Un grupo de científicos ha descubierto una formación rocosa desconcertante bajo la superficie del Mar Báltico. Ahora están convencidos de que se trata de una megaestructura antigua, testimonio de una cultura perdida que prosperó en la región hace miles de años. Este hallazgo se remonta a 2021, cuando el biólogo marino Jacob Geersen fue encargado de realizar un curso de campo de una semana en la Universidad de Kiel. Durante esta semana, Geersen y sus estudiantes escanearon el fondo del océano en la Bahía de Mecklenburg, justo frente a la costa norte de Alemania.
Cada noche, los estudiantes escaneaban el fondo marino a alta resolución. Una mañana, al revisar los resultados, notaron una anomalía inusual en los datos. Hablando con NPR News, Geersen explicó: «Al día siguiente, descargamos los datos y cuando estábamos reunidos, vimos que había algo en el fondo marino. Era algo especial». Lo que los científicos no sabían en ese momento era que habían escaneado los restos de una megaestructura de 10,000 años de antigüedad, construida por los antiguos habitantes de la región.
Las inspecciones iniciales sugerían que la formación rocosa inusual podría ser algún tipo de muro. Mientras algunos afirmaban que era una creación natural, otros no estaban tan seguros, sugiriendo que estaba perfectamente alineada, como si hubiera sido construida por manos humanas. Los investigadores compartieron su descubrimiento con la Oficina Estatal de Cultura y Preservación de Monumentos de Mecklenburg-Vorpommern, que decidió que se requerían más investigaciones para entender mejor los hallazgos.
Los científicos siguen investigando esta estructura bajo el mar
Buceadores realizaron más investigaciones en el sitio antes de que se llevara a cabo un estudio, el cual fue compartido en los Proceedings of the National Academy of Sciences. En el estudio, el equipo de científicos, encabezado por Geersen, explicó que la formación rocosa inusual parece ser una muralla bastante extensa que denominaron «Blinkerwall», compuesta por más de 1,700 piedras y extendiéndose por más de 970 pies. Geersen está convencido de que la formación rocosa fue construida por manos humanas.
Durante una entrevista con CNN, dijo: «Nuestras investigaciones indican que un origen natural del muro de piedra submarino, así como su construcción en tiempos modernos, por ejemplo, en conexión con el tendido de cables submarinos o la extracción de piedras, no son muy probables».
El investigador continuó: «La disposición metódica de las muchas pequeñas piedras que conectan los grandes bloques inmóviles habla en contra de esta hipótesis». Aunque el Blinkerwall ahora se encuentra bajo 70 pies de agua, los científicos creen que fue construido sobre el suelo, probablemente en la orilla de un pantano o lago hace 10,000 años. Sin embargo, hace aproximadamente 8,500 años, los niveles del mar en la región comenzaron a subir significativamente, y el Mar Báltico empezó a tragar partes importantes del paisaje circundante, incluyendo la antigua megaestructura.
Según los científicos, el muro podría haber sido construido como una especie de barrera para cazar renos, una fuente crucial de alimento para los habitantes de la región en la Edad de Piedra. «Cuando persigues a los animales, ellos siguen estas estructuras; no intentan saltar sobre ellas», explicó Geersen en una entrevista con The Guardian. «La idea sería crear un cuello de botella artificial con un segundo muro o con la orilla del lago». Según el coautor del estudio, Dr. Marcel Bradtmöller, el muro fue construido para ayudar a los habitantes de la Edad de Piedra a atrapar y matar a los ciervos migratorios.
«La muralla probablemente se utilizó para guiar a los renos hacia un cuello de botella entre la orilla del lago adyacente y la muralla, o incluso hacia el lago, donde los cazadores de la Edad de Piedra podían matarlos más fácilmente con sus armas», explicó. Este descubrimiento ha despertado un gran interés entre los científicos, quienes continúan explorando la estructura y sus implicaciones.
La investigación en torno a Blinkerwall ha involucrado a diversos científicos, incluidos geólogos y arqueólogos marinos, que han utilizado tecnología avanzada de sonar y buceo para mapear la estructura y recoger muestras. Esta colaboración interdisciplinaria ha permitido una comprensión más detallada de Blinkerwall y su contexto histórico y cultural. Los científicos creen que el análisis de esta megaestructura puede proporcionar información valiosa sobre las técnicas de construcción y las estrategias de caza de los antiguos habitantes de la región.
El hallazgo de Blinkerwall sugiere que aún hay muchos secretos por descubrir bajo las aguas del Mar Báltico. Los científicos esperan que futuros estudios revelen más sobre esta estructura y otras posibles construcciones similares en la zona. Este descubrimiento también destaca la importancia de la arqueología marina y la necesidad de seguir explorando los fondos marinos para desentrañar los misterios de las civilizaciones antiguas.
La posibilidad de que Blinkerwall haya sido una estructura utilizada para la caza de renos indica un alto nivel de organización y conocimiento por parte de los constructores prehistóricos. Los científicos continúan analizando los materiales y las técnicas de construcción utilizadas para crear esta muralla bajo el mar, con el fin de obtener una comprensión más profunda de las habilidades y los recursos disponibles para estos antiguos habitantes.
El descubrimiento de Blinkerwall representa un avance significativo en nuestra comprensión de la historia humana y la capacidad de las civilizaciones antiguas para construir estructuras complejas y duraderas. Los científicos continúan desentrañando los misterios de esta fascinante muralla submarina, aportando nuevas perspectivas sobre nuestras raíces y la evolución de la ingeniería y la arquitectura a lo largo de los milenios. Con cada nueva inmersión y análisis, se abren puertas a un pasado aún por descubrir, lleno de enigmas y maravillas arquitectónicas.