¿Te vas de excursión por el campo? Es muy importante que planifiques lo que vas a necesitar, ya que el agua potable no siempre está disponible, especialmente en las zonas de montaña. El «agua potable» es el agua limpia que es segura para beber, cepillarse los dientes, lavarse las manos y usar para preparar la comida. Antes de salir, consulta si hay fuentes de agua potable disponibles a lo largo de tu ruta. Infórmate de cualquier alerta sobre la calidad del agua, como bacterias nocivas o vertidos químicos, que puedan afectar a su consumo.
Nunca bebas agua de una fuente natural que no haya sido purificada, aunque el agua parezca limpia. El agua de un arroyo, río o lago puede parecer limpia, pero aun así puede estar llena de bacterias, virus y parásitos que pueden dar lugar a enfermedades transmitidas por el agua. Es esencial que depures el agua natural. La purificación del agua consiste en filtrar para eliminar las partículas grandes y tratarla por ebullición o con productos químicos para potabilizar el agua y eliminar organismos como bacterias, virus y parásitos.
Si piensas utilizar agua natural a lo largo de tu aventura, sigue estos pasos para recoger y purificar el agua de una fuente natural.
Paso 1: Recoger el agua de la fuente
El primer paso del proceso es recoger el agua que vas a beber. Aquí tienes algunos consejos sobre cómo recoger el agua de una fuente natural de forma segura:
Empieza utilizando un recipiente limpio que, preferiblemente, haya sido desinfectado antes de usarlo.
Lávate las manos con agua y jabón o utiliza un desinfectante de manos antes de recoger el agua para no contaminarla.
Elige un lugar de recogida que esté:
- En zonas altas o cerca de la fuente de agua
- Lejos de campamentos
- Lejos de las zonas de pastoreo de animales.
Recoge el agua de zonas de agua en movimiento en ríos y arroyos. El agua estancada (parada o sin movimiento) es un caldo de cultivo para insectos, bacterias y virus y debe evitarse.
Sumerge la botella justo por debajo de la superficie y llénala.
Paso 2: Filtrar el agua
El siguiente paso en el proceso de purificación del agua es la filtración. La filtración por sí sola no purifica el agua. Debe ir seguida de la ebullición o la desinfección para purificar el agua para beber.
La mayoría de los filtros de agua están hechos de una malla con muchos agujeros diminutos. Estos filtros pueden eliminar los protozoos y algunas bacterias, pero no pueden filtrar los virus porque éstos son demasiado pequeños.
Los filtros también eliminan contaminantes más grandes, como hojas, suciedad y arena. Si el agua está turbia o tiene material flotante, debes filtrarla incluso si piensas hervirla o desinfectarla.
Asegúrate de utilizar y cuidar tu filtro según las instrucciones del fabricante. Los filtros no funcionan igual de bien si no se cuidan con el tiempo.
Paso 3: Desinfectar el agua
El último paso de la purificación es la desinfección del agua, que puede hacerse hirviendo o tratándola con un desinfectante. Este es el paso más importante, ya que estos métodos matarán cualquier organismo que quede en el agua, especialmente los que podrían hacerte enfermar.
Hervir:
Hervir es la mejor manera de matar los organismos que causan enfermedades, incluidos los virus, las bacterias y los parásitos. La alta temperatura y el tiempo de ebullición son muy importantes para matar eficazmente los organismos del agua. La ebullición también tratará eficazmente el agua si sigue estando turbia o con problemas.
- Si estás a una altitud inferior a los 1.500 metros, pon el agua en un recipiente sobre una fuente de calor, como una hoguera o una estufa de propano, y llévala a ebullición durante 1 minuto.
- Si estás a una altura superior a los 1.500 metros, pon el agua a hervir durante 3 minutos.
El agua ya está lista para beber. Puedes preparar té o café si te gusta caliente. Deja que se enfríe antes de ponerla en tu recipiente.
Desinfección:
La desinfección se produce cuando se añade una sustancia química o una luz ultravioleta al agua para matar las bacterias, los virus y otros organismos potencialmente dañinos. Hay muchos factores que pueden influir en la eficacia de estos métodos, como la temperatura del agua, el pH y la turbidez. En el caso de los desinfectantes, es importante dejar que el producto químico o la luz ultravioleta tengan tiempo suficiente para tratar el agua y matar los organismos antes de beberla, lo que se denomina tiempo de contacto.
Desinfección química
La desinfección química consiste en añadir al agua filtrada uno o varios productos químicos que sean eficaces para eliminar los organismos presentes en el agua.
Las tabletas químicas o las gotas líquidas son las formas más comunes de desinfectar el agua natural. El yodo o un dióxido de cloro kit son los agentes de desinfección más utilizados.
Sigue las instrucciones del fabricante para desinfectar el agua. El tiempo de contacto para desinfectar el agua varía según el producto (ejemplo: de 30 minutos a 4 horas). Si el agua está turbia o tiene restos flotantes, será más eficaz prefiltrar el agua antes de desinfectarla.
Los purificadores UV portátiles que funcionan con pilas pueden utilizarse para reducir las bacterias, los virus y los protozoos en el agua procedente de fuentes naturales. Sin embargo, estos purificadores sólo son eficaces para desinfectar pequeñas cantidades de agua clara, dependen de las pilas y requieren un tiempo de contacto correcto con el agua.
Mantente hidratado
Recuerda que preparar el agua para beber lleva tiempo. Planifica con antelación para que esté lista para beber antes de que tengas sed, especialmente cuando hace calor. Si crees que tienes síntomas de una enfermedad transmitida por el agua o has estado expuesto a agua potencialmente contaminada, asegúrate de consultar con tu médico después del viaje.