La borrasca Garoé, que se prevé deje lluvias generalizadas en toda España, toma su nombre del árbol sagrado de El Hierro, que, según cuenta la leyenda, era la principal fuente de agua dulce para los nativos dada la escasez de lluvias en la isla.
Se trata de la séptima borrasca de la temporada, que comenzó el pasado 1 de septiembre, y su nombre fue designado junto con el resto de cada letra del abecedario por los países que conforman el denominado como grupo del suroeste: España, Portugal, Francia, Bélgica y Luxemburgo.
Estos días, además, podría nevar en las cumbres de Canarias a partir de unos 2.200 o 2.400 metros. Las temperaturas iniciarán un descenso que continuará hasta el jueves, de acuerdo con Del Campo. De cara al viernes y el fin de semana es probable que regrese el tiempo más estable a Canarias con una clara recuperación de las temperaturas.
Como la primera zona a la que llegó fue Azores, el servicio meteorológico de Portugal la bautizó como Garoé.
Este es el primer topónimo de Canarias que se utiliza para dar nombre a una borrasca, señala a EFE David Suárez, director de la Agencia Estatal de Meterología (Aemet) en las islas.
La práctica habitual, explica Suárez, es que cuando un país se ve afectado por avisos naranja o rojo por vientos o precipitaciones le da nombre a la borrasca aunque el listado se consensúa previamente para toda la temporada.
Sucede lo mismo con las tormentas tropicales en el Atlántico o los ciclones en el Pacífico.
El director de la Aemet en Canarias explica que esta borrasca tiene su centro situado sobre Azores y la previsión es que se desplace al este para colocarse frente a la costa de Portugal.
Está previsto que deje lluvias en la mayor parte de España, más copiosas en Extremadura y Andalucía occidental con más de 40-70 litros por metro cuadrado en 12 horas.
Garoé, el árbol sagrado de El Hierro
El Garoé es un ejemplar de til de grandes proporciones que, a través de sus hojas, convertía la niebla en agua y ésta se iba deslizando por las ramas hasta crear un gran depósito de agua en la tierra, recoge el Gobierno de Canarias en su web oficial.
En el diccionario histórico-etimológico del amaziq insular se indica que el términogaroé procede de gărăw, palabra que podía significar laguna o río.
Según la leyenda, cuando las embarcaciones de los colonizadores llegaron a la isla, los bimbaches, antiguos pobladores de El Hierro, idearon un plan para proteger a su árbol sagrado: lo cubrieron de hojas de palmera para que los conquistadores no pudieran encontrar el agua y, así, abandonaran la isla en busca de abastecimiento.
Cuando los colonizadores provenientes de la Península Ibérica se disponían a poner rumbo a otras tierras uno de los marineros se encontró con Agarfa, una joven nativa de la que se enamoró.
Ella le correspondió y le acabó revelando el secreto del árbol sagrado. Fue ajusticiada en la horca como castigo por su traición a su pueblo.
El árbol fue derribado por un huracán en 1610 y fue replantado en 1949 en su emplazamiento original.