El programa Música Abierta de la Sinfónica de Tenerife es un proyecto que la formación desarrolla en colaboración con el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y que acerca la música en vivo a espacios no convencionales, promoviendo la cultura y el bienestar emocional de las personas.
AFES Salud Mental colaboró a través del proyecto Ícaro: atención a la salud mental de personas privadas de libertad, financiado por el Gobierno de Canarias con cargo a la asignación tributaria del IRPF, para atender a personas con trastorno mental en centros penitenciarios. En esta ocasión, se llevó a cabo el taller Cuerpos al viento, en el que la música, el cuerpo y la escucha actuaron como herramientas de transformación personal.
El encuentro culminó con un concierto participativo al que asistieron 93 personas, 76 de ellas privadas de libertad (24 con alguna psicopatología e integrantes del proyecto Ícaro) y 17 profesionales de los ámbitos penitenciario y social. Las vivencias se transformaron en una creación artística colectiva. Para los participantes, la experiencia fue mucho más que una actividad artística: una oportunidad para expresarse, sentirse parte y reconectar con su propio cuerpo.
Transformación
Ana Hernández (creadora y narradora) explicó que el acercamiento con las personas con trastorno mental privadas de libertad “resultó muy natural”, destacando “la receptividad, la implicación y la confianza” mostrada. “La labor que realiza el programa Ícaro las dota de familiaridad con este tipo de experiencias, facilitando que se entreguen con apertura y sensibilidad”. También subrayó “la serenidad y la concentración del grupo durante la escucha musical, sin prejuicio ni miedo en el movimiento y la expresión”.
Por su parte, Antonio Quiles (coreógrafo) recordó que “música y movimiento han estado unidas en la historia de la humanidad desde el principio” y que “la música es una herramienta poderosísima a la hora de generar emociones, imágenes y recuerdos, mientras que el cuerpo conecta con la presencia, con quiénes somos y cómo estamos”. Destacó la improvisación como herramienta de creación, al permitir que “los movimientos partan de las sensaciones y vivencias de cada participante”.
Voces y emociones
El taller generó una atmósfera de conexión y serenidad que dejó huella en los participantes. Adrián, integrante del programa Ícaro, comentó: “Este taller me ha servido para callar la mente, darle menos vueltas a la cabeza”. Mientras, Salomé compartió: “He sentido liberación”.
El equipo del centro penitenciario y de AFES puso en valor de manera muy positiva esta jornada, destacando que algunas personas interactuaron de una manera distinta, con más cohesión y menos aislamiento.
La actividad adquiere un significado especial en un momento en que las artes y la salud comienzan a encontrarse también desde las políticas públicas. El acuerdo entre los Ministerios de Sanidad y de Cultura para integrar las artes en la salud mental desde la Atención Primaria supone un paso esperanzador hacia la comprensión de la cultura como un derecho y un recurso de salud.
En este sentido, el director técnico de la Sinfónica de Tenerife, Daniel Broncano, subrayó que “la vocación social y educativa de la Sinfónica es fundamental, a través de la colaboración con otras entidades”. Añadió que “tenemos que ir más allá de la gente que compra una entrada para asistir a nuestros conciertos y busca llegar a todos los públicos, contribuyendo a su bienestar a través de la música”.
Patricia Villena, directora técnica de AFES y responsable del proyecto Ícaro, destacó la dimensión músico-social del encuentro y la relevancia de los derechos culturales como parte del cuidado y del bienestar comunitario: “La cultura accesible se convierte en una forma de sanar, de reconstruir la mirada sobre uno mismo y los demás”.






