La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha inadmitido el recurso de un condenado por golpear “de forma brutal” a una turista inglesa en Adeje (Tenerife) en el que pedía que le rebajarán los 50.000 euros impuestos como fianza y su libertad inmediata.
La Audiencia Provincial tinerfeña condenó al hombre a la pena de 4 años y 4 meses por un delito de lesiones y el pago de 38.000 euros.
Los hechos tuvieron lugar a finales de 2022 cuando el encausado encontró a la víctima con su novia en el mismo cuarto del hotel después de conocerse poco antes y haber ingerido ambos gran cantidad de alcohol.
Tras el juicio la Audiencia le impuso una fianza de 50.000 euros para eludir la prisión provisional, situación en la que se encuentra desde que fue detenido.
El hombre recurrió esta cantidad al considerarla “claramente desproporcionada”, por ser incluso superior a la responsabilidad civil impuesta.
El recurrente insiste en que se trata de una persona que vive en la calle, y que por lo tanto carece de los recursos económicos necesarios para pagar la fianza.
Alega que su familia desde Dinamarca ha tratado de ayudarle y prestó aval bancario de este país pero no fue aceptado por la Audiencia Provincial, “a pesar de que se trata de un banco europeo”, lo que supone incumplir normas entre los estados de la Unión, alegó.
En su momento el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) rechazó el recurso pero según el recurrente lo hizo sin entrar en el fondo del asunto y sobre la base de que el auto de la Audiencia no es recurrible, pese a que así se decía en el escrito.
Ahora el Supremo confirma las dos resoluciones anteriores y rechaza analizar la petición del hombre de rebajar la fianza y quedar en libertad de forma inmediata.
Según el relato dado por cierto en el fallo, la víctima conoció a la novia del condenado cuando estaban en el karaoke del establecimiento, entablaron amistad y subieron a su cuarto, según la pareja porque la joven había bebido mucho y no podía ir a la habitación.
Poco después llegó el novio, las encontró en la habitación y según la denunciante, se inició un brutal ataque.
La víctima declaró que primero intentó tirarla por el balcón y le dio fuertes golpes en la cara que tardaron meses en curarse, requirieron la implantación de varias placas de titanio y fueron de tal intensidad que algunos huesos llegaron a fracturarse en pequeñas piezas.
Finalmente, la denunciante se despertó “totalmente aturdida” al lado de la piscina donde la encontró un miembro de seguridad del hotel y de ahí sería llevada al hospital.
Pese a someterse a diferentes cirugías en estos dos años su rostro nunca ha vuelto a ser el mismo, le cambió la forma de los ojos, de la nariz, no puede respirar bien, tiene una parte de la cara inmovilizada y ha estado en tratamiento sicológico.
El condenado, por su parte, dijo que fue la denunciante la que se mostró agresiva con él y negó haberla golpeado y justificó el altercado porque había intentado robarle unos zapatos a su novia.
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