Las personas mayores que siguen un programa de envejecimiento activo y saludable consiguen mejores resultados si además, tienen apoyo de sus familias y amigos. Este el resultado de una investigación realizada por la Asociación de Cuidadoras, Familiares y Amistades de Personas con Dependencia, Alzheimer y otras Demencias (Acufade), con sede en La Matanza de Acentejo, y la Universidad de La Laguna (ULL).
Fue la primera institución la que puso en marcha dos años atrás el proyecto Convida, una iniciativa que unifica entrenamiento cognitivo, seguimientos nutricionales y actividad física personalizada, y que cuenta con una unidad ubicada en el Mercadillo del Agricultor y un centro de entrenamiento personal en la localidad. Participaron 70 personas de más de 55 años de este municipio, La Victoria de Acentejo, Santa Úrsula, Tacoronte y La Laguna con el objetivo de potenciar el envejecimiento activo en la población jubilada del Norte de la Isla.
No obstante, solo 30 formaron parte de la muestra representativa para la investigación piloto que comenzó el 1 de enero, se prolongó hasta diciembre de 2024, y fue realizada por las doctoras Cristina Perdomo Delgado, responsable del departamento de investigación de Acufade, y terapeuta ocupacional, y Maryurena Lorenzo Alegría, profesora del área de Trabajo Social y Servicios Sociales del Departamento de Ciencias de la Comunicación y Trabajo Social de la ULL.
Perdomo explica que una persona mayor es considerada como tal a partir de los 65 años en adelante según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se habla de envejecimiento activo a partir de la jubilación dado que, obligatoriamente, tiene que cambiar su rutina de vida, y se produce un deterioro de su fisiología, aunque es cada vez más lento. “Por eso, a partir de los 55 años está estipulado que hay que empezar a tener una rutina de vida activa y prepararse para un envejecimiento saludable y activo”, apunta la investigadora. Además, que la población de mayor edad tenga parámetros de buena salud, le supone un menor gasto al sistema público.
El proyecto Convida consiguió que las personas participantes que no tenían ninguna actividad más allá de ir a comprar el pan o acudir el fin de semana a algún sitio concreto, empezaran a establecer rutinas saludables, a controlar su nutrición, y hacer ejercicio físico con un entrenador personal que les marcaba los planes asociados a las limitaciones y necesidades de cada una. Como consecuencia, comenzaron a experimentar importantes mejorías.
Al comprobar los buenos resultados, Acufade se unificó con la ULL para demostrarlos con evidencia científica. Así, se realizaron análisis y cuestionarios validados por la OMS, en los que se identificó que la satisfacción con la vida que tienen las personas de la zona Norte de Tenerife está muy relacionada con el acompañamiento familiar y la interacción social, es decir, “un envejecimiento activo en este punto concreto de la Isla va a ser potenciado si la persona está rodeada de un ambiente familiar, de amigos y tiene interacción social, no por otras circunstancias”, subraya Perdomo.
“Dentro de los estilos de vida hay diferentes tipos de modelos y nosotros seguimos uno estrictamente familiar. Sin el apoyo familiar, nuestra satisfacción con la vida y nuestra calidad de vida empeora. Se detectó también que las personas que conviven solas tienen una calidad de vida mucho más baja que las que viven acompañadas, algo que puede resultar extraño porque se tiende a pensar que personas de 55 años que viven solas están felices”, sostiene la terapeuta.
Los resultados se publicarán este mismo mes en la revista The Canadian Journal on Aging.
Esta investigación demuestra que en la actualidad, los planes de envejecimiento “tienen que estar vinculados a un cohousing o modelos de envejecimiento alternativos a las residencias tradicionales, donde las personas pueden convivir de manera grupal y a la vez independiente, cuidándose las unas a las otras. Estas son las claves y es lo que necesita nuestra gente, no un modelo que se quiera implantar”, defiende Perdomo.
El estudio duró un año, empezó el 1 de enero de 2024 y se prolongó hasta el mes de diciembre, pero hay mucha gente que lleva dos años en Convida, una iniciativa que continúa dada la implicación de los y las participantes y el equipo profesional. En él están inmersos Ylenia Cruz, responsable del proyecto, Javier Braun, nutricionista, y Joel Reyes, entrenador personal, además de Cristina.
La idea es extrapolarlo y analizar también cómo las personas mayores de la zona perciben la soledad, a la que muchas veces se ven avocadas. En este sentido, Acufade, que ha sido pionera para intentar combatirla con proyectos como Guata, está iniciando un estudio junto con la ULL que permita abarcar otras áreas y llevarlo a otras localidades e islas como El Hierro con el objetivo de hacer una comparativa y encontrar nuevas claves.