciones irregulares, buscar atención médica de inmediato es crucial. Los primeros minutos pueden marcar la diferencia para evitar complicaciones graves o irreversibles.
Para las personas con enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, es vital tomar precauciones durante las fiestas para disfrutar de manera segura.
Seguir el tratamiento médico al pie de la letra, evitar excesos en la comida y el alcohol, y mantenerse hidratado son aspectos esenciales.
También se recomienda planificar las comidas, controlando las porciones y limitando el consumo de sal o azúcar. Además, es importante realizar controles regulares de glucosa o presión arterial y mantener hábitos de ejercicio, aunque sea moderado, para preservar la estabilidad de su salud.
Otro riesgo: los accidentes de tráfico
En cuanto a los accidentes de tráfico, las urgencias relacionadas con esta causa tienden a aumentar durante las fiestas debido a las celebraciones y el consumo de alcohol.
Este último reduce significativamente la capacidad de reacción y aumenta el riesgo de accidentes graves, especialmente durante la noche. Para atender estas emergencias, los hospitales Quirónsalud Costa Adeje y Quirónsalud Tenerife cuentan con una Unidad de Tráficos especializada, diseñada para brindar atención integral a las personas que han sufrido accidentes de tráfico. Este servicio está disponible para ofrecer soporte médico de calidad en situaciones críticas.
La Unidad de Tráficos de Quirónsalud está formada por un equipo multidisciplinar que incluyen a especialistas en traumatología, neurología, rehabilitación y fisioterapia, y una de sus principales características es su atención constante y continua, 24 horas y 365 días al año.
Los servicios de la Unidad de Tráfico de Quirónsalud Tenerife y Costa Adeje pueden ser solicitados por todo el mundo y no es necesario tener un seguro médico contratado para solicitar sus servicios.
De hecho, para ser atendido en esta Unidad, únicamente se debe acudir al servicio de urgencias de Quirónsalud Valencia, desde donde se realizan todos los trámites administrativos y las gestiones relacionadas con la compañía aseguradora del vehículo.
Las Unidades de Tráfico de Quirónsalud disponen de todos los recursos y de rápido acceso a servicios de apoyo (resonancia magnética, TAC, ecografía, laboratorio y quirófano) que, junto al resto de personal del hospital, garantizan la seguridad de los pacientes.