El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, lamentó ayer que “ni unos ni otros quieren a los negritos en España, esa es la realidad”, en referencia a lo que entiende como falta de voluntad del Gobierno del Estado y de las comunidades autónomas por compartir la atención a los menores migrantes no acompañados que permanecen en el Archipiélago.
Dicha referencia indudable al racismo como causa de que la insolidaridad peninsular y balear haya bloqueado desde hace más de un año la llamada de socorro elevada desde la Islas ante la imposibilidad de atender en las Islas con un mínimo de dignidad a cerca de 6.000 niños y niñas foráneos solos alude implícitamente a la ausencia de obstáculos para acoger a miles de menores ucranianos por parte de las mismas comunidades autónomas que ahora más frenos ponen, como por ejemplo la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP.
Clavijo se pronunció ayer así en el pleno del Parlamento de Canarias, donde respondió a varias preguntas sobre el resultado de la Conferencia de Presidentes de la semana pasada por la falta de apoyo sobre la situación de los menores migrantes, cuyo reparto, en su opinión, solo se conseguirá porque lo ordenen los juzgados, no por voluntad política de respetar los derechos humanos ni por solidaridad.
Por una parte, el presidente canario ha responsabilizado al Gobierno de España de incumplir el auto del Tribunal Supremo que le ordena integrar en la red de protección internacional a los menores migrantes solicitantes de asilo. La realidad es que “ni unos ni otros quieren a los negritos en España”, ha asegurado Clavijo después de que el portavoz del PSOE, Sebastián Franquis, le acusara de mirar para otro lado cuando son las comunidades autónomas del PP y este partido, que es socio del Gobierno de Canarias con Coalición Canaria, quienes boicotean el reparto de los menores.
Por otro está dicho boicot sistemático de las comunidades autónomas del PP, que ahora continúa en los tribunales y a las que ayer se sumó el disidente socialista Emiliano García Page (Castilla-La Mancha).
Y la tercera son los ultras de Vox, a quienes Clavijo acusó de incentivar a las comunidades autónomas para que incumplan la ley y no acepten a ninguno de los menores de Canarias a través de su chantaje político al PP de no apoyar sus presupuestos si ayudan a estos niños y niñas.