La media española en lo referente al tamaño del pene ronda los 13,50 centímetros. Ello da pie a que, algunos afortunados, cuentan con un miembro viril de considerables dimensiones. Sin embargo, otros no están satisfechos en este sentido. Dicha carencia puede traducirse incluso en problemas psicológicos como una gran falta de autoestima.
Es entonces cuando los españoles que desearían tener un pene más grande, tanto en longitud como en grosor, empiezan a buscar información por Internet. No tardan en dar con una alternativa que cada vez es más popular en nuestro país. Nos referimos a la operación de alargamiento de pene.
A día de hoy no es un procedimiento quirúrgico demasiado conocido en España. Es por ello que varios aspectos médicos pasan desapercibidos o directamente son desconocidos por la sociedad. Así pues, en próximas líneas ahondaremos en estos factores tan importantes, abarcando desde el tipo de anestesia hasta el postoperatorio.
La técnica de los profesionales juega un papel esencial
Algunas operaciones no exigen una gran pericia a los especialistas que se encargan de ellas. No es el caso de la operación de alargamiento de pene. Así lo demuestran los resultados que pueden llegar a conseguirse si el experto que se encarga del caso en cuestión tiene una dilatada trayectoria a sus espaldas.
En líneas generales hablamos de una ganancia que ronda los 4,5 centímetros. Conviene destacar el hecho de que la cifra mencionada se refiere al estado en reposo del miembro viril. Es decir, previamente a una erección. Pero, ¿qué aumento se evidencia al producir este endurecimiento de carácter orgánico?
Al llenarse de sangre el pene, la media indica que el aumento es de unos 3,5 centímetros. Es decir, un poco menos que en reposo. Por ejemplo, un miembro viril de 10 cm que para algunos hombres españoles podría ser pequeño, pasa a ser de unos 14 en erección, superando la media del país y otorgando una gran autoestima, así como incluso una mayor capacidad de proporcionar placer ajeno.
Las cifras que acabamos de mencionar no son exactas. Así lo indican los médicos expertos en la materia. Varios aspectos pueden influir en aumentar o reducir los números. Así lo demuestra una parte del miembro viril que se conoce bajo el nombre de ligamento suspensorio.
Despegarlo en exceso puede traducirse en alteraciones del tipo de erección que se consigue a posteriori. Por ende, tal vez la penetración se llevaría a cabo con un ángulo complicado, sobre todo en según qué posturas.
Todo lo contrario sucede si se deja el caso en manos especializadas que llevan años tratando con el material quirúrgico necesario para alargar y/o engrosar penes. Este factor se traduce en una gran acumulación de experiencia, por lo que las herramientas son manejadas con maestría por parte del profesional.
Gracias a ello, las medias anteriormente indicadas prácticamente siempre se consiguen. De hecho, si las condiciones anatómicas del sujeto favorecen el procedimiento quirúrgico, es posible llegar a obtener resultados históricos como el que en su momento se produjo en España: un aumento de 17 centímetros en total.
Aun así, en líneas generales los profesionales que se dedican a este campo de la cirugía plástica suelen ser conservadores. Es decir, siempre le sugieren al cliente optar por el método más recomendable en base no solo a las probabilidades de éxito, sino también a las menores molestias ocasionadas a posteriori. En efecto, nos referimos al postoperatorio.
Anestesia y postoperatorio
Antes de adentrarnos en las semanas posteriores a la operación, toca ahondar en la anestesia. Es comprensible que muchos españoles no quieran operarse de algo que exige quedarse dormidos por completo. Afortunadamente no es el caso del alargamiento de pene.
Tras un pinchazo en la zona de la espalda que no provoca grandes dolores al ser suave, la anestesia epidural de la que probablemente hayas oído hablar en alguna que otra ocasión procede a dormir el tronco inferior. Por ende, el ciudadano español que se somete a esta operación permanece despierto durante el transcurso de la misma.
Gracias a este aspecto tan importante no solo se da pie a una mayor tranquilidad por parte de los españoles. Por si fuera poco, también se traduce en una recuperación fugaz.
Y es que el postoperatorio no es ni mucho menos complejo, requiriendo básicamente una higiene regular de la zona tratada. Además, debe mantenerse un período de inactividad sexual, permitiendo así que el pene se recupere por completo del procedimiento quirúrgico por el que ha pasado.
Por otra parte, tal como indican los especialistas, es importante no ir midiendo el miembro viril cada dos por tres. Y es que hacerlo tras pocas semanas de haberse operado tal vez derive en una frustración y, por ende, en erecciones menos duraderas. Ello es debido a que la ganancia definitiva tarda una media aproximada de nueve meses en evidenciarse por completo.