En un estudio revelador liderado por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) y el Área de Medioambiente del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), junto con la Universidad Complutense de Madrid, científicos han desentrañado nuevas capas de conocimiento sobre la estructura subterránea del volcán Cumbre Vieja, ubicado en La Palma. Este análisis meticuloso se ha centrado en la interpretación de 509 telesismos, terremotos de lejanos orígenes detectados entre 2017 y 2021 por la Red Sísmica Canarias.
La técnica central de esta investigación ha sido la utilización de las funciones receptoras, un método que permite estudiar las ondas sísmicas generadas por estos telesismos para mapear la estructura de la corteza terrestre y del manto superior hasta profundidades de 50 kilómetros. A través de este método, los investigadores han podido discernir con precisión las velocidades de las ondas sísmicas en profundidad, permitiendo así la identificación de las distintas capas geológicas que componen el volcán.
El descubrimiento más significativo de este trabajo ha sido la identificación de una zona con velocidades sísmicas particularmente bajas, situada entre los 13 y los 38 kilómetros de profundidad. La baja velocidad de las ondas en esta región es indicativa de la presencia de magma, un hallazgo que no solo confirma estudios previos sobre la existencia de cámaras magmáticas que alimentaron la erupción de Tajogaite en 2021, sino que también sugiere una presencia de magma mucho más extensa de lo que se había estimado anteriormente, extendiéndose hasta casi 40 kilómetros de profundidad.
La geología sigue muy activa en La Palma y en Canarias
Esta investigación amplía significativamente nuestra comprensión de la geología de las Islas Canarias, proporcionando datos cruciales que podrían mejorar la interpretación de los signos precursores de futuras erupciones volcánicas. Estos hallazgos añaden una pieza clave al complejo rompecabezas de los procesos geológicos en juego bajo la superficie de estas islas.
El estudio ha sido liderado por Víctor Ortega Ramos, quien está realizando su tesis doctoral en Involcan, y ha sido posible gracias a la financiación de los proyectos VolriskMac II, cofinanciado por el Programa Interreg MAC 2014–2020, y el proyecto de ‘Fortalecimiento de actividades de I+D+i para la reducción del riesgo volcánico en La Palma‘, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.
Los resultados de la investigación en Canarias han sido publicados en la prestigiosa revista Geophysical Research Letters, editada por la Sociedad Geofísica Americana (AGU). Esta publicación se destaca por su acceso abierto y por albergar investigaciones de alto impacto que cubren avances significativos en diversas disciplinas geocientíficas.
Los investigadores de Involcan destacan la importancia de los modernos sensores sísmicos de banda ancha utilizados en el estudio, capaces de registrar terremotos de magnitudes superiores a 5.5 que ocurran en cualquier parte del mundo. Las ondas sísmicas de estos telesismos proporcionan una valiosa información sobre las estructuras geológicas que atraviesan, permitiendo obtener imágenes detalladas de la estructura sísmica de la corteza y del manto superior bajo el Cumbre Vieja.
El análisis de la función del receptor ha revelado que las principales discontinuidades de velocidad en la corteza reflejan los contactos entre las rocas volcánicas recientes y la antigua corteza oceánica junto con el manto superior. Los investigadores concluyen que una amplia zona de baja velocidad desde el Moho hasta aproximadamente 37 km de profundidad indica la presencia de una extensa zona de derretimiento parcial en la zona de Canarias.
Esta investigación en Canarias no solo resalta la capacidad de las técnicas modernas en la detección y análisis de fenómenos sísmicos en Canarias, sino que también subraya la colaboración efectiva entre instituciones y la aplicación de la ciencia avanzada en la gestión de riesgos naturales. Los descubrimientos podrían tener implicaciones importantes no solo para la comunidad científica, sino también para las poblaciones que viven en las proximidades de estos gigantes dormidos.